Piden cuatro años de cárcel para un hombre acusado de encañonar a un guardia urbano en el centro de Barcelona

Actualizado: miércoles, 21 mayo 2008 16:02

BARCELONA, 21 May. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado Penal número 16 de Barcelona juzgó hoy a un hombre acusado de encañonar a un guardia urbano en la plaza George Orwell del Barrio Gótico de la capital catalana en agosto de 2005. La Fiscalía pide cuatro años de prisión por un delito de atentado contra la autoridad y otro de tenencia ilícita de armas.

Sobre las 18.40 horas del 26 de agosto de 2005, dos agentes de paisano patrullaban en la calle Escudellers cuando vieron a un hombre que abordaba a diversas personas mientras caminaba hacia la plaza George Orwell desde la Rambla, por lo que sospecharon que podía estar vendiendo droga.

Uno de los agentes se adelantó al procesado, Giusseppe M., de nacionalidad italiana, para pedir a dos compañeros uniformados que identificaran al sospechoso. Los dos urbanos se acercaron al hombre y le pidieron la documentación, pero éste no la llevaba y le dijeron que los acompañara al furgón policial.

Cuando uno de los agentes abrió la puerta del copiloto para depositar allí los efectos personales del acusado, éste giró bruscamente, empujó al urbano contra la furgoneta, haciéndolo caer sobre el reposapiés y lo encañonó con la pistola que llevaba escondida en el cinturón.

El otro agente uniformado desenfundó su arma reglamentaria, apuntó a Giusseppe M. y le ordenó que dejara la pistola. Sin embargo, éste hizo caso omiso a la orden y amenazó con matar al agente que tenía retenido si su compañero no le entregaba su arma.

Los agentes de paisano se dirigieron hacia el vehículo, situado en un extremo de la plaza, llena de gente, y también desenfundaron. Uno de ellos se acercó por detrás al acusado sin que éste lo viera, le arrebató el arma y lo tiró al suelo.

Tres de los urbanos se abalanzaron sobre Giusseppe M. para ayudar a su compañero a inmovilizarlo y uno de ellos recibió una patada porque el procesado se resistió.

Los agentes sólo descubrieron que se trataba de un arma de fogueo cuando la desmontaron ya en las dependencias policiales de la Rambla, ya que su aspecto externo se parecía mucho a su modelo de verdad.

Durante el juicio, procesado dijo no recordar nada y, a petición de su defensa, testificó una doctora que aseguró que Giusseppe M. podía padecer un trastorno psíquico en el momento de los hechos, aunque era consciente de sus actos y de la diferencia entre el bien y el mal.

El juicio continuará el lunes con la declaración de los peritos de balística que explicarán que, pese a tratarse de una arma de fogueo, si se dispara a un hombre en la cabeza a quemarropa puede sacarle un ojo, según explicó el abogado de la acusación particular.

La Fiscalía solicita dos años de prisión por el delito de atentado contra la autoridad y otros dos por la tenencia ilícita de armas, así como una multa de 540 euros por la falta de lesiones.

La acusación particular pide cuatro años por el atentado, al entender que se cometió con un arma peligrosa, la misma multa y una indemnización de 52 euros para el agente agredido.