ETA- Zapatero admite que mantuvo una casi "inexistente esperanza" tras Barajas y recuerda el atentado de Omagh

Actualizado: viernes, 8 junio 2007 1:57

Dice que se encalló cuando ETA planteó política, que con De Juana afectaron las circunstancias y no niega los contactos Otegi-Eguiguren

((AMPLIACIÓN))

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió esta noche que tras el atentado de Barajas, mantuvo una esperanza "mínima, prácticamente inexistente" respecto al llamado proceso de paz. Zapatero recordó el atentado irlandés de Omagh, aunque añadió que, tras el atentado de la T-4, sus expectativas en torno a las posibilidades de culminar "positivamente el proceso de fin de la violencia quedaron prácticamente reducidas a la nada".

En una entrevista con Cuatro, Zapatero aseguró que es ETA la "única" que ha fracasado "estrepitosamente" con su anuncio y la "culpable". Tras defender su derecho y "deber" como presidente del Gobierno de "intentarlo", señaló, al ser preguntado sobre cuando encalla el proceso, que esto sucede "porque ETA plantea unos contenidos de objetivos políticos", que siendo él jefe del Ejecutivo "nunca va a conseguir manteniendo la violencia".

"Sus objetivos son claros, de conseguir fines políticos y con tregua o sin ella, puedo asegurar que con la violencia nunca se conseguirán", agregó Zapatero. "Desde el primer día planteó ciertas proclamas, pero en el contacto ha querido hablar de política y ésta sólo se puede hacer y decidir en las instituciones democráticas y con ausencia radical de la violencia", aseguró, remarcando que eso se comunicó a la banda desde el primer momento.

En cuanto a si en las conversaciones salió Navarra, el presidente se limitó a señalar que "han salido muchísimas cosas", pero que todo lo relativo a la política "sólo" tenía el citado cauce.

Agregó que el Gobierno mantenía el "objetivo" de que ETA "desistiera", de que asumiera que la democracia no cedería ante planteamientos políticos, y que sólo había un destino, "el fin de la violencia".

"REUNIONES" Y "CONTACTOS DIRECTOS E INDIRECTOS"

Sobre cuántos encuentros ha habido al máximo nivel, Zapatero señaló que ha habido "algunas reuniones", apelando a la prudencia por aquellas personas "que se han comprometido mucho" ayudando de "forma generosa". En cualquier caso, sí explicó que el proceso desde el punto de vista de los contactos no fue "muy largo" porque hay "muchas dificultades" para que se produzcan. "Ha sido desde el punto de vista del tiempo real un proceso corto", señaló.

Zapatero admitió entonces que hubo "contactos directos e indirectos", como en "otros periodos". Se le preguntó entonces sobre si el arranque fueron las relaciones entre el dirigente del PSE Jesús Eguiguren y el de Batasuna Arnaldo Otegi y si con ellas se traicionaba el Pacto antiterrorista.

EGUIGUREN-OTEGI: EXPECTATIVA.

El presidente no negó estos contactos y afirmó que eran una "expectativa". "Ni siquiera la fundamental --reseñó--. Ha habido otras informaciones, otras expectativas que alentaban una posibilidad. Mi obligación como presidente del Gobierno era intentarlo desde los principios de defensa de la democracia y la convivencia. De unas reglas de juego que hemos venido manteniendo".

Zapatero también contestó que no se traicionó "en absoluto" el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo. Sobre los tanteos para la constitución de una mesa de partidos, Zapatero señaló que fue "en periodo incipiente".

"Teníamos que aproximarnos para intentar verificar --aseveró--. No me hubiera perdonado el no sondearlo, el no trabajar en esa dirección sería un irresponsable como español y presidente del gobierno". Eso sí, Zapatero tachó de "radicalmente falso" las afirmaciones de Pernando Barrena de que había unos compromisos firmados con Batasuna y ETA. "La mejor prueba es el comunicado, que dice que el Gobierno no ha cedido", zanjó.

