El joyero que fue asesinado en El Casar (Toledo) llevaba encima más de 60.000 euros cuando le robaron

Audiencia provincial de Toledo
EP
Actualizado: martes, 23 noviembre 2010 20:26

La llamada anónima de una mujer --que no ha sido identificada-- a la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo inculpó a J.B.P y a D.F.V.

TOLEDO, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

El joyero que fue asesinado en El Casar de Escalona (Toledo) en junio de 2007 llevaba encima más de 60.000 euros cuando le robaron debido a las transacciones comerciales que llevaba a cabo y que le llevaban por diferentes pueblos de la provincia de Toledo vendiendo joyas y cobrando los plazos de las piezas ya venidas a sus clientes.

Así se desprende de la declaración de la mujer del fallecido tras la sesión vespertina del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo contra seis personas --tres hombres y tres mujeres-- acusadas de participar presuntamente en el asesinato y en el robo del joyero y que se reanudará este miércoles a las 10.00 horas.

Igualmente, la mujer del fallecido ha explicado que su marido llevaba entre 25 y 30 años dedicándose a la profesión de joyero y que "siempre" hacía el mismo itinerario por los mismos lugares.

CINTAS DE VIDEO

Durante la sesión de esta tarde han testificado varios guardias civiles que llevaron a cabo la instrucción del caso, quienes han relatado que pudieron identificar los vehículos de los acusados gracias a las cámaras de vídeo de una gasolinera de El Casar, de una carretera cercana y de una inmobiliaria próxima a la estación de servicio.

De esta forma, han podido confirmar que el día de los hechos hubo un encuentro en la gasolinera entre J.B.P y a D.F.V, quienes llegaron en un Nissan, y otras dos personas que llegaron en un Alfa Romeo de color claro que se bajaron y se montaron en el primero de los vehículos.

Según los guardias civiles, una de las dos personas del Alfa Romeo, que han confirmado que se vio inmiscuido en una persecución al coche del joyero, podría haber sido M.F. --contra el que no se dirige acusación al haber fallecido durante la tramitación de la causa--, mientras que no han podido identificar a la otra persona.

CONVERSACIONES TELEFÓNICAS

Igualmente, han sido interrogados sobre las conversaciones telefónicas de los móviles intervenidos a los acusados, sobre las que han dicho que se desprende que todos ellos se conocían y que tenían diferentes tipos de relaciones delictivas. No obstante, en cuanto al caso del joyero únicamente han podido confirmar que hubo conversaciones entre J.B.P, D.F.V y M.F., y entre J.B.P. y M.A.N.O.

En dichas conversaciones, según los agentes de la Guardia Civil, tanto J.B.P. como M.F. hablaban de reunirse urgentemente "sobre lo de Toledo"; mientras que la mantenida por M.A.N.O. y J.B.P., la primera hablaba "muy alterada", según ha relatado uno de los agentes, con el acusado porque quería quedar con él "para lo de Toledo".

Durante el interrogatorio a los guardias civiles también ha salido a la luz una llamada anónima hecha por una mujer desde una cabina en la calle Francos Rodríguez de Madrid a la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, que inculpaba a J.B.P y a D.F.V como asesinos del joyero en El Casar de Escalona.

Sin embargo, tras las pertinentes investigaciones realizadas tanto con cámaras de video próximas a la cabina como de la grabación de la llamada, los guardias civiles han dicho que no pudieron averiguar la identidad de esta persona.

"BASTANTE NERVIOSO"

Los dos últimos guardias civiles en testificar han sido los primeros que llegaron al lugar de los hechos e inspeccionaron el cadáver tras la llamada de la Policía Local. Así, uno de ellos ha podido identificar a D.F.V. asegurando que estaba en el lugar "bastante nervioso" y que incluso se llegó a encarar con un Policía Local.

De esta forma, ha confirmado --tal y como ha dicho este mismo acusado en la sesión de mañana-- que estuvo en el lugar de los hechos cuando se descubrió el cadáver del joyero, aunque no ha podido precisar si lo socorrió o no.

Sobre este mismo asunto se han pronunciado otros testigos. Así, por una parte ha testificado el hombre que primero encontró al joyero tendido en el suelo, quien no ha podido identificar de entre los acusados a D.F.V como una de las personas que llegaron después y auxiliaron al fallecido.

Por contra, la mujer que regentaba el chiringuito de la piscina y que también fue a socorrer al joyero ha dicho que D.F.V. fue quien le alertó y le pidió una botella de agua para la víctima.

Esta mismo testigo ha manifestado durante su interrogatorio que los acusados acudían asiduamente su chiringuito y que sabían cuando se pasaba el joyero por allí "porque todo el mundo lo sabía". Además, ha apuntado que una de las acusadas le preguntó por el joyero semanas antes porque quería arreglarse unos pendientes.