González Laya viaja a Níger y Chad para impulsar la cooperación europea con la inestable región del Sahel

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), acompañado por la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya (1i), durante su participación en la cumbre internacional sobre el Sahel, cuyos temas de debate son, entre
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d), acompañado por la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya (1i), durante su participación en la cumbre internacional sobre el Sahel, cuyos temas de debate son, entre - Moncloa - Archivo
Actualizado: miércoles, 7 octubre 2020 17:47

Los dos países están a la cola del Índice de Desarrollo Humano y son escenario de tráfico de migrantes y violencia terrorista

MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, visitará este jueves Níger y el viernes se desplazará a Chad en su condición de presidenta de turno de la Asamblea de la Alianza Sahel, una iniciativa creada en 2017 para evitar la dispersión y aumentar la eficacia de los proyectos de cooperación europea en esta región africana, valorados en 11.000 millones de euros.

El Sahel, son más de 5 millones de kilómetros cuadrados, en el flanco sur del desierto del Sáhara, que se han convertido en una de las regiones más inestables del mundo, con presencia de múltiples grupos terroristas y tráficos de personas, armas y drogas, todo ello abonado por la ausencia del Estado en vastas extensiones de territorio y por una pobreza endémica y agravada por la crisis climática y la propia violencia.

El riesgo que este caldo de cultivo supone para la región y para Europa ha llevado a poner en marcha una sucesión de iniciativas en ambos continentes, entre ellas, en 2017, la fuerza G5 Sahel por parte de Mauritania, Malí, Burkina Faso, Chad y Níger. Pese a los esfuerzos, según datos de la ONU, en 2019 murieron en ataques terroristas al menos 4.000 personas en Burkina Faso, Malí y Níger, cinco veces más que en 2016.

En enero de este año, europeos y africanos decidieron poner en marcha una "Coalición Sahel" para dar coherencia y coordinar los distintos esfuerzos. España está acompañando los esfuerzos de Francia por poner esta región del mundo en el mapa de prioridades europeo.

"Lo que nos estamos jugando en el Sahel es la seguridad de todos nuestros ciudadanos, estén al norte o al sur del Mediterráneo. E incluso más allá, pues el riesgo de extensión de esta amenaza hacia los países del Golfo de Guinea es cada vez más real", afirmó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una cumbre regional celebrada en junio en Mauritania, en su primer viaje tras el estado de alarma por la COVID-19.

El propio Sánchez viaja este miércoles a Argelia, cuya frontera sur con Malí es también escenario de tráficos terroristas y de seres humanos. Los 5 países del Sahel suman 81 millones de habitantes, el 65 por ciento de ellos menores de 30 años.

La Alianza Sahel, creada igualmente en 2017 y que ahora preside González Laya, aglutina los esfuerzos dedicados a la cooperación al desarrollo en esta convulsa región. Actualmente financia más de 800 proyectos valorados en 11.600 millones de euros.

Los donantes son Francia, Alemania, la Unión Europea, el Banco Africano de Desarrollo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial, Reino Unido, Italia, España, Países Bajos, Luxemburgo, Dinamarca y el Banco Europeo de Inversiones. Estados Unidos, Noruega y Finlandia son observadores. La aportación española es de 100 millones de dólares (85 millones de euros).

NECESIDADES INGENTES

Las necesidades de la región son ingentes. Níger, donde aterrizará este miércoles por la noche la ministra española, ocupa el último lugar en el Índice de Desarrollo Humano que publica el PNUD y Chad solo está dos puestos por delante, en el 187. En Níger, la alfabetización alcanza a solo el 15 por ciento de la población y la tasa de hijos por mujer es la más alta del mundo, 7,2.

Según UNICEF, Níger encabeza también la triste estadística del matrimonio infantil, con tres de cada cuatro niñas convertidas en esposas antes de los 18 y una de cada cuatro antes de los 15. González Laya tiene previstas reuniones con mujeres de la sociedad civil tanto en Niamey como en Yamena y en ambos lugares visitará hospitales especializados en salud materno-infantil.

Las dos ciudades están ubicadas en áreas que viven crisis distintas. La capital de Níger está cerca de la frontera con Malí y con Burkina Faso, donde se ha extendido la violencia yihadista a cargo de la filial de Al Qaeda --Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM)-- y de Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), así como de otros grupos autóctonos como Ansarul Islam.

La violencia ha obligado a huir de sus casas a 1,5 millones de personas y la Oficina de Coordinación Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha cifrado en casi 11 millones las personas que necesitan ayuda en Malí, Burkina Faso y la región occidental de Níger. Unos 5,5 millones necesitan ayuda alimentaria urgente --de ellos 900.000 en Níger-- y hay medio millón de niños con malnutrición. Casi 4.000 escuelas y 150 centros de salud están cerrados en los tres países. OCHA ha estimado para la región unas necesidades de 1.024 millones de dólares, de los que solo se han comprometido 328.

En agosto, ISGS atentó 60 kilómetros al oeste de Niamey, matando a seis cooperantes franceses y dos trabajadores locales en la reserva de Kouré, que hasta entonces era un lugar de descanso para los extranjeros en el país y eso ha supuesto un nuevo toque de atención.

CRISIS DEL LAGO CHAD

Al otro lado del país, en la frontera con Chad --donde la ministra irá el viernes-- la crisis es otra. El lago Chad, que proveía de medios de vida a 30 millones de personas, ha perdido un 90 por ciento de su caudal desde los años 60, alimentando la pobreza, los desplazamientos y la violencia comunitaria.

Desde 2009, la región es además escenario de la violencia del grupo terrorista Boko Haram, así como de su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), que han extendido sus acciones desde el nortes de Nigeria hacia los vecinos Camerún, Chad y Níger, lo que ha provocado millones de desplazados y refugiados. Para la región del lago Chad, la estimación de necesidades de OCHA asciende a 1.800 millones de dólares pero solo se han aportado 520.

Aunque la agenda está aún pendiente de confirmación, González Laya tiene previstas entrevistas con las autoridades en ambos países, entre ellos con el presidente de la República de Níger, Mahamadou Issoufou; con el primer ministro, Brigi Rafini, y con su homólogo, Kalla Ankourau. También tendrá reuniones con los representantes del G5 Sahel y de la Alianza Sahel y con representantesde las misiones europeas de construcción de capacidades civiles: EUCAP SAHEL, GAR-SI SAHEL y ECI.

En Niamey, visitará un proyecto que cuenta con financiación de la Cooperación española, la Maternidad Central Issaka Gazoby --llamada así en homenaje al primer ginecólogo obstétrico del país-- y uno a cargo de la Alianza Sahel, un macroproyecto hidráulico urbano y de saneamiento de la ciudad de Niamey, valorado en más de 78 millones de euros que financian Francia, Bélgica, Países Bajos y el BEI.

En Níger la incidencia de la pandemia de Covid-19 está resultando baja, apenas 1.200 casos en un país de 23 millones de habitantes, pero el escaso acceso al agua potable es motivo de preocupación.

Níger es un país prioritario para la Cooperación española y desde 2018 están en ejecución convenios por 10 millones de personas a cargo de Fundación CIDEAL, Plan Internacional, ADRA y MPDL. También están en marcha otros tres valorados en 7,5 millones desde 2014.

Chad, en cambio, es un país más desconocido para España, puesto que no hay embajada aunque sí existe la representación de una antena diplomática que depende de la legación en Camerún. No obstante, España participa en la ayuda al país a través de organismos internacionales.

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