BARCELONA, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha advertido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no está dispuesto a "cargarse" el modelo de Estado de bienestar catalán para salvar a cambio al Gobierno central.
"Lo que no hará el Govern es cargarse a Cataluña para salvar los deberes del Estado español" en economía, puestos por las instituciones europeas y que pasan por un control estricto de su déficit, ha asegurado en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, en la que ha anunciado la supresión casi total del Impuesto de Sucesiones en Cataluña.
Mas ha asegurado que, al igual que Cataluña hace sus deberes impulsando un recorte presupuestario del 10%, el Estado debe hacer los suyos y pagar a la Generalitat los 1.450 millones de euros previstos en el acuerdo de financiación.
"Cuando debes dinero a alguien no le pones deberes", ha indicado Mas, quien ha recordado que el Gobierno central pagó lo que tocaba a la Generalitat en 2009 y 2010 y que ahora, coincidiendo con la marcha del tripartito y el ascenso de CiU, lo ha dejado de hacer.
100 DÍAS EN EL CARGO
Mas hará balance esta semana de los 100 primeros días de Gobierno catalán, aunque este martes ya ha adelantado los logros que en su opinión ha conseguido.
Además de la supresión casi total del impuesto de Sucesiones, Mas ha destacado la aprobación de un plan de simplificación administrativa y eliminación de trámites burocráticos, que se ha estado trabajando para que haya en Cataluña "un montón de inversiones" en los próximos meses, la reorientación de la política exterior de la Generalitat para que tenga una función de promoción económica y no política, cursos de formación dirigidos a los parados de larga duración y el desbloqueo de infraestructuras fundamentales como el Corredor del Mediterráneo.
MENSAJE A LA OPOSICIÓN
A los partidos de la oposición, Mas les ha reprochado que están instalados "en la crítica más o menos ácida o permanente", aunque les ha recordado que a diferencia de sus antecesores, a su Gobierno le toca navegar en un contexto adverso a causa de la crisis económica y las finanzas de la Generalitat.
Mas ha señalado que a diferencia de CiU, la oposición tiene una actitud más bien de nerviosismo, algo que ha atribuido al "miedo" de determinados partidos a perder su hegemonía en los ayuntamientos el 22-M, en clara alusión al PSC.
Pese a que la oposición insiste en cuestionar al Gobierno catalán, Mas ha indicado tener la convicción que los catalanes hacen una buena valoración de sus 100 primeros días y la razón es que durante estos tres meses el Gobierno catalán ha empezado a apretarse el cinturón, lo mismo que están haciendo las familias catalanas desde el estallido de la crisis.
"La gente no es tonta y sabe perfectamente que las dificultades con las que estamos operando son muy grandes. Lo saben porque ellos también las sufren", ha aseverado.
Mas ha asegurado que su Gobierno no opta por quejarse todo el rato de la herencia recibida, sino todo lo contrario y ha asegurado que él y su equipo están dispuestos a recibir "golpes".