Homenaje.- Ibarretxe pide perdón ante las víctimas, aunque sea "tarde", porque no se ha estado "a la altura"

Actualizado: domingo, 22 abril 2007 18:14

Las víctimas agradecen "el paso importante" del homenaje tras etapas sin "una voz de ánimo y apoyo" desde Euskadi

BILBAO, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

Alrededor de 1.500 personas secundaron hoy en Bilbao el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo, a las que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en una declaración institucional, pidió perdón porque el reconocimiento llega "tarde" y no se ha estado "a la altura de las circunstancias como sociedad". Ibarretxe, ante más de 200 víctimas y familiares, quiso saldar la "deuda histórica" contraída por "no haber sabido transmitir colectivamente el apoyo a las miles de personas que han sufrido la agresión de la violencia".

Esta declaración a la que dio lectura el lehendakari se enmarcó en un acto institucional organizado por la oficina de Atención a las víctimas del Gobierno y celebrado en el Palacio Euskalduna, que casi llenó la capacidad del auditorio, con un aforo para aproximadamente 2.000 personas.

El homenaje contó con el apoyo de todos los partidos vascos, excepto PP y la izquierda abertzale, y al mismo se quisieron sumar víctimas del terrorismo procedentes de distintos punto del Estado como Galicia, Andalucia, Extremadura, País Vasco o Cataluña, así como otras que, aunque no estuvieron presentes, manifestaron su adhesión al acto. El homenaje no fue secundado, sin embargo, por AVT y Covite. Tampoco acudieron la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, la de la Fundación Fernando Buesa, Natividad Rodríguez.

Ibarretxe dio lectura a una "Declaración institucional en reconocimiento a las víctimas del terrorismo", en la que se denuncia que la violencia de ETA constituye una "flagrante traición a los valores más nobles de este pueblo y a los valores de la democracia". Por ello, con este acto, se ha querido "solemnizar el reconocimiento de una deuda que queremos saldar de todo corazón".

El lehendakari, tras afirmar que algunas de las víctimas pueden pensar que el acto de hoy llega "tarde" y que "difícilmente servirá para restañar en su totalidad unas heridas que tienen muchos años de antigüedad", reconoció que "es verdad".

Ibarretxe manifestó que, aunque han existido "muchas" demostraciones de solidaridad y cariño individual, "no hemos sabido transmitir colectivamente nuestro apoyo a las miles de personas que han sufrido la agresión de la violencia", por lo que con el acto de hoy se pretende "saldar una deuda moral histórica contraída con las víctimas del terrorismo".

"No estuvimos a la altura de las circunstancias como sociedad frente a las penurias y sufrimientos que, un día sí y otro también, padecían cientos de familias en este país. Sin embargo, creemos que aún estamos a tiempo de pedir perdón por ello y entonar un 'lo siento' colectivo por los errores que hayamos cometido a la hora de expresar nuestro cariño", manifestó.

El lehendakari añadió que, a pesar de que "desde las instituciones se quiso pero no se supo romper el muro de silencio que la violencia iba edificando", este acto no será el "punto final de nada", sino que debe ser interpretado como "un inmejorable estímulo para intensificar el trabajo a favor de las víctimas".

"Permitidnos, al menos, que a cambio de vuestro sacrificio, nos afanemos en conseguir lo único que puede compensar tanta pérdida inútil. Una paz justa para todos (...) El recuerdo permanente de vuestro sufrimiento es el mejor activo de cualquier proceso que aspire a poner definitivamente fin a la violencia", agregó el lehendakari, destacando que la sociedad quiere a las víctimas "sin distinciones de siglas ni opciones políticas".

UTILIZACION PARTIDARIA

Asimismo, Ibarretxe destacó que el futuro al que se aspira pasa por "desechar la utilización partidaria del terrorismo que lleva inexorablemente a la confrontación política y que crea un profundo desasosiego entre las víctimas".

