BILBAO, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Fernando Buesa considera que son los familiares quienes "han dado los pasos más importantes" para lograr hacer "visibles" a las víctimas ante la sociedad. Además, afirma que las familias de los fallecidos sólo volverán al ámbito privado "cuando se garantice que no se acomete el proyecto por el que se les asesinó".
El colectivo, junto a la plataforma Aldaketa, celebrará el jueves en Vitoria una jornada sobre la "visibilidad social y política de las víctimas del terrorismo y su significado político", en la que defenderán este tipo afirmaciones.
Según Natividad Rodríguez, presidenta de la Fundación y viuda del dirigente socialista asesinado por ETA Fernando Buesa, este tema es "es una asignatura pendiente en la que, afortunadamente, se van produciendo avances".
En un manifiesto elaborado con motivo de las jornadas, Rodríguez asegura que el "encaje" de las víctimas del terrorismo en "la vida social, política y cultural de la sociedad vasca no ha sido ni va a ser fácil".
"Durante muchos años, los gobernantes han ocultado su realidad, y a la propia sociedad vasca le incomoda asumir cuál ha sido su comportamiento respecto a las víctimas. Ahora que las víctimas se han hecho visibles, que ya es imposible seguir ocultando su realidad, es preciso evitar los intentos de anularlas como significantes políticos", manifiesta.
Para la presidenta del colectivo, han sido los "propios familiares" de las víctimas, "con un esfuerzo denodado que a la larga tendrá que agradecer el conjunto de la sociedad", quienes han dado "los pasos más importantes para poder hacerlas visibles en la sociedad vasca". "A partir de sus propias organizaciones, las víctimas se han convertido en referencia inevitable para la sociedad y para la política vasca", dice.
Rodríguez indica que, en ese "proceso de visibilización de las víctimas", las organizaciones sociales "han ido creando espacios para que la necesidad de la memoria, el respeto debido y su significado político, sobre todo el de las víctimas asesinadas, fuera tomando cuerpo de opinión social a tener en cuenta" y han materializado "foros en los que muchos ciudadanos han podido ir opinando".
A su juicio, "en estos momentos en los que muchas batallas están ganadas para la memoria y el respeto de las víctimas", falta por "librar la batalla decisiva, la batalla por establecer de forma definitiva el significado político de las víctimas".
"Es preciso que además de ciudadanos individuales, sean las propias víctimas familiares las que tomen la palabra para establecer su función fundamental que no es otra que la de, además de reclamar el respeto y el reconocimiento de la sociedad y de las instituciones públicas, servir de mediadores del significado político de las víctimas asesinadas", reclama.
"VÍCTIMAS FAMILIARES"
Para Natividad Rodríguez, todos los esfuerzos de la sociedad y de las instituciones públicas con las "víctimas familiares" pierden su sentido "si se fuerza con ello a que estas víctimas sirvan de escudo que termine ocultando lo que en realidad las instituyó como víctimas: la intención política por la que fueron asesinados sus allegados, la intención política por la que fueron ellas obligadas a revestir la condición de víctimas familiares".
"El proceso de visibilización de las víctimas -asesinadas y familiares- es un proceso que debe continuar. Es preciso que no sólo se hable de las víctimas familiares, sino que sean ellas mismas las que tomen la voz, hablen de su situación, de lo que han vivido, de su función de transparentar las víctimas asesinadas y su significado político, y de aportar así un elemento de conocimiento ético de la sociedad vasca y de su historia reciente que pueda servir de fundamento para la proyección del futuro de Euskadi", dice.
La presidenta de la Fundación Fernando Buesa considera que "la visibilidad de las víctimas debe ser la visibilidad del significado político de los asesinados, una visibilidad que debe quedar institucionalizada en la forma de definir el futuro de la sociedad vasca".
Por esta causa, advierte de que "las víctimas familiares podrán volver a su espacio privado sólo cuando esté garantizado que la definición del futuro político de la sociedad vasca se produce desde la memoria y el respeto al significado político de las víctimas asesinadas, que no es otro que la imposibilidad del proyecto que fue causa de su asesinato".
También cree que los partidos políticos "no pueden quedarse en su cercanía -sincera o no- a los familiares de las víctimas si a través de ellas no llegan a la pregunta que está inscrita a sangre y fuego -literalmente- en cada víctima asesinada". "¿Es legítimo el proyecto que sirvió como causa de su asesinato?", pregunta.