La madre que abandonó a sus hijos en un piso lleno de basura en Gijón acepta una pena de 8 meses de cárcel

Actualizado: martes, 10 noviembre 2009 17:58

GIJÓN, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

La joven que dejó solos a sus hijos --de cinco años y catorce meses-- en un piso lleno de basura y excrementos de animales en Gijón, en la madrugada del 20 de junio de 2008, aceptó hoy una pena de ocho meses de prisión y ocho meses de retirada de la patria potestad de sus hijos. Así lo confirmó el abogado de la mujer, Rodrigo Gómez, a la salida de los juzgados donde estaba prevista hoy la celebración del juicio.

La madre, que actualmente tiene 24 años, llegó a un acuerdo con la Fiscalía que, pese a no gustarle, lo aceptó porque lo que desea es poder recuperar la custodia de sus hijos, que están tutelados por el Principado en el centro gijonés de menores Madre Isabel Larrañaga.

El letrado explicó que cuando se pida la ejecución de la sentencia se solicitará la suspensión de la pena de cárcel, ya que es inferior a dos años de prisión y la mujer no tienen antecedentes penales, mientras que los ocho meses de retirada de la patria potestad se dan por cumplidos al llevar los niños tutelados por el Principado desde junio de 2008.

En cuanto a la custodia, Gómez indicó que se intentará poder resolver ese frente al mismo tiempo de la ejecutoria de la sentencia, por lo que confió en que el Principado devuelva a la mujer, que actualmente cuenta con un trabajo, la custodia de sus hijos. Según el letrado, el Principado estaba a la espera de la resolución de este juicio para tomar una decisión con respecto a los niños.

A este respecto, la abuela paterna de la niña mayor señaló que había pedido el acogimiento de la pequeña, a la que visita cada 15 días en el centro de menores. La mujer, que acudió al juzgado para asistir al juicio, señaló que su nieta está bien y que nunca mencionan lo ocurrido. La pequeña le pide siempre que la lleve a su casa -de la abuela--.

La mujer dijo que todos los días le llevaba a los niños hasta su casa y añadió que nunca sospechó nada de lo que estaba pasando, ya que no entraba en el domicilio de los menores. Según ella, la acusada intentó en una ocasión que el padre renunciara a la custodia de la niña, que la tienen compartida. También la abuela paterna del niño pidió el acogimiento familiar de su nieto.

Por su parte, una de los tres vecinos de la acusada que fueron llamados hoy a declarar, Teresa Sampedro, indicó a los periodistas que la mujer le había confesado en una ocasión que no se dio cuenta de la magnitud de los hechos hasta que fue detenida por el abandono de sus hijos y añadió que se sentía "muy desbordada".

"Era como si no fuera consciente", dijo sobre la imputada. "No te quise hacer daño, pero ante ti y los hijos, primero los hijos", le explicó en su día la vecina a la madre tras denunciarla a la Policía. Sampedro señaló que en el vecindario llevaban un mes y medio notando que la mujer se iba de casa dejando solos a los dos niños, que por las noches no paraban de llorar. En aquella ocasión, la mujer fue denunciada por la mañana a la Policía por dejar solos a los pequeños, pero dijo que había ido a comprar, luego por la noche volvería a abandonar a los niños, tras lo que fue detenida.

Para esta vecina, la acusada, que cambió su imagen y se tiñó el pelo, no reflejaba hoy externamente lo que realmente siente. "Creo que se puso un muro", dijo metafóricamente antes de añadir que no la conoce lo suficiente. Pese a todo, Sampedro insistió en que todo lo hicieron por los niños.

Asimismo, se mostró conforme a que se entregue la custodia de los niños de nuevo a la madre ya que, según ella, "todo el mundo merece una segunda oportunidad". A su juicio, los niños con quien mejor van a estar es con su madre por lo que abogó por que se los den y si vuelve a abandonarlos, pues que se los quiten. De hecho, apuntó que cuando los bomberos entraron a la casa a rescatar a los niños la pequeña de cinco años "clamaba por su madre".

El suceso tuvo lugar en el número 33 de la calle Dolores Ibarruri en la madrugada del viernes 20 de junio de 2008, cuando los vecinos del inmueble alertaron a la Policía de los gritos y los llantos que procedían del piso.

La llamada se produjo por parte de varios vecinos que a la llegada de los agentes manifestaron que desde hacía un mes que vivían ahí los menores con su madre, y que ese tipo de situaciones eran bastante habituales.

Desde el exterior de la vivienda se oía llorar a los niños y llamar a su madre, de manera que los agentes, con la ayuda de los bomberos, accedieron al interior de la vivienda donde se encontraron los niños, completamente desatendidos, sin ropa, y en el caso del bebé, con un pañal lleno de suciedad.

La vivienda estaba llena de basura, con excrementos de un gato y un perro, cristales rotos y cables de enchufes al aire. Los policías locales se hicieron cargo de los niños que fueron trasladados a un centro sanitario y posteriormente alojados en dos centros de acogida. Dos horas después efectivos de la Policía Local procedían a la detención de la madre cuando ésta se acercó al domicilio.