La fiscal confirma su petición de cinco años de cárcel para un joven de Llodio por colocar un artefacto en un cajero

Actualizado: martes, 25 noviembre 2008 15:20

La acción fue reivindicada en Gara en protesta por una de las condenas del proceso seguido por el TS contra Jarrai, Haika y Segi

MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

La fiscal de la Audiencia Nacional Susana Landeras elevó hoy a definitiva su petición cinco años de cárcel para un vecino de Llodio (Álava) Oier Amorortu, acusado de colocar, la noche del 4 de febrero de 2007, un artefacto incendiario explosivo en un cajero automático de la localidad perteneciente a la entidad Caja Vital que finalmente no hizo explosión.

La representante del Ministerio Público le considera autor de un delito de tenencia de sustancias o aparatos explosivos inflamables, incendiarios o asfixiantes con la agravante de disfraz. Durante el juicio que hoy quedó visto para sentencia en la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Landeras defendió que los hechos "han quedado suficientemente acreditados" y que, "en caso de que el artefacto hubiese tenido una composición adecuada, habría generado daños".

La fiscal se basaba en los testimonios prestados durante la vista por los peritos, quienes confirmaron que la explosión del artefacto habría causado una llama de seis metros de alto y habría provocado que sus fragmentos salieran despedidos a 13 metros de distancia. "La simple tenencia de ese artefacto, anque no explosionase, ya es suficiente para condenar ya que, de no hacerlo, sería premiar a quien, pese a intentarlo, no logra su objetivo", añadió la fiscal.

"No puede caber duda ninguna de que el objetivo era atentar contra la paz pública", reiteró Landeras, quien recordó como la acción fue reivindicada en el diario 'abertzale' Gara en protesta por la detención de Gartxen Garaio Atxurra, que se produjo en el marco del proceso que el Tribunal Supremo siguió contra Jarrai, Haika y SEGI.

ACTUÓ CON CAPUCHA

Además, según el Ministerio Público, Amorrortu utilizó una capucha para cubrirse el rostro cuando colocó el artefacto compuesto por dos petardos pirotécnicos, dos botes de spray de pintura y seis fósforos de madera bajo el cajero automático situado en el número 3 de la calle Arantzar de Llodio. Según explicaron los peritos, no se produjo la deflagración ya que los petardos carecían de la potencia suficiente para reventar los botes de aerosol.

El propio Oier Amorortu negó hoy cualquier participación en los hechos, explicó que aquella noche se encontraba en su casa y que los botes de sprays como los usados para el explosivo que se encontraron en un bar de su propiedad eran para decorar el establecimiento. Esta versión fue corroborada por su hermano que declaró como testigo y reiteró que su hermano se encontraba con él en casa en el momento de los hehcos chateando por Internet con una chica valencia que también testificó confirmando este extremo.

Entre las pruebas que presenta la fiscal constan también restos biológicos hallados en uno de los fósforos del artefacto idénticos a otros que fueron encontrados en un botellín, una servilleta, unos guantes y un sobre de azúcar utilizados por el acusado.

No obstante, el abogado de Amorortu defendió la libre absolución de su cliente rechazando la prueba de ADN ya que, según dijo, "no fue respetada la cadena de custodia del artefacto". Según defendió hay contradicciones entre los agentes en cuanto al número de fosforos que integraban el artefacto lo que calificó como "una laguna insalvable".