VALLADOLID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio Fiscal mantuvo finalmente la petición de tres años de cárcel y multa de 300 euros por tráfico de drogas para María Luz J.V, esposa del 'Pío' Rafael J.L, uno de los dos hermanos recientemente juzgados por el triple crimen de la calle Tajo de Valladolid. La acusada fue sorprendida el 13 de julio de 2006 en el barrio de Las Viudas cuando, presuntamente, vendía a un toxicómano dos papelinas de heroína que sacó del sujetador.
La postura del fiscal se mantuvo invariable, y eso a pesar de que la procesada negó que la droga que le fue incautada estuviera preordenada al tráfico y aseguró que era para su propio consumo, dado que por aquellas fechas se hallaba sumida en una profunda depresión debido a que su marido se encontraba preso.
María Luz J.V, en declaraciones recogidas por Europa Press, relató que ese día había salido de compras con su hija y una sobrina y se encontraba en la calle Tajo, momento en el que fue detenida por la Policía Nacional. Ella aseguró que los 1,04 gramos de heroína que ocultaba en la copa derecha del sujetador eran para su autoconsumo, mientras que sobre los casi 190 euros que ocultaba dijo que eran procedentes de la venta de chatarra y los tenía para costearse el viaje a Madrid con el fin de "comunicar" con su marido, que se encontraba encarcelado.
Sin embargo, el policía nacional que fue testigo directo de la transacción ratificó haber presenciado cómo un toxicómano llamado José Ignacio M.G. se acercó a la acusada, que se hallaba sentada en una silla a la altura del número 4 de la calle Guadiana, intercambió con ella unas palabras y acto seguido María Luz J.V. sacó de la parte derecha del pecho un par de papelinas que entregó a cambio de dinero.
MIEDO A REPRESALIAS.
El agente siguió al toxicómano hasta la Avenida de Segovia y fue allí donde le interceptó en posesión de dos envoltorios de heroína que, según confesó entonces, se los acababa de vender la acusada. El drogadicto, sin embargo, se negó a firmar el acta de aprehensión por miedo a posibles represalias.
Fue entonces cuando se detuvo a la procesada y se la trasladó a dependencias policiales, donde una funcionaria de la Policía Nacional, en un cacheo exhaustivo, descubrió que María Luz J.V. ocultaba 16 envoltorios de heroína en la copa derecha del sujetador y en la otra copa un monedero con 9,80 euros, junto con otros 180 euros dentro de una bolsa de tela de cuadros rojos y blancos atada a la cintura por debajo de la falda.
El policía testigo de la venta explicó además que la operación no fue casual, ya que se había montado un dispositivo en el barrio de Las Viudas tras tener noticias de que una mujer rubia de etnia gitana se dedicaba a traficar.
Todas estas pruebas, sobre todo el testimonio del policía que presenció la transacción en primera persona, fueron más que suficientes para que el Ministerio Fiscal mantuviera los cargos y pena contra la procesada, mientras que el letrado de la defensa pidió una sentencia absolutoria.
Este último fundamentó su postura en el hecho de que, casualmente, las 16 papelinas intervenidas a su defendida tenían una pureza de 26,17 por ciento y las dos ocupadas al toxicómano del 24,21 por ciento, lo que, según dijo, demuestran que María Luz J.V. no fue la persona que se las proporcionó. "A una buena película no le faltan fotogramas, si bien en este caso estamos ante una donde esos fotogramas han sido encajados a la fuerza", concluyó el letrado.