VALENCIA 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un hombre aceptó hoy en la sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia dos años y medio de prisión por intentar quemar su vivienda mientras se encontraba su mujer y sus dos hijas, de 9 y 23 años, en el interior. Para ello, arrancó una bombona de butano de la cocina, rompió la espita y acercó un cigarro encendido al gas que desprendía. Así mismo, al hombre se le aplicará una orden de alejamiento puesto que el día en que ocurrieron los hechos también intentó agredir a su familia.
Inicialmente, el fiscal pedía para el acusado cinco años y siete meses de prisión por los delitos de incendio; de maltrato en el ámbito familiar; delito de atentado a agentes de la autoridad y un delito de amenazas aunque, finalmente, se llegó a un acuerdo con la defensa por el que el hombre cumplirá un pena de dos años y medio de prisión.
Según el relato del ministerio fiscal, el hombre, que sufre una dependencia al alcohol y la cocaína, llegó ebrio sobre las 1.30 horas del día 18 de abril de 2006 a su domicilio familiar de Valencia, dónde residía con su mujer, con la que se encontraba casado desde hacía 15 años, y sus dos hijas, de 9 y 23 años. Al llegar, entró en el dormitorio de ésta y le pidió dinero para un taxi, quien se lo entregó y, seguidamente, se metió en la habitación con su hija menor y cerró el pestillo para impedir que viera a su padre.
Como consecuencia, el hombre se marchó del domicilio y regresó más tarde. Una vez en su interior, no cesó de golpear la puerta de la habitación de su mujer, lo que provocó que su hija mayor y el novio, que se encontraban en la cocina, oyeran sonoros ruidos. Tras ello, el joven, cuando pasaba por la habitación en la que dormía el hombre, observó como se encontraba tirado boca arriba en su cama, con una bombona de butano que había arrancado de la cocina, a la que había roto la espita y acercaba un cigarrillo encendido al gas que desprendía.
Ante estos hechos, según el relato del acusador público, el joven forcejeó con el hombre para inmovilizarlo ya que, de lo contrario, "se hubiera podido producir una deflagración en la vivienda" que hubiera provocado la caída de tabiques y el incendio del mobiliario de la estancia en la que se encontraba la bombona y las contiguas, "con el consiguiente riesgo para el resto de sus moradores".
Seguidamente, entró en la habitación su mujer, ante lo que el hombre cogió unas tijeras de manicura que había en la mesilla de noche y se dirigió hacia ella para clavárselas exclamando que la iba a a matar. En ese momento intervino otra vez el joven y, entre ambos, consiguieron sujetar su brazo y cayeron los tres sobre la cama.
Cuando llegaron los agentes de policía al domicilio se encontraron con la hija mayor del matrimonio quien les dijo 'pasad rápido...mi padre está pegando a mi madre y a mi novio en el dormitorio...'. Los agentes accedieron al interior y se abalanzaron sobre el hombre para quitarle las tijeras, momento que aprovechó para golpearles con cabezazos y, como consecuencia, cayeron todos al suelo, hasta que finalmente los agentes lograron reducirlo. Una vez en comisaría y cuando era informado de sus derechos, el hombre exclamó '...si mi futuro yerno se encuentra en casa cuando llegue, le corto el cuello...'.