Ibarra achaca la falta de crítica en el PSOE a la "cobardía" de los que "han hecho dejación de su responsabilidad"

Actualizado: sábado, 19 septiembre 2009 12:59

MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente de Extremadura y miembro del Comité Federal del PSOE Juan Carlos Rodríguez Ibarra afirmó hoy que el silencio en el PSOE no es consecuencia de un "supuesto autoritarismo" del secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, sino de la "cobardía" de los que "han hecho dejación de su responsabilidad".

"Y, si en el PSOE fuera cierto que nadie se atreve a levantar la voz, la culpa no la tendría Zapatero, sino quienes por una secretaría de Estado o por un ministerio son capaces de perder la voz, la dignidad y la vergüenza", afirma Rodríguez Ibarra en un artículo en el diario 'El País' titulado 'PSOE:...donde nadie se atreve a levantar la voz'.

Rodríguez Ibarra niega que Zapatero haya acabado con la generación de socialistas que hizo la Transición y protagonizó la etapa "más brillante del socialismo en España". "Niego la mayor. No se ha prescindido de nosotros; ése no sería, además, un problema grave. El drama aparece cuando la generación que nos siguió decide prescindir de ellos mismos", señala.

Un ejemplo de esto es que, según Rodríguez Ibarra, las reuniones de las comisiones ejecutivas del PSOE en la etapa de Felipe González duraban varias horas y las que preside Zapatero apenas llegan a los 60 minutos.

"La explicación de tal reducción en el debate no es que Felipe fuera muy demócrata y Zapatero muy autoritario; la explicación es que los que acompañábamos a Felipe le discutíamos hasta la saciedad sus propuestas y defendíamos con uñas y dientes las nuestras, mientras que, ahora, véanse las reuniones del Comité Federal del PSOE: todo son elogios y aplausos", subraya.

El ex presidente de la Junta de Extremadura considera que en tiempos anteriores, en el PSOE estaba prohibido hablar bien de la Comisión Ejecutiva Federal cuando se trataba de examinar la gestión de la dirección socialista, mientras que "ahora eso ha cambiado y lo que se oye son elogios totales o parciales".

No obstante, afirma que no ha percibido nunca que "Rodríguez Zapatero pretenda prohibir o molestarse por la crítica libre y democrática".

ANULADA LA CAPACIDAD PARA APORTAR VISIONES PERSONALES.

A su juicio, Zapatero es un dirigente socialista que "se ganó su puesto con ahínco y decisión". "Me temo que, de ahí para abajo, las figuras que han ido surgiendo, en distintos ámbitos de responsabilidad, no siguieron el camino de Zapatero, sino que creen que deben su puesto a la voluntad de Zapatero, lo que anula o difumina su capacidad para ser libres y aportar visiones personales a la difícil tarea de gobernar un país desde la perspectiva socialista", afirma.

En su artículo, Rodríguez Ibarra no cree que en el PSOE haya un problema de rescatar o no a la generación anterior de socialistas, sino que está ante el dilema de "saber si generación que la sucedió decide asumir su responsabilidad o queda como una generación perdida y silenciosa".

"No dudo de que la actual generación de socialistas tenga grabada, a sangre y fuego, la ideología socialdemócrata, pero, por lo que se ve, existe mucha ideología y apenas ninguna idea que permita al líder medirse y medir sus propias iniciativas que, hasta ahora, son las únicas que conocemos", apunta.

En su opinión, lo de la "cartera ministerial o lo de la secretaría de Estado" no puede ni debe ser la "aspiración" de un socialista que participa del proyecto colectivo de un partido de izquierdas y centenario.

"Unos se quejan de que, por el hecho de haber formado parte del círculo inicial que apoyó a Zapatero para ocupar la secretaría general del PSOE, merecerían ser ministros, como mínimo. Si todo el mérito que se puede aducir para volar por las alturas es haber visto antes que otros la valía de Zapatero, prefiero que sigan donde están, porque eso sólo les acreditaría como buenos visionarios, pero no les da ningún plus a la hora de ocupar cargos de mayor responsabilidad", señala Ibarra.

Asimismo, considera que el "máster" que significa haber pasado por un ministerio se puede usar en beneficio propio o en beneficio de las siglas que nos permitieron llegar a lo más alto. "¡Miles de militantes nunca llegaron ni a concejal y ahí siguen peleando y defendiendo sus ideas, sin pensar que, si no llegan a ministros, no merece la pena seguir en este apasionante proyecto!", afirma en el artículo.

Tras dejar claro que abandonó su responsabilidad política e institucional por "voluntad propia y no por marginación", subrayó que una vez que se adopta esta decisión lo mejor que se puede hacer es "no pretender seguir conduciendo un autobús del que ya no se tienen los mandos ni el puesto de conductor".

"Nuestra tarea debe consistir en ocupar los últimos asientos, no importunar al nuevo conductor, ayudarle a transitar por la nueva ruta y, en el supuesto de que requiera nuestra opinión, ofrecerla con rigor, libertad y sinceridad; y si no, ¡silencio y no molestar!", resaltó.