Jiménez de Parga pide reformar la Ley Electoral porque la actual "potencia desmesuradamente" las minorías nacionalistas

Actualizado: martes, 8 abril 2008 16:59

MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente del Tribunal Constitucional (TC) Manuel Jiménez de Parga aboga en sus memorias por reformar la actual Ley Electoral, al entender que el vigente sistema "potencia desmesuradamente" a las minorías nacionalistas.

Jiménez de Parga hace estas reflexiones en uno de los últimos capítulos de sus memorias, que bajo el título "Vivir es arriesgarse. Memoria de lo pasado y de lo estudiado" se presentán mañana, editadas por Planeta.

El ex ministro y ex magistrado señala que el problema principal en la actual democracia española lo constituye la forma de elegir a quienes han de representarnos. "La ley electoral es mala, si por tal se entiende la que desfigura la voluntad popular".

"Con una ley electoral que colocase a cada grupo en el lugar que democráticamente le corresponde, los disparates de los partidos separatistas, y de sus aliados, no nos preocuparían. El vigente sistema electoral potencia desmesuradamente a unas minorías", añade el ex presidente del TC en su libro.

A su juicio, deben reformarse determinadas normas que se vienen aplicando desde los días de la Transición, como la Ley Electoral, que era una solución provisional, "sólo aplicable a los comicios del 15-J de 1977, pero la Ley de 1985 convirtió aquello provisional en permanente, con vocación de definitivo".

Afirma que ninguno de los partidos con posibilidades de llevar a cabo la reforma se ha atrevido a acometer esa tarea. "Y he aquí precisamente el asunto principal del que dimanan, con relación de causa efecto, otros problemas agobiantes, entre ellos la organización territorial de España", añade Jiménez de Parga.

LENGUAS Y EDUCACIÓN.

Según el ex presidente del TC, cuando ninguno de los partidos de dimensiones nacionales consigue la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados se ve obligado a buscar el apoyo de quienes sólo representan a un porcentaje de españoles, que quizá no supere el 10 por ciento. "El mapa político se desfigura con unas zonas que poseen, o pueden poseer, más poder real que el resto del país", agrega.

Por ello, lo que Jiménez de Parga califica como "problemas inquietantes", como el uso de las lenguas o la orientación de la enseñanza, dependen de los resultados de una mala ley electoral.

"Quedamos asombados ante el espectáculo de un partido que se esfuerza en oponerse a quienes están ventajosamente enfrente (imponiendo la utilización de una lengua, arriando en los edificios públicos la bandera española, tergiversando la historia, dificultando la aceptación de una letra para cantar el himno nacional...); es una batalla que desaparecería con otra ley electoral", dice el magistrado.

Concluye que, además, no hay que inventar mucho en este campo político. "Basta con saber que sucede en otras democracias y valorar los efectos producidos por las diferentes legislaciones electorales".