BILBAO, 31 (EUROPA PRESS)
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, reivindicó hoy el papel de los pueblos en la construcción de la Europa del siglo XXI porque, según sus palabras, "la identidad no es un concepto del pasado" y están en "una magnífica posición" para dar apoyo al proyecto de la Unión. Además, se mostró convencido de que Europa "hace mal olvidándose de los pueblos" y afirmó que contar con ellos no supone "negar el papel de los Estados".
Durante la inauguración de la jornada "El papel de los medios de comunicación en la construcción Europea", organizada en Bilbao por la Secretaría de Acción Exterior del Ejecutivo autónomo, Ibarretxe recordó que el Tratado constitucional Europeo recibió el respaldo de "todo el pueblo vasco", en referencia a la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra e Iparralde.
"El pueblo vasco votó sí, no porque nos gustara extraordinariamente, pero pensamos que era mejor dormir bajo un tejado que tuviera muchísimas goteras que dormir al aire libre, porque afectan todos los rigores de la climatología", indicó.
Sin embargo, agregó que el texto eliminó de su contenido determinados conceptos como "el valor de los pueblos, las naciones que no somos Estado". "No lo entiendo -manifestó- no lo entiendo, yo soy lehendakari y Euskadi es una nación, es un pueblo europeo, no somos un Estado, no negamos el papel de los Estados en Europa, pero reivindicamos el papel de las naciones que no somos Estado para construir Europa".
En su opinión, "hace mal Europa olvidándose de los pueblos" que "son lo más viejo" pero "también lo más moderno". "La identidad no es un concepto del pasado, es un concepto del presente y del futuro, porque, sin identidad, las personas dejamos de ser personas, los pueblos dejan de ser pueblos, y creo que los actores más viejos de Europa son, en la actualidad, nuevos aliados de la Europa del siglo XXI", indicó.
El lehendakari aclaró que no se trata de "negar el papel de los Estados" sino de reivindicar "lo que nosotros podemos hacer en la construcción de la nueva Europa". "Y la verdad, es que los nuevos actores, los viejos pueblos, estamos en una posición magnífica de dar apoyo, de ser los nuevos aliados del siglo XXI de la idea europea", dijo.
MAS QUE NUNCA
En su alocución, Ibarretxe defendió el compromiso de Euskadi con Europa "hoy más que nunca", aunque llamó la atención sobre dos aspectos a los que se debería prestar atención, la política interna "todavía sin desarrollar" y la política exterior, para lograr que le UE "tenga un lugar en el mundo".
Coincidió con Jacques Delors, quien dijo en 1985 que "no nos podemos enamorar de un mercado interior", pero también con la tesis defendida hace un año por Ernest Junger, quien advirtió de que "el mercado interior no puede ser el caballo de Troya de la globalización europea". En su opinión, en la actualidad, los integrantes de la UE "no aceptan" el mercado interior o "más bien los sufren o consideran una especie de amenaza".
Frente a esta impresión, el presidente del Gobierno vasco defendió la necesidad de "defender y revalorizar" el mercado interior porque da a la economía y a la sociedad europea una dimensión global. "¿Qué sería de la UE si los mercados siguieran fragmentados?. Es la clave de nuestra prosperidad. Europa debe ser un proyecto próspero y no debemos tirar la piedra sobre nuestro propio tejado", dijo.
En este sentido, instó a "abandonar la especie de equívoco europeo en relación a los mercados financieros" y animó a "avanzar en la dimensión social de Europa". "Si Europa va a ser algo en el mundo, no será porque para mirar al mundo deje de mirar a las personas". "Hay que construir la vertiente solidaria del mercado, abrazar el concepto de desarrollo humano sostenible, aunque para ello tengamos que ir más despacio".
POLITICA EXTERIOR
El lehendakari también desatacó la necesidad de que Europa se dote de una política exterior propia y no dudó en afirmar que, por su carencia, "ha hecho el ridículo en muchas ocasiones", como el la guerra del Golfo y, más tarde, en la de los Balcanes. En su opinión, es "el mundo" el que solicita que la UE tenga una política exterior propia. "Que haya un jefe, alguien que mande, y no una especie de ejército de Pancho Villa en función de intereses locales", agregó.
A su juicio, también "en esta materia" el comportamiento del proyecto europeo es "un elemento central en el que deberá profundizar en los próximos tiempos".
Ibarretxe manifestó, además, su creencia de que "la idea de Europa" está "en crisis" tanto para quienes creen en ella como para los que no lo hacen. "Hay desconfianza, y la mitad de la población dice querer más Europa mientras la otra mitad dice que ya vale". "Y esa desconfianza afecta a la incapacidad para diseñar una política interior y exterior", dijo.
Según explicó, esta situación se debe, en gran medida, a que se atribuye al proyecto europeo "la culpa de todo tipo de males" lo que hace "difícil", después, pedir confianza en él a la ciudadanía. Para el lehendakari, Europa no puede ser "la suma de intereses de los estados miembro". "Es necesaria la Europa de los resultados, pero no suficiente. No puede ser una simple suma de los intereses parciales", censuró.
El lehendakari reiteró su apoyo al proyecto europeo y afirmó que su visión "no es pesimista". "Es porque creo en él por lo que sé los puntos en crisis. Criticamos a Europa, pero no podemos vivir sin ella, porque al margen hace mucho frío. Nadie quiere salir y hay cola para entrar", aseguró. Por último, afirmó que se debe avanzar, "aunque sea poco", en la construcción de Europa más "por convicción" que "por necesidad".