Gómez de Liaño aconseja a Garzón pedir a sus admiradores que dejen de manifestarse porque la mejor defensa es silenciosa

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 18 mayo 2010 13:40

MADRID 18 May. (EUROPA PRESS) -

El ex magistrado de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño, recomendó hoy al juez Baltasar Garzón, apartado cautelarmente de su función, que "pida a sus admiradores que dejen ya de manifestarse" porque, a su juicio, "la mejor defensa es la silenciosa, con poco ruido y desde el estudio y la reflexión".

Gómez de Liaño se expresó así en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press y añadió que la campaña que se está siguiendo contra el Tribunal Supremo por las tres causas contra Garzón, "hace unos años hubiese sido considerada un delito de desacato" aunque, "afortunadamente", ahora no existe esa figura, y la "prudencia" de los magistrados de la Sala Segunda del Alto Tribunal es la de "aguantar el chaparrón y soportar" porque es uno de los "precios de la independencia".

"Lo que está ocurriendo es bastante grave y espero que no se repita. A mí me parece que las ofensas y desprecios al Tribunal Supremo a raíz de la intervención de Varela en este procedimiento es algo insoportable y, lo que es peor, no hay argumentos jurídicos para ello", subrayó.

En este sentido, consideró que "la mejor tribuna" para defenderse "no es la mediática, sino la judicial". Añadió que, para él, "lo emocionante" es ver como los magistrados del Supremo "están soportando este tipo de presiones".

Recalcó que "mucha gente no sabe" que "todas las decisiones tomadas hasta ahora" han sido adoptadas "por unanimidad, sin ningún voto discrepante" y entre las tres causas "ha intervenido casi la totalidad de la Sala" de lo Penal, que, además, está compuesta "por magistrados que conocen el oficio y de prestigio".

"Hablar de cosas como que está compuesta de herederos de el franquismo y torturadores, que lo de Garzón es el peor golpe de estado desde el 23F, que estamos ante una cacería que fuera de España no se entiende y que hasta un premio Nobel como José Saramago profetice un clamor popular y que haga suyas las lágrimas, inexistentes por cierto, de Garzón, me parece que son claramente excesos propios de una argumentación emocional pero muy lejana al derecho y a lo que es la argumentación jurídica, desde luego", apostilló.

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