MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Parte de la cúpula del PNV, encabezada por su presidente, Iñigo Urkullu, se desplazó hoy a Madrid para ofrecer al candidato del PSOE a La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, la oportunidad de abrir un diálogo después de las elecciones destinado a buscar un acuerdo que sirva para "encauzar la solución al conflicto político vasco" y que luego sea ratificado por la sociedad vasca. Ese pacto debería también contribuir a "construir un Estado español con una solidez basada en la libre adhesión de sus naciones y sus ciudadanos".
Los dirigentes del PNV y candidatos de este partido al Congreso y al Senado se dieron cita en un hotel próximo a la Cámara Baja para formalizar su oferta de pacto a Zapatero, al que dan como seguro vencedor de la cita con la urnas del próximo domingo.
Urkullu, que fue el encargado de dar lectura al comunicado con el que concretan su ofrecimiento de pacto, estuvo acompañado, entre otros, por los presidentes del partido en Guipúzcoa y Vizcaya, Joseba Egibar y Andoni Ortuzar, y por el candidato al Congreso por la provincia vizcaína, Josu Erkoreka.
"Hemos venido a mostrar nuestra mano tendida al acuerdo al presidente Rodríguez Zapatero y a su partido para llegar a un pacto de encauce la solución al conflicto político vasco, un acuerdo que luego sea sometido a la ratificación de la sociedad vasca y además contribuya a construir un Estado español bien ventilado por aires democráticos y con una solidez basada en la libre adhesión de sus naciones y sus ciudadanos", afirmó Urkullu.
OPORTUNIDAD DE SER UN "POLÍTICO DE ESTADO".
Después, explicó que su partido no pone "condiciones" a Zapatero, sino que con este ofrecimiento le brinda la oportunidad de ser "un político de Estado y de dar una satisfacción a lo que son las reivindicaciones justas y legítimas de la ciudadanía vasca". Desde su punto de vista, si Zapatero no acepta la oferta de diálogo, caerá "en la tesis del PP de que no existe un problema político vasco", contribuyendo así a su "perpetuación", y contravendrá el Pacto a Ajuria Enea, que tanto PSOE como PP suscribieron en 1988, y que ya identificaba la existencia de un "profundo contencioso vasco".
El líder del PNV cree que es "una auténtica falacia que un Estado, para ser fuerte, tenga que ser centralizado o que la unidad tenga que basarse en la opresión de las realidades nacionales". Para avalar su tesis puso el ejemplo de Alemania, Suiza, Reino Unido o Canadá, Estados todos ellos "más pujantes y desarrollados que España", y "descentralizados", que han buscado un "estatus de comunidad y de libre adhesión para cada una de las realidades nacionales o territoriales que se integran en sus territorios".
"Porque libertad y progreso van siempre de la mano, ofrecemos a Rodríguez Zapatero que unamos fuerzas para conseguir un Estado en el que los vascos no nos sintamos sin aire para respirar y los españoles no tengan que volver a cantar 'Montañas nevadas' (himno juvenil falangista) ni a recitar el catecismo del Padre Astete (utilizado para adoctrinar en la primera etapa del franquismo)".
Urkullu hizo hincapié en que prácticamente todo el espectro político coincide ya en que "el modelo actual Estado español no es satisfactorio y no da más de sí" e insistió en que la Constitución, que, entre otras cosas, nació para satisfacer aunque fuera en una parte sustancial las demandas de autogobierno y recuperación de identidad nacional de Galicia, Euskadi y Cataluña, ha resultado "un fiasco" y reiteró que del "café para todos", gallegos, vascos y catalanes sólo han recibido un café "descafeinado y aguado".
APROVECHAR EL TIEMPO ANTES DE QUE IBARRETXE CONCRETE SU PROPUESTA.
El PNV considera que en la nueva legislatura, Zapatero ya no podrá pactar unas cosas "con estos nacionalistas que siempre se avienen a negociar para intentar conseguir algo para sus comunidades" y otras con el PP, relacionadas con la vertebración del Estado plurinacional, "no vaya a ser que el electorado perciba" que se está "vendiendo España".
"Ese Rodríguez Zapatero de la dos caras se acaba el día 9", subrayó el presidente de los nacionalistas vascos, quien emplazó al líder socialista a optar entre "abrir un nuevo tiempo con las fuerzas nacionalistas o echarse en brazos de ese PP al que ahora en campaña tilda de retrógrado, integrista, xenófobo o insolidario".
Además, Urkullu instó a Zapatero a definir su posición antes de las votaciones del domingo por que, desde su punto de vista, tanto la ciudadanía vasca como la española antes de depositar su voto, tiene derecho a conocer cuál es su voluntad política "para con Euskadi y para con el profundo contencioso vasco".
Así, urgió al candidato del PSOE a dejar claro si va a iniciar un diálogo político con las instituciones vascas o no. Y es que, según recalcó, el PNV quiere "aprovechar los cien días que median entre estas elecciones y la fecha señalada por el lehendakari para someter al Parlamento vasco" la propuesta que pretende sea ratificada en referéndum el próximo mes de octubre.
"El lehendakari ya ha mostrado su voluntad de diálogo con Rodríguez Zapatero. El PNV también. Los vascos y las vascas queremos y necesitamos saber antes del domingo el sí o no de Zapatero a nuestra mano tendida", recalcó.
30 AÑOS DE CORRESPONSABILIDAD CON EL ESTADO.
Tras puntualizar que "es totalmente compatible la existencia de un Estado español sólido con un Euskadi con las cotas de soberanía y autogobierno que la sociedad vasca decida", Urkullu se afanó en explicar que no es cierto que el PNV "desprecie lo que pase o deje de pasar del Ebro para abajo" y, para demostrarlo, recordó que su partido lleva 30 años corresponsabilizándose "con la vida del Estado español".
En su haber, señaló, los peneuvistas tienen haber firmado los Pactos de la Moncloa --aunque luego se le excluyera de la ponencia constitucional--, no haber caído "en los cantos de sirena del radicalismo rupturista", la negociación del Estatuto de Gernika y su permanente presencia en las Cortes "poniendo un granito de arena para que las relaciones Euskadi-España discurrieran por caminos de concordia".
En este contexto, recordó directamente a los socialistas que gracias a la "intervención y los votos" del PNV "algunas leyes, varios presupuestos y algún que otro ministro y ministra están hoy en vigor y han salvado su puesto".
Por último, para evidenciar su "preocupación" por lo que ocurre más allá de Euskadi, Urkullu aludió especialmente a la, su juicio, "difusa y poco ejemplarizante separación de poderes" en la que vive el Estado español. "Si Guerra dijo hace 30 años que Montesquieu había muerto en España, ahora lleva una losa tan pesada como la del Valle de los Caídos. Política judicializada y justicia politizada son antónimos en un Estado democrático de Derecho", advirtió Urkullu, quien también denunció que las leyes educativas o de otras materias sociales se reformen "a ritmo de yenka" cada vez que cambia el gobierno.