MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) condenó hoy la sentencia de 20 años de cárcel contra el periodista ceilandés de etnia tamil J. S. Tissainayagam y la calificó de "brutal e inhumana", además de acusar a las autoridades de Sri Lanka de abusar de las leyes antiterroristas para silenciar a los críticos pacíficos.
El Tribunal Superior de Colombo condenó hoy a Tissainayagam, un prominente periodista, de "provocar discordia en la comunidad" y "recibir dinero de los rebeldes Tigres de Liberación de la tierra Tamil (LTTE) para pagar su página web".
Fue detenido el año pasado y posteriormente acusado de incitar a la violencia en artículos en su revista, el 'North Eastern Monthly', que entonces fue cerrada. "La sentencia es desproporcionada, brutal e inhumana, y nos recuerda lo peligroso que se ha vuelto Sri Lanka para los periodistas independientes", afirmó el secretario general de la organización, Aidan White.
"La FIP está preocupada por el bienestar de Tissainayagam en prisión", indicó White. "Las autoridades ceilandesas deben asegurarse de que permanece en un ambiente seguro y que tiene acceso a asistencia médica por lo deteriorado de su salud", añadió.
El Tribunal Supremo de Colombo halló culpable a Tissainayagam de incitar a los disturbios étnicos y raciales, de imprimir y publicar dicho material y de recoger dinero para su revista procedente de las ONG.
Sin embargo, los abogados defensores afirmaron que no hay pruebas de que intentara provocar un conflicto religioso, racial o regional. Según sus abogados, fue acusado por ser tamil y por sus críticas al Gobierno y a las fuerzas de seguridad.
Desde el arresto de Tissainayagam, la FIP ha estado preocupada por su tratamiento en detención, incluida su tortura para conseguir una confesión. Según esta organización, fue retenido sin una explicación durante más de 150 días, un tiempo durante el cual fue torturado y se le negó asistencia médica.
La FIP dice que la acusación y condena simbolizan el estado de la libertad de prensa en Sri Lanka, donde al menos ocho periodistas han sido asesinados desde 2007. Otros han sido golpeados, acosados, detenidos y amenazados con la muerte. Muchos periodistas han sido obligados a abandonar el país por su seguridad. "No abandonaremos nuestra campaña hacia Tissainayagam", indicó White. "Debería ser liberado, y esta injusticia debe deshacerse de inmediato", añadió.
