La juez rechaza levantar el precinto de La Riviera (Madrid) por vía urgente al no estar motivado

MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La titular del Juzgado de Instrucción número 7 de lo Contencioso-Administrativo de Madrid ha rechazado levantar el precinto que desde el pasado viernes mantiene cerrada la emblemática sala La Riviera por no ajustarse la licencia que tenía con las obras realizadas. No obstante, la magistrada tramitará ahora por el camino ordinario la solicitud de la sala de poder abrir sus puertas.

La representación jurídica de La Riviera interpuso el mismo viernes un recurso contra la decisión del Ayuntamiento de Madrid de cerrar la sala de fiestas por irregularidades en su licencia de funcionamiento. En el escrito, el abogado Ricardo Ibáñez solicitaba a la juez que levantase el precinto como medida cautelarísima, es decir, por vía de urgencia, y, de no ser así, por el método ordinario.

El letrado justificó el primer caso en el perjuicio económico que supone para la sala cada día que pase cerrada y, más aún, si esta situación se prolonga durante la época navideña. "Si no nos dejan abrir, nos matarán", se lamentó.

Pese a los argumentos esgrimidos por La Riviera, la magistrada rechaza tramitar la petición como urgente, puesto que "no considera que haya motivos para ello", según el letrado. En las próximas semanas, se pronunciará sobre si rechaza de manera definitiva la apertura del local.

El cierre de La Riviera se produjo el pasado viernes por orden municipal, coincidiendo con el fallecimiento el 15 de noviembre de Álvaro Ussía en la discoteca ahora clausurada El Balcón de Rosales. El viernes, se ordenó también el cierre del Moma, en la calle de José Abascal; But, en la plaza de Barceló, y la sala Macumba, en la estación de Chamartín.

A estas cuatro salas se sumó ayer el cierre de otras tres. Se trata de sala El Randal, en Moncloa-Aravaca; Top Hat, en Tetuán, y Drimagos, en el distrito de Latina. El precinto de las dos primeras se debe a las presuntas irregularidades detectadas en sus licencias de funcionamiento, mientras que el de la última por superar los niveles máximos de ruido permitidos por la ordenanza municipal.