La Fiscalía pide la confirmación de la condena al entender ahora que el etarra no señaló objetivos ni provocó las acciones terroristas
MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo confirmó hoy la sentencia de 11 años de cárcel que la Audiencia Nacional dictó en febrero pasado contra el etarra Henry Parot por pertenencia a organización terrorista con la agravante de reincidencia después de que en 2001 escribiera una carta en la que animaba a la dirección de la banda a cometer atentados.
El alto tribunal desestimó el recurso de casación planteado por la defensa, que pidió la anulación de la sentencia por considerar que Parot ya fue condenado por este delito, y los dos presentados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y el colectivo Dignidad y Justicia (DyJ), que reclamaron que el etarra fuera condenado a otros 15 años de cárcel por conspiración o proposición para cometer delitos, tal y como solicitó la Fiscalía durante el juicio en la Audiencia Nacional.
Sin embargo, durante la vista que hoy se celebró en el Supremo el fiscal Antonio del Moral reclamó la confirmación de la condena, al entender que de la misiva que Parot envió a la dirección de ETA no puede deducirse que fijara posibles objetivos o que provocara las acciones terroristas.
"La conspiración exige la participación del que propone", argumentó el fiscal para rechazar que Parot sea condenado por este delito. Asimismo, añadió que los atentados contra los objetivos terroristas "más vitales" que el etarra refería en su carta (entre ellos, el Banco de España y las Bolsas de Madrid y Barcelona) "no llegaron a cometerse", lo que descartaría el delito de inducción, y que éste tampoco quería "provocar" la acción criminal de ETA sino "encauzarla".
Por su parte, los colectivos de víctimas del terrorismo solicitaron la ampliación de la condena en 15 años, al considerar que en su carta Parot diseñó "una estrategia de conjunto" para ETA, ya que fijó objetivos concretos y mostró su desagrado por cómo se habían realizado atentados anteriores.
"VINCULADO CON ETA"
La defensa de Henry Parot, ejercida por el abogado Iñaki Golloaga, solicitó la revocación de la sentencia de instancia argumentando que ya fue condenado por pertenencia a organización terrorista y que desde que en 1990 ingresó en la cárcel "ha estado vinculado con la organización y jamás ha demostrado querencia de ruptura".
A este respecto, el fiscal comparó su caso con los de tráfico de drogas o impago de pensiones y señaló que "el delito continuado acaba cuando hay una sentencia". "Todo lo que hay después son hechos nuevos --dijo--. Con la sentencia se hace borrón y cuenta nueva".
Golloaga también alegó que en el juicio no se llegó a acreditar que Parot fuera el autor de la carta ni que ésta llegara a la dirección de la organización terrorista. En este punto, Del Moral recordó que el etarra se negó a someterse a una prueba caligráfica y añadió que la carta fue localizada en un registro "con todas las garantías" que se efectuó en 2002 de la casa que los dirigentes de ETA Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica ocupaban en Bergerac (Francia).
Parot se encuentra encarcelado desde 1990 cumpliendo un total de 26 condenas por asesinatos y atentados, por lo que está previsto que no abandone la cárcel hasta el año 2020. El Tribunal Supremo acordó en febrero aplicar un nuevo criterio a la redención de penas para que cumpliese íntegramente 30 años de cárcel, aplicando los beneficios penitenciarios sobre cada una de las condenas que se le impusieron y no sobre el máximo de cumplimiento efectivo previsto en el Código Penal de 1973 (30 años de prisión).
INDEMNIZACIONES DE 'GADAFI'
Por otra parte, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo también celebró una vista en la que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) solicitó que se incrementen las indemnizaciones para la novia y los cuatro hijos del guardia civil Pedro Carbonero, asesinado a tiros en 1991 por los etarras Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias 'Gadafi', y Javier Martínez Izaguirre.
Ambos terroristas localizaron al guardia civil, que regresaba a su cuartel en compañía de su pareja, Gracia Oliva, a la que había ido a buscar a la salida de su trabajo. Iglesias Chouzas disparó contra el sargento en tres ocasiones a una distancia de 30 centímetros con una pistola Browning.
