Felipe González dice que las relaciones entre el Ejército y el poder civil siempre tendrán "algún nivel de tensión"

Actualizado: lunes, 21 abril 2008 19:06

Para Narcís Serra, la clave para conocer "el estado de normalidad" de un país es "saber cómo está el Ministerio de Defensa" y su titular

MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente del Gobierno Felipe González cree que las relaciones entre el poder civil y el Ejército, por "las características lógicas del comportamiento y de la configuración de las Fuerzas Armadas", siempre tendrán "algún nivel de tensión". El problema, a su juicio, radica en "civilizar algunas de estas tensiones para reconducirlas a lo que tiene que ser una democracia consolidada".

González se pronunció de esta manera durante la presentación hoy en Madrid del libro del que fuera su ministro de Defensa entre los años 1982 y 1991, Narcis Serra, 'La transición militar', en el que Serra analiza los procesos de transición democrática y la reformulación de las relaciones entre los gobiernos civiles y las Fuerzas Armadas.

El libro, explicó el ex presidente, trata de establecer algunos criterios para saber cuándo un proceso de transición ha llegado a su "consolidación" y cuándo el proceso consolidado no corre el riesgo de hacerse reversible.

En este marco, González destacó la "dificultad" para comprender "el fondo de las relaciones de poder entre el poder civil representativo y el poder militar cuando ha sido poder militar durante mucho tiempo", ya que en éstas hay una "línea de flotación que divide la perspectiva que uno tiene del iceberg", y en la que "la parte que no se ve suele ser mucho más importante".

En este punto, recordó cómo, durante su mandato, el "peor momento en este tema" ocurrió "cuatro o cinco o seis días después" del 8 de diciembre de 1982, cuando el ministro de Defensa le informó de que había un orden del día para el Consejo Supremo de Justicia Militar "no muy deseable", sobre el indulto a los responsables del 23-F antes de que llegara la Navidad.

Según indicó González, "nunca" se habló "de ese lío en público", a pesar de que en la etapa de transición era muy frecuente que una "declaración no pertinente de un responsable militar fuera contestada por un político en debates parlamentarios". Sin embargo, dijo, a partir de ahí desaparecieron esos debates, aunque no "las declaraciones no pertinentes", y se sustituyeron "por el paso a la reserva de los que no eran pertinentes en sus declaraciones".

"NO ES UN BEST-SELLER".

El ex presidente aseguró que el libro del político catalán le ha "sorprendido gratamente", a pesar de que "no es un best-seller", en el que Serra relate sus memorias, pero recalcó que es una obra que hay que "analizar e incluso estudiar" para acercarse a los procesos de transición no consolidados.

En cualquier caso, recomendó al actual presidente de Caixa Cataluña que se dé "prisa" y escriba un libro con sus "memorias", antes que la edad le haga "perderlas".

Por su parte, Serra explicó que con su obra ha pretendido proponer un "modelo" a seguir en los procesos de transición a la democracia y "justificar" unas políticas que, a su juicio, se deben acometer en los mismos.

Para el que también fuera ex vicepresidente del último Gobierno de González, este proceso debe tener una primera etapa en la que las Fuerzas Armadas dejan de intervenir en la política y una segunda en la que el Gobierno "es capaz de elaborar políticas militares y de defensa", si bien advirtió de que "sólo con cambios legales no hay un verdadero acomodo" del poder militar al civil.

A su juicio, el "punto central" para conocer "el estado de normalidad" de un país es "saber cómo está el Ministerio de Defensa" y su titular. "La pieza esencial para que todo esto funcione es el ministro de Defensa", destacó.

Finalmente, Serra, que ha asistido los procesos democráticos en países como Chile, Perú y Serbia, abogó por "escuchar mucho" a los militares pero defendió que cuando una decisión está tomada "no hay debate público" que la desdiga.