MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) lamenta en su último estudio la "violación de la soberanía internacional" permitida por la comunidad internacional sobre el estatus de la autoproclamada República de Kosovo, que ha sentado un "precedente" por el que Rusia inició la invasión de la ex república soviética de Georgia.
Por ello, el análisis, realizado por el ex embajador de España en Washington, Javier Rupérez, propone al Gobierno español que adelante una propuesta por la que la comunidad internacional rechace de pleno la independencia kosovar a cambio de que Rusia niegue cualquier propuesta separatista por parte las comunidades prorrusas de Abjazia y Osetia del Sur. Al mismo tiempo, estima que la OTAN "debería proceder a invitar formalmente a Georgia a formar parte de la Alianza Atlántica" al tiempo que se refuerzan los lazos de cooperación con Rusia.
No obstante, FAES responsabilizó directamente en su estudio al Gobierno de Moscú como "vulnerador" de la ley internacional al "violar la integridad territorial" de Georgia, en línea con la actitud demostrada por el Gobierno ruso que, en la década de los 90, "alentó y armó a los movimientos osetios y abjazos" contra Georgia, ante el temor despertado por el crecimiento de la OTAN durante los últimos años, y con la posibilidad de incorporación de esta antigua república soviética a la Alianza Atlántica.
El conflicto sobre Georgia ha provocado "la realidad de un endurecimiento en las relaciones Este-Oeste". "Atentar contra la integridad territorial de los Estados es la manera más segura de poner en peligro la indispensable estabilidad en las relaciones internacionales", indicó el informe.
Finalmente, el informe indica que el sistema internacional debe "castigar" a Rusia como "transgresor" de esta integridad, "haciéndole sentir la consecuencia de sus acciones y el aislamiento con el que la comunidad internacional manifiesta su desagrado", e indica que España sería una de las "pocas voces autorizadas para hacerlo", dada la "rara autoridad" que le confiere haber sido un país que se ha negado reconocer la independencia de Kosovo, "pretexto" del conflicto entre Rusia y Georgia.
