ZARAGOZA, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro de Castro, manifestó hoy en relación a la devolución de los bienes aragoneses depositados en el Museo Diocesano de Lérida que "las cosas humanas cuando se pueden arreglar en la casa siempre tiene que ser la primera opción y además sale mejor".
Monteiro de Castro se mostró convencido de que "vamos a llegar a una solución" y tras apuntar que "queremos hacerlo lo mejor posible" se limitó a indicar que "esperamos con paciencia que las cosas se arreglen".
El Nuncio no quiso adelantar fecha sobre esa solución al conflicto que mantienen la Diócesis de Barbastro-Monzón con la de Lérida por la devolución a Aragón los bienes de las parroquias aragonesas d ela Franja que están depósito en el Museo Diocesano de Lérida.
Respecto al incumplimiento de la sentencia firme de la Santa Sede por parte del obispo de Lérida, Françesc Xavier Ciuraneta, en la que se indica que los bienes deben de volver a las parroquias aragonesas, el Nuncio contestó "no me pregunte a mi porque no cumplen la sentencia del Vaticano pregunte a otros".
Monteiro de Castro pidió tranquilidad al entender que este proceso "hay que hacerlo con calma y ser comprensivos" y tras estimar que "no es un periodo muy bueno porque hay elecciones" instó a que "dejemos el tema para más tarde, ahora no es el momento".
CENA.
Respecto a la cena que mantuvo hace unos días con el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se limitó a indicar que "hasta después de las elecciones no hablaré" al argumentar que "quiero que, por el bien de todos, se mantenga la decisión que he tomado".
No obstante, quiso acallar algunos rumores sobre si se intercambiaron saludos y explicó que "dicen que no me saludó, pero cuando entró he sido la primera persona que saludó y todo fue bien. No voy a decir más nada".
Tras apuntar en tono irónico que "entiendo el interés que tienen todos ustedes por la Santa Sede" relató el menú de la cena que tomaron los cuatro comensales y que consistió en "merluza y algo de dulce. Todo hecho en la casa y una botella de vino tinto que bebimos los cuatro y aún sobro un poco". Tras asegurar que no hubo otra tipo de bebida alcohólica, explicó que "no compré champagne en 8 años, si he comprado cava".