SEVILLA 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El poeta salmantino Marcos Ana, autor de la novela autiográfica 'Decidme como es un árbol. Memorias de la prisión y la vida' (Editorial Umbriel) consideró hoy "necesaria" la recuperación de la memoria histórica e incluso abogó por que se imparta como materia en los institutos y las universidades, ya que, a su juicio, "la Dictadura es un periodo luctuoso de la historia que no puede formar parte de la memoria del olvido sino escribirse con mayúsculas para que las nuevas generaciones conozcan el pasado y estén protegidas".
En declaraciones a Europa Press, el poeta destacó que el conocimiento de la historia "es la mejor manera de que no vuelva a repetirse", a lo que añadió que aunque la oposición "y otras mentes recalcitrantes" piensen que con la recuperación de la memoria "se abren heridas del pasado sobre las que no se debería volver, de lo que se trata es de cerrarlas definitivamente y no en falso".
Parte ya de la historia de España por haber sido el preso que más años pasó en prisión durante la Dictadura, Marcos Ana aseguró que recuerda sus 23 años en la cárcel "con cariño, como una etapa más de su vida y no como un tiempo perdido o como una pesadilla" porque en ese recuerdo tiene "más peso" la relación fraternal que estableció con sus compañeros "que los muros, las rejas y los guardianes".
En este sentido, recalcó que el mayor recuerdo que guarda de esos años tiene que ver con sentimientos como la fraternidad, "que era el sostén de todos los presos políticos", y la dignidad, ya que, según remarcó, ésta era "el límite del miedo y de las preocupaciones".
Respecto a su pasión por la literatura dijo que empezó a escribir en la cárcel de Burgos, donde pasó sus ultimos 16 años de cautiverio, cuando ya lllevaba 22 encerrados, y señaló que vino motivado por la necesidad que sintió de hablar "sobre cosas elementales de la vida" que ya por entonces le costaba "mucho" recordar. Al respecto, rememoró que en la prisión de Burgos fundó "clandestinamente" una tertulia en la que se agrupaba la gente con inquietudes artísticas y literarias.
"Allí comencé a escribir, saqué mis poemas y los eché a andar por el mundo como el náufrago que lanza una botella al mar sin saber dónde llegará", explicó el poeta, añadiendo a continuación que fue "muy emocionante" comprobar como unos meses después llegó a su celda un paquete procedente de México que incluía un libro suyo editado. Según refirió, fue entonces cuando adquirió conciencia de que el ejercicio de la escritura "era una forma de luchar por su libertad y la de sus compañeros", así que se dedicó a ello y logró que cientos de sus poemas recorrieran el mundo y fueran traducidos en otros idiomas.
SE AFILIA AL PARTIDO COMUNISTA
Marcos Ana, seudónimo de Fernando Macarro Castillo, nació en 1921 en la localidad salmantina de Ventosa del Río Almar. Hijo de padres campesinos, cuando estalló la sublevación franquista en 1936 se marchó voluntario al frente de Guadarrama en un batallón de milicias, aunque luego, al formarse el Ejercito Regular, fue dado de baja por ser menor de edad. Por ello, luchó mientras tanto en las labores de retaguardia en Alcalá de Henares, donde recogió el cadáver de su padre de entre los escombros de su casa destruida.
Según resaltó, ese episodio "tan triste" de su vida lo llevó a afiliarse en el Partido Comunista como respuesta a lo que estaba viviendo porque aquella formación era entonces "la que mejor defendía sus principios y lo hacía con más pasión". Hoy en día mantiene las mismas creencias porque, según subrayó, siempre le gustó distinguir los ideales, "que siempre permanecerán", de los instrumentos, "que pueden fallar como pueden fallar los hombres".
"La necesidad de luchar por un mundo distinto sigue ahí y por eso yo sigo fiel a los ideales que dieron sentido a mi vida", aseveró Marcos Ana, quien con 17 años se incorporó al Ejército, en la Octava División, y cuando llegó el final de la Guerra Civil, en marzo de 1939, fue atrapado junto a miles de combatientes republicanos en el puerto de Alicante y conducido al campo de concentración de Albatera, donde el hambre, los castigos, el suicidio y las ejecuciones diezmaron las filas de los prisioneros. Aunque logró ocultarse en Madrid, pocos días después fue detenido de nuevo, con apenas 18 años.
A este respecto, indicó que lo detuvieron porque al término la Guerra Civil, y ya con la victoria del bando nacional, se les recomendó a todos los cargos políticos y militares que marchasen al puerto de Alicante, donde acudirían a rescatarlos barcos franceses e ingleses para que se los llevasen de España. Sin embargo, los dos únicos buques que arribaron fueron franquistas, mientras que por tierra se encontraron con la llegada de la disivión italiana a cargo del general Gambara.
Condenado a muerte en dos ocasiones, reseñó que una vez fue por ser dirigente político y la segunda porque en la cárcel de Polier, en Madrid, elaboró clandestinamente un periódico dedicado al 1 de mayo de 1943, de cuya autoría se hizo responsable para evitar que cayeran más compañeros.
EXCARCELADO POR UN DECRETO
Marcos Ana recorrió varias prisiones, ente ellas la cárcel del Conde de Toreno --allí estuvo con el poeta Miguel Hernández, muerto después en un calabozo--, el Penal de Ocaña, la prisión de Alcalá de Henares y por fin el penal de Burgos, donde pasó nueve meses incomunicado y un total de 15 años encerrado. Fue en esa celda, hacia 1954, donde nacieron sus primeros poemas, fruto de su afición a la literatura, ya que en aquellos años pudo leer a Antonio Machado, Lope de Vega, Quevedo, García Lorca, Alberti o al mismo Miguel Hernández.
Condenado por el Consejo de Guerra a 60 años, permaneció 23 consecutivos encerrado hasta que lo excarcelaron en 1961 gracias a la campaña a su favor que encabezaron artistas como Alberti o Picasso. Ese año, según recordó, quedó en libertad por un decreto destinado a los prisioneros que llevaran 20 o más en prisión.
Marcos Ana presentará su libro esta tarde, a partir de las 19 horas, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada (UGR). El acto, organizado por el seminario de Medio Ambiente y Calidad de Vida-Cátedra José Saramago, que dirige el profesor Alberto Matarán Ruiz, cuenta con la colaboración de la Fundación José Saramago y será presentado por el profesor de la Universidad Pablo de Olavide Ángel del Río.