Sobre si el hecho de que tres encapuchados culminasen a tiros un acto en Oyartzun, en Guipúzcoa o que se encontrase un zulo con armas no fueron para el Gobierno señales de que no había voluntad, el presidente se remitió a que en la tregua del 98 hubo una "permanente kale borroka" y se mantuvo "la expectativa y el trabajo".

DEBER DE INTENTARLO CON "MÍNIMA OPORTUNIDAD".

"Si había una mínima oportunidad, mi deber era intentarlo --dijo--. Y la obligación de todos, apoyar esa posibilidad, porque en este tiempo, el Gobierno mantenía los principios, con el respaldo del Parlamento y con el Estado de Derecho, la Constitución y las leyes".

Fue entonces cuando se le preguntó si esa esperanza se mantiene tras Barajas. "Allí la esperanza para mí es mínima, prácticamente inexistente", señaló en su primera respuesta.

Recordando su comparecencia de la víspera al atentado, el presidente afirmó que hasta el 30 de diciembre, habían pasado tres años sin víctimas mortales.

"Conociendo lo que son los grupos terroristas, la historia de procesos similares, hay una estrategia que algunos han intentado que es intentar negociar con violencia y cometer algún atentado", dijo Zapatero, que en ese punto recordó el atentado de Omagh.

"Ahí estaba el caso de Irlanda, que afortunadamente terminó bien para ellos después de tres años de conversaciones secretas y tras nueve años de proceso de paz --indicó--. Pero evidentemente, mi expectativa en torno a las posibilidades de culminar positivamente el proceso de fin de la violencia con el atentado brutal de Barajas quedaron prácticamente reducidas a la nada".

DE JUANA Y LA POLÍTICA ANTITERRORISTA.

En ese punto, se le preguntó sobre por qué el etarra José Ignacio de Juana Chaos fue enviado a un hospital de San Sebastián al concedérsele la prisión atenuada.

Zapatero contestó que el recluso estaba en huelga de hambre y que el Estado tenía dos obligaciones, primero, la de "intentar preservar la vida". "Cuando ha recuperado la salud, había que tomar una decisión y la política penitenciaria forma parte de la política antiterrorista".

"La circunstancia del momento en que en la situación límite de la huelga de hambre el Gobierno decide trasladarle a San Sebastián es distinta al momento del alta, que coincide además con lo que es la ruptura y el comunicado de ETA", aseveró Zapatero. "Es una política penitenciaria que el Gobierno debe aplicar", añadió el presidente, que recordó en ese punto los acercamientos que hizo el PP en la tregua de 1998.

Llamó a no adelantar acontecimientos ante la posibilidad de que De Juana, ahora en la cárcel de Aranjuez, haya iniciado una nueva huelga de hambre. "Si esa situación se produce, Instituciones Penitenciarias tendrá que tomar las decisiones oportunas siempre con una obligación que el Estado tiene, que es preservar la vida de quienes están a su cargo", agregó.

Sobre si volvería a actuar en este caso de la misma forma, Zapatero afirmó que ello responde a la "política penitenciaria en un momento dado, antes de la ruptura del alto el fuego" e intentando preservar la vida.

NAVARRA: INTERÉS DE NAVARRA, DEL PAÍS Y DEL PSOE.

Por último, y en cuanto a si la ruptura del alto el fuego ha modificado su punto de vista respecto al Gobierno de Navarra, Zapatero enfatizó que "en absoluto".

Dijo que los socialistas navarros tomarán la decisión "en primer lugar lugar por los intereses de Navarra, en segundo, del país, y en tercer lugar, de los intereses del PSOE".

En este punto, criticó que el PP haya "utilizado" Navarra y calificó de "positiva" la declaración del candidato de UPN Miguel Sanz, respecto a su declaración institucional tras la ruptura del alto el fuego. "Ojalá sea esa línea y se recupere la cordura y la responsabilidad", finalizó.