MADRID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2009, presentados hoy por el Gobierno, recogen una partida de 7.964,16 millones de euros para el Ministerio del Interior, a los que hay que sumar los gastos financieros. Esto supone un crecimiento del 2,1 por ciento respecto al presupuesto de Interior en 2008, la menor de las subidas aplicadas a este departamento por los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, según los datos recogidos por Europa Press.
El parón en el crecimiento del presupuesto en materia de seguridad está enmarcada en la austeridad del conjunto de las previsiones del Gobierno, ya que la partida de Interior para 2009 representa el 5,1 por ciento del total, idéntico porcentaje que el pasado año.
Aún así, la subida del 2,1 por ciento es siete veces menor que la mayor experimentada por Interior desde 2005. En los primeros presupuestos del Gobierno socialista, la partida de Interior creció un 7,65 por ciento, al año siguiente alcanzó un 9,86 y en 2007 experimentó un récord con un crecimiento del 14,77 respecto a 2006.
Interior divide su gasto presupuestario en tres grandes áreas: seguridad ciudadana, administración penitenciaria y seguridad vial. En cuanto a la primera, destaca la lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada. En ambas facetas, el Ministerio pone el énfasis en la coordinación de las actuaciones de los distintos cuepos policiales, a través de los organismos creados para ello, caso del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) o el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO)
El gasto en prisiones (1.463, 16 millones de euros) tiene en cuenta que la población penitenciaria ha crecido un 6,5 por ciento respecto al año pasado un 18,4 si se compara con 2004. También destinará parte de su gasto a potenciar el cumplimiento en libertad vigilada de la condena impuesta para determinados delitos, en el tramo final de la misma, la continuación de las obras, que permitirán en 2009 la puesta en funcionamiento de tres nuevas cárcles y la previsión de que, con las reformas penales, habrá un cremiento del número de presos con largas condenas, como en el caso de los terroristas.