Gürtel.- Montilla avisa que las conductas "vacilantes" con la corrupción dañan la "credibilidad de la política"

MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat, José Montilla, advirtió hoy de que "las conductas vacilantes y contemporizadoras con la corrupción son las que más daño hacen a la credibilidad de la política" y afirmó además que algunos dirigentes son "verdaderos maestros" en crear "un ruido ensordecedor" para hacer creer que todos los políticos son iguales cuando la corrupción salpica a sus partidos.

En su intervención en el Foro ABC, Montilla dejó claro que no quería referirse en concreto al 'caso Gürtel' que afecta a casos del PP, sino que manifestó que la actitud de los dirigentes de "algunos partidos" en los últimos dos años ha dañado la credibilidad de los políticos.

"No se puede estar todo el día predicando contra la corrupción y obviando sistemáticamente la responsabilidad política cuando nos afecta", puntualizó. A su juicio, además de la conciencia ciudadana y los mecanismos del Estado de Derecho, los propios partidos deben actuar para prevenir la corrupción autorregulándose y actuando "aun a riesgo de cometer alguna injusticia".

El también primer secretario del PSC puso como ejemplo la expulsión, en menos de 24 horas, del que fuera alcalde de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Bartomeu Muñoz, imputado en un caso de corrupción.

En su opinión, una política "veraz y transparente" es lo que puede combatir la corrupción y también el populismo. Para Montilla, aunque a veces los ciudadanos lo exigen todo de la política sin ser conscientes de que los recursos son limitados, "no es excusable que desde la política se cultive la ilusión de que todo es posible, o de que las decisiones no tienen consecuencias".

El jefe del Ejecutivo catalán opinó que en la mala percepción de la política por parte de los ciudadanos puede haber algo de "construcción artificial de un clima de opinión" o de "pereza mental" que lleve a atribuir a los políticos "todos los males", pero avisó de que eso "no es excusa" para no hacer frente a los problemas de la política, y a las "contradicciones" que se derivan de la convivencia de la actividad política con procesos electorales.