MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha apelado este martes a los consensos nacionales y ha pedido a las demás formaciones "generosidad" ante la actual situación de crisis económica porque, según ha dicho, las reformas que ha puesto en marcha el Gobierno de Mariano Rajoy pretenden "consolidar el Estado de Bienestar" y no "derribarlo". Es más, ha admitido que en esta "difícil" situación hasta el PP ha tenido de renunciar "temporalmente" a sus principios ideológicos.
"Hemos pedido sacrificios importantes y hemos adoptado medidas que no nos gustan, que no están ni en nuestros principios ideológicos ni estaban tampoco en nuestras previsiones de gestión. Es cierto que lo hemos hecho con carácter temporal, pero lo hemos hecho precisamente porque nuestro objetivo es impulsar de nuevo el bienestar", ha declarado Gallardón en un desayuno informativo organizado por Europa Press en alusión a medidas como la subida del IRPF.
El ministro ha afirmado que el Ejecutivo se ha visto obligado a tomar estas medidas "como consecuencia de la situación extraordinariamente difícil" que vive España pero ha recalcado que lo hace desde la "legitimidad moral" de que son las propuestas de los partidos "moderados y centrados como el PP" las que pueden "no solamente resolver la crisis, sino sentar una base de estructura" que haga "difícil" que esta situación se repita en el futuro.
Gallardón ha justificado la medidas subrayando que el Gobierno actúa "desde unos parámetros éticos" --ha citado la ética de esfuerzo, de la austeridad, el ahorro o la confianza-- y, de hecho, ha señalado que están tomando "medidas que sorprenden", por lo que no puede decirse que actúen bajo "una moral exclusivamente burguesa".
"LO MÁS URGENTE, CAMBIAR LA REALIDAD DE ESPAÑA"
Tras asegurar que el Gobierno quiere superar la crisis contando con el conjunto de la sociedad, ha recalcado que "lo más urgente" en este momento en la agenda del Ejecutivo es "cambiar la realidad de España". "Cambiar la realidad para que seamos fuertes ante una realidad que en estos momentos nos hace frágiles como consecuencia de habernos situado en un objetivo especulativo de determinados mercados financieros", ha indicado.
En este sentido, ha abundado que las iniciativas del Gobierno persiguen "consolidar el Estado del Bienestar, no derribarlo", "incluso aquellas que en un momento determinado pueden suponer una restricción de determinados servicios que históricamente nos habíamos dotado los españoles".
"Así tiene que entenderlo la sociedad y así nos gustaría que lo entendieran el resto de las fuerzas políticas y fueran en estos momentos responsablemente generosas en el apoyo de unas medidas que son absolutamente imprescindibles para consolidar el Estado del Bienestar", ha proclamado.
Gallardón ha reiterado que España no había afrontado una situación "tan dura y difícil" pero ha admitido que "nunca" antes un Gobierno había llevado a cabo un programa de reformas tan "profundo" en sólo tres meses y medio, con iniciativas como la reforma laboral, los ajustes presupuestarios o la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
"Creo que desde la Transición política, desde los Pactos de la Moncloa ningún Gobierno había exhibido semejante grado de pragmatismo", ha dicho, para apelar de nuevo al "esfuerzo de todos" para sacar adelante esta "empresa cargada de dificultades".
LA COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO
Al ser preguntado en el coloquio posterior si considera que el Gobierno comunica bien las duras reformas, el ministro ha señalado que "nadie" piense que como consecuencia de "una pérdida de imagen" ante la opinión pública "va a dejar de adoptar medidas que tiene que poner en marcha".
A su juicio, comunicar "es importante" pero lo es más "hacer lo que tiene que hacer". "Si alguien nos dice que tenemos que mejorar la comunicación trabajaremos en ese sentido, pero no es la prioridad, que es hacer lo que tenemos que hacer", ha manifestado, para recalcar que España "necesita reformas" porque cuando se hagan "alcanzará la senda de la prosperidad".
Si para ello el "precio" a pagar es que algunos miembros del Ejecutivo como él mismo tenga una "pérdida de popularidad", no es que sea "un precio barato sino que es la mayor satisfacción" que podrían tener los ministros, ha señalado.
"UN NUEVO UTILITARISMO"
Durante su intervención, Gallardón ha propuesto un "nuevo utilitarismo", ajustado a los retos del siglo XXI que concilie eficiencia económica con la reducción de los equilibrios, la justicia social y el "reparto proporcionado de los sacrificios".
En el plano de la Justicia, ha apostado por actuar guiado por los principios de eficacia y la equidad y ha aprovechado para recordar que España es ahora el país número 63 del mundo "en cuanto a la eficiencia del marco jurídico".