MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Policía investiga lo sucedido en torno al arresto fallido del etarra Alberto Plazaola el pasado martes cuando huyó de las fuerzas de seguridad después de que trascendiese públicamente la decisión de su reingreso en prisión dictada por el Tribunal Supremo. Tanto la Policía como la Guardia Civil están compartiendo los datos de los que disponen para tratar de dar con el paradero del fugitivo.
Según han informado a Europa Press fuentes de la lucha antiterorrista, los agentes de Información de la Brigada Provincial de San Sebastían han elaborado a lo largo de este jueves un informe detallado en el que se hace una cronología de los hechos.
Los resultados de este documento coinciden en gran parte con el relato transmitido por el Ministerio del Interior y en el que se detalla que los agentes de la Policía y la Guardia Civil tuvieron que esperar hasta diez horas desde que supieron la decisión del Supremo (en torno a las 13 horas) hasta que pudieron subir a la casa del terrorista en Oñati (Guipúzcoa).
DIEZ HORAS DE ESPERA
La entrada en el domicilio no les fue autorizada hasta pasadas las 20 horas y aún tuvieron que aguardar a la llegada de la secretaria judicial de Bergara, quien no se personó en la zona hasta pasadas las 23.05. Cuando llegaron a la casa, el etarra ya no estaba. En el citado informe se recogen los hechos consumados y, siempre según las mismas fuentes, no entran a barajar hipótesis sobre el paradero actual de Plazaola.
Actualmente, la única certeza con la que trabajan las fuerzas de seguridad es la de que Plazaola estaba en su casa incluso después de que los medios de comunicación ya hubiesen difundido la decisión del Tribunal Supremo. Lo saben porque, según estas fuentes, tanto la Policía como la Guardia Civil habían establecido ya una vigilancia discreta para conocer los movimientos del etarra, precisamente para evitar su huida ante la previsible resolución del alto tribunal que ya el pasado 13 de enero falló en el mismo sentido en otro caso.
Cuando llegaron los agentes, en su casa ya no estaba. Para entonces ya había en el lugar un nutrido grupo de simpatizantes proetarras que se concentraron para formar lo que la izquierdaa abertzale denomina 'muro popular' destinado a mostrar a apoyo a los condenados por terrorismo y congregarse para dificultar la labor policial y evitar detenciones.
A partir de ahí se barajan distintas hipótesis. A la espera del informe definitivo que las fuerzas de seguridad están elaborando al respecto, cobra fuerza la posibilidad de que el etarra se hubiese escondido en casa de un vecino dentro del mismo bloque de viviendas, al menos inicialmente.
"PUEDE ESTAR EN CUALQUIER PARTE"
No obstante, las fuentes consultadas descartan casi por completo que aún se encuentre ahí: "puede estar en cualquier parte ya porque ha tenido tiempo sufiente".
Según dicen estas fuentes, podría estar escondido en otra casa dentro del País Vasco, una estrategia que ya ha usado el entorno proetarra con otros condenados dentro de las actividades habituales del 'muro popular'. En ocasiones los requeridos por la justicia han terminado entregándose tras una escenificación propagandística.
Tras la detención frustrada, las fuerzas de seguridad recibieron una orden de registro por lo que pudieron acceder al domicilio del etarra. También registraron un trastero y un garaje, pero para entonces Plazaola ya no estaba.