"Vuestra comprensión y generosidad son los mejores argumentos de los que puede disponer una sociedad que lucha para construir la paz", añadió (...) La democracia no podrá devolver lo que habéis perdido, pero vamos a asegurarnos de que la memoria de las víctimas, vuestra memoria, permanezca entre nosotros para siempre", añadió.

Tras la alocución de Ibarretxe, tomó la palabra Manuela Orantos, viuda de un guardia civil asesinado en Salvatierra en 1980. Previamente a realizar su discurso, pidió un minuto de silencio, que fue guardado por todos los asistentes en pie, en recuerdo de todos los fallecidos ya que "son el mejor ejemplo para que no nos rindamos jamás ante la vileza del terror".

Orantos denunció que tras aquella muerte nunca tuvo "una voz de ánimo o de apoyo desde el País Vasco y tampoco desde otras partes de España". Además, manifestó su "repulsa a la utilización de las víctimas del terrorismo como marionetas por cualquier fuerza política", ya que a estas víctimas por encima de todo les une "el afán de justicia", algo a lo que no van a renunciar nunca.

Sin embargo, quiso dar las gracias al Gobierno vasco, al Parlamento y las instituciones en general, así como a la sociedad vasca en su conjunto, por haber dado hoy "un paso importante". "No saben bien lo que lo agradecemos los que venimos de fuera", añadió.

Por último, pidió "el afecto y la ayuda" de todos y que "el honor y la dignidad de pertenecer a un pueblo como el suyo, el pueblo vasco", no se pierda por la violencia terrorista.

ASISTENTES

La presencia política e institucional en este homenaje se completó con los consejeros del Gobierno vasco, el presidente del Senado, Javier Rojo, y representantes de los partidos que apoyaron la iniciativa. También acudieron los ex lehendakaris, José Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea.

La delegación del PNV estuvo liderada por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, mientras que el secretario general del PSE-EE, Patxi López, encabezó la representación socialista.

Por parte de EB-Berdeak, acudió su coordinador general, Javier Madrazo, por la de EA, su secretario de Organización, Rafa Larreina, y por la de Aralar, la parlamentaria Aintzane Ezenarro. Además, acudieron dirigentes de Confebask, Cebek, Adegi, Sea, de CC.OO., Josu Onaindi, de UGT, Dámaso Casado, y el Ararteko, Iñigo Lamarca. También estuvieron presentes Paul Ríos de Lokarri e integrantes de Gesto por la Paz, además del Sindicato Independiente de la Ertzaintza (ErNE), ONGs, EUDEL y universidades (UPV, Deusto y Mondragón). También se sumaron representantes del TSJPV como la fiscal jefe, María Angeles Montes, o el presidente de la sala de lo Contencioso-administrativo Juan Luis Ibarra.

En el Palacio Euskalduna, tomó también la palabra, en nombre de la sociedad vasca, el escritor Anjel Lertxundi, quien advirtió de que la agresividad del terrorismo deriva su propia debilidad, ante lo que se hace necesario decir "lo siento" a las víctimas, a las que la violencia primero y "el silencio de todos" después, les "han expulsado del flujo normal de la vida".

El acto, conducido por Edurne Ormazabal, también incluyó la entrega a Pepi Murua, viuda del ingeniero de Lemoiz José María Ryan, de una serigrafía de Eduardo Txillida titulada 'Esta es la mano de tu amigo'.

Estaba previsto que la entrega de esta serigrafía fuera realizada a Helena Morán, hija del inspector de Policía José Ramón Morán, asesinado por ETA en 1975, que no pudo acudir, al encontrarse indispuesta, según informó la organización.

Tras los citados discursos y la entrega de la serigrafía de Chillida, la coral Kantika de Leioa y el organista Daniel Oyarzabal interpretaron la obra 'Dona nobis pacem', compuesta expresamente para la ocasión por Francisco Ibáñez, que dio fin al homenaje.

Previamente al acto, el lehendakari junto con Maixabel Lasa y algunos miembros de la Mesa del Parlamento vasco y de la Comisión de Víctimas, recibieron y saludaron uno por uno a todos las víctimas y sus familiares.