Gesto por la Paz convoca una manifestación el sábado para conseguir el "desistimiento definitivo" de ETA

Actualizado: sábado, 2 febrero 2008 14:25

Advierte de que situar "el cese de la violencia de ETA" en la consecución "de un determinado estatus político" legitima a la banda

BILBAO, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

Gesto por la Paz ha convocado para el próximo 9 de febrero, como cada año, su tradicional manifestación con motivo del "Día Internacional de la no violencia", que pretende convertir "en un silencioso grito" para lograr "el desistimiento definitivo" de la banda. Además, advierte de que situar "el cese de la violencia de ETA" en la consecución "de un determinado estatus político" supone "legitimar" a la organización terrorista y levantar "expectativas" en ella.

En una rueda de prensa celebrada en Bilbao, en la que el colectivo pacifista presentó la marcha que el próximo sábado recorrerá las calles de Bilbao bajo del lema "En mi nombre, paz y libertad. ETA no", la representante de Gesto, Inés Rodríguez, leyó en castellano un documento en se exige "el fin inmediato y definitivo de su actividad terrorista y de su permanente amenaza".

El texto, al que Fabián Laespada dio lectura en euskera, señala que "ésta es la prioridad que, trágicamente, sigue imponiendo ETA al negarse a oír la voz mayoritaria de la ciudadanía que demanda el cese inmediato y definitivo de la violencia".

Por ello, la agrupación pacifista pretende, con la marcha, reivindicar la necesidad de reafirmar el compromiso de la ciudadanía con la pacificación y de realizar "un análisis sereno de la realidad", pese al "hastío y la desesperanza" que suelen "aflorar, sobre todo, tras la ruptura por parte de ETA de periodos de tiempo en los que ha cesado en su actividad".

A su juicio, "cualquier aproximación al problema de la violencia, especialmente, si se aborda su posible solución, se debe realizar desde la asunción de unos principios básicos", como son "la deslegitimación de la violencia, la separación clara entre el problema de la violencia y los conflictos de carácter político que tiene esta sociedad, y la solidaridad y el reconocimiento hacia las víctimas directas de la violencia terrorista". "La violencia no tiene, ni ha tenido nunca, legitimidad alguna y, por tanto, no existe ninguna razón que la justifique, la ampare o la explique", apunta.

A su entender, "el recurso a la violencia no ha sido inevitable", sino que "ha sido el medio por el que ha optado voluntariamente un reducido grupo para tratar de imponerse por la fuerza". "ETA y quienes siguen justificando o contextualizando sus acciones son los responsables de la continuidad de la violencia", dice, para subrayar que "la práctica del terrorismo, en estos momentos, ha alcanzado en el ámbito internacional sus mayores cotas de rechazo y desprestigio".

Pese a ello, denuncia que "ETA y quienes le amparan siguen actuando e intentando infructuosamente justificar su existencia". "Ante esta realidad, no se puede ceder en la defensa de los principios democráticos, ni se pueden poner en cuestión en ningún proceso de finalización de la violencia", dijo.

Para la coordinadora pacifista, "el mensaje a ETA debe ser claro: no puede ser interlocutor de ninguna conversación sobre el desarrollo político de nuestra sociedad". "El deseado final llegará en el momento en que quienes siguen practicando la violencia desistan de ella de forma definitiva e incondicional. El desistimiento definitivo e incondicional de la violencia no puede plantearse de forma condicional, como elemento de negociación para alcanzar réditos políticos", manifestó.

Gesto por la Paz asegura que éste "debe ser el punto inicial del final definitivo". "Está en manos de ETA y de quienes le apoyan. Es su decisión y su responsabilidad, que no pueden transferir a los demás, como continuamente lo intentan", precisó.

"OTRO PELIGRO"

No obstante, advirtió de que "en el contexto actual existe otro gran peligro". "Desde una postura de rechazo a ETA, se presentan iniciativas que abordan el futuro político de esta sociedad desde unos determinados planteamientos ideológicos, pero, a su vez, se defiende que el desarrollo de las mismas nos acercará a la paz. Este planteamiento resulta muy peligroso porque, con él, facilitamos que ETA se sitúe a la expectativa, a la espera de que se puedan alcanzar unos objetivos políticos determinados", añadió.

Tras reconocer que "toda la sociedad anhela con urgencia la paz", advirtió de que "no se puede hacer un planteamiento que sitúe, en el tiempo, el cese de la violencia de ETA tras la consecución de un determinado estatus político". "Si esto fuera así, estaríamos legitimando a ETA y su violencia", afirmó.

Además, denunció que "la violencia de ETA supone una enorme dificultad para desarrollar una política normalizada, especialmente para las opciones políticas no nacionalistas, que están amenazadas en mayor grado".

"Al mismo tiempo, ETA no debe paralizar, ni mucho menos protagonizar, el desarrollo del futuro político. Por tanto, intentar conjugar estas dos afirmaciones -hacer política a pesar de la violencia y evitar que ETA tutele la política- nos exige que cualquier propuesta significativa sobre el futuro político de esta sociedad se gestione y se desarrolle bajo un consenso mayor que si no existiera la violencia", precisó.

A su juicio, "éste es el peaje democrático que deberíamos cumplir por la existencia de ETA y su intento de injerencia en política por medio del terrorismo". "Ese consenso debe estar basado en el reconocimiento de la pluralidad de la sociedad y en él deben participar nacionalistas y no nacionalistas, porque en ese debate se intenta inmiscuir ETA con su negación de la pluralidad, con sus amenazas y con sus supuestas aspiraciones políticas", añadió.

RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS

Asimismo, indica que "la lamentable y cansina" persistencia del terrorismo "no puede provocar la más mínima disminución en la exigencia de que la necesaria lucha contra el terrorismo se debe realizar bajo el escrupuloso respeto de los Derechos Humanos y los principios democráticos".

"No vale todo en la lucha contra el terrorismo. La firme y clara defensa de este principio fortalece al Estado de Derecho, y todos los estamentos implicados debemos defender activamente este principio frente a quienes siguen justificando el asesinato", puntualiza.

Inés Rodríguez y Fabián Laespada destacaron que "las víctimas del terrorismo han sufrido y están sufriendo directamente las consecuencias del ataque terrorista que va dirigido a toda la sociedad, a su pluralidad y a su capacidad de decidir su propio futuro libremente". "La existencia de las víctimas, como resultado más dramático de la actuación del terror se debe convertir en la bandera que enarbole la sociedad contra el totalitarismo de ETA", señalan.

En esta línea, subrayaron que "su reconocimiento debe ser el impulso" del camino hacia la paz. "En la manifestación del 9 de febrero, al exigir la desaparición de ETA, estaremos rindiendo nuestro homenaje a cada una de las víctimas del ataque del terrorismo contra nuestra sociedad y recordaremos, de manera especial, a Fernando Trapero y Raúl Centeno, las últimas víctimas de la intolerancia de ETA", en referencia a los guardias civiles asesinados en Francia.

Tras señalar que no se puede "permanecer al margen", instaron a no aceptar "que la violencia se ejerza en nombre de ninguna causa" que tenga que ver con los vascos y participar en la marcha convocada para el próximo sábado.

Por ello, expresaron su deseo de que su movilización, que saldrá a las cinco y media de la tarde de la Plaza del Sagrado Corazón, se convierta "en un silencioso grito que, desde la diferencia", una a toda la ciudadanía en su "deseo de paz frente a la intolerancia y el totalitarismo de ETA".