FAGO (HUESCA), 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El municipio pirenaico de Fago continúa tranquilo a la espera de que, a las 17,00 horas, comience la asamblea vecinal que debe proclamar a los posibles candidatos a la Alcaldía, debatir y elegir uno de ellosm después de que el pasado 12 de enero fuera asesinado el anterior primer edil, el popular Miguel Grima, presuntamente a manos del ganadero y agente forestal Santiago Mainar.
A las 16,00 horas apenas se dejaban ver los 28 vecinos con derecho de sufragio activo y pasivo en este proceso electoral, que se realizará en virtud de la Ley de Administración Local de Aragón, que regula las condiciones para el funcionamiento de los pequeños municipios con menos de 100 habitantes que, como Fago, se rigen por el sistema de Concejo abierto, es decir, por asamblea.
Periodistas y redactores gráficos se han ubicado junto al puente que permite cruzar el río de Fago y acceder a la Casa Consistorial. El bar Casa Marieta, el único establecimiento abierto al público habitualmente, permanece cerrado. La Guardia Civil custodia las entradas al pueblo por Majones y por Ansón con sendas parejas apostadas, junto a sus vehículos, en las entradas del pueblo.
El hasta ahora teniente de alcalde de Fago, Enrique Barcos, se comprometió con el PP a ocupar la Alcaldía de este municipio hasta que se celebren las elecciones municipales del próximo 27 de mayo. Se desconoce si se van a presentar otros candidatos. Desde ayer, sustituye a Grima en el Consejo Comarcal de Jacetania la concejala de Jaca y abogada Blanca Puyuelo.
Fago debe recuperar, esta tarde, la 'normalidad' política e institucional, después de que las tensiones vividas durante años entre Miguel Grima y el sector que abanderaba con varios vecinos opositores al alcalde, desembocaran en su asesinato, cometido mediante una emboscada en la carretera que une Majones con Fago, en la noche del 12 al 13 de enero, después de que Grima saliera de la sede del Consejo Comarcal, cerca de la estación ferroviaria de Jaca, y volviera a su pueblo.
Para llegar a Fago desde Jaca, por Majones, es preciso tomar la carretera nacional que une Jaca con la ciudad de Pamplona, tomar el desvío de Villarreal de la Canal y recorrer 17 kilómetros en los que hay que salvar, en total, más de 140 curvas, muchas de ellas pronunciadas por una calzada con sólo tres señales de tráfico verticales, ninguna horizontal y con espacio para un solo turismo, prácticamente. Hoy se pudieron observar tres desprendimientos leves de piedras en esta carretera.
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