La policía no halló huellas ni restos biológicos del acusado en el escenario de un crimen en 2009 en Valladolid

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 14 febrero 2011 14:43

VALLADOLID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

Miembros de la Brigada Científica de la Policía Nacional de Valladolid reconocieron no haber hallado huellas dactilares ni restos biológicos pertenecientes al joven marroquí J.A. en el salón de la calle Ebro donde en octubre de 2009 fue encontrado el cadáver de su compatriota Abdelkarim A. y de cuyo asesinato se encuentra acusado.

Los integrantes de dicha brigada, durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que se sigue desde el viernes en la Audiencia de Valladolid por estos hechos, coincidieron al señalar que durante la inspección realizada al piso de la víctima hallaron 32 huellas dactilares, de ellas 15 no identificadas y 6 pertenecientes al procesado, si bien estas últimas fueron obtenidas de un plato y un vaso que se encontraban en la cocina, pero ninguna en el salón del inmueble totalmente revuelto y lleno de manchas de sangre donde apareció el cadáver acuchillado de 'Karim'.

La localización de las huellas dactilares de J.A. en la cocina no supone una prueba incriminatoria directa, ya que el propio procesado reconoció que esa noche estuvo en el piso del fallecido comiendo y bebiendo con él y que luego, según alegó, abandonó el inmueble cuando su anfitrión invitó a un tercero para que se sumara a la fiesta ya que no mantenía buenas relaciones con este último.

La ausencia de huellas y restos biológicos del imputado en el escenario del crimen supone, hasta el momento, una importante baza para la defensa, que está utilizando también en beneficio de su patrocinado otras circunstancias tales como el hecho de que ni siquiera bajo las uñas de 'Karim' aparecieran tejidos de J.A, la no localización del cuchillo de cocina que se presume como arma homicida e incluso la posibilidad de que el autor del crimen fuera un tercero, el también marroquí Bouchaid A, cuyo documento de identidad y tarjeta de la Seguridad Social aparecieron bajo el cuerpo de la víctima.

El resto de los testigos, todos ellos miembros de la Policía Municipal y de la Policía Nacional, limitaron su testimonio a la descripción de cómo encontraron el escenario de los hechos cuando un compañero de piso de 'Karim', el argentino Óscar Alberto M, dio la voz de alarma tras salir de su habitación sobre las 05.00 horas y descubrir lo ocurrido.

Todos los funcionarios recordaron que al llegar se entrevistaron con el inquilino y éste les explicó que sobre las 23.00 horas había visto entrar a 'Karim' acompañado del acusado, al que ya conocía por haber estado alguna otra vez en la vivienda, y que al poco escuchó una discusión entre ambos cuyo contenido no pudo precisar debido a que los dos primeros tenía la música muy alta.

No fue hasta las 02.00 horas cuando el compañero de la víctima se despertó y oyó a alguien abandonar el piso "sigilosamente", aunque no salió de su habitación hasta las 05.00 horas, momento en el que se encontró a 'Karim' muerte a cuchilladas al fondo del salón.

EL CADÁVER, COMO "RETORCIDO"

"Había restos de sangre en el suelo del pasillo y sobre todo en el salón, donde yacía el cuerpo de la víctima retorcido, con un gran número de heridas por arma blanca y tras un sofá que se encontraba movido de su sitio. Las cortinas habían sido arrancas, estaba todo revuelto y había también una mancha de sangre en la pared", explicó uno de los policías que acudió esa madrugada al piso y que incluso, al igual que el resto de funcionarios, observó varios "restregones" con sangre o pisadas en la escalera del edificio.

El escenario descrito por la policía denota, según se encargó de remarcar el defensor, que aquella noche la víctima y su verdugo sostuvieron una intensa pelea, circunstancia que, en caso de que el jurado acabara emitiendo un veredicto de culpabilidad, pudiera también beneficiar a su patrocinado, en el sentido de que el fallecido tuvo posibilidad de defenderse y por ello los hechos podrían ser calificados como un homicidio y no como asesinato.

La vista, en cualquier caso, continuará mañana con nuevos testimonios.

La Fiscalía de Valladolid, con carácter provisional, solicita una condena de 17 años de cárcel para el procesado por delito de asesinato, junto con la prohibición de residir en Valladolid durante veinte años y el pago de 200.000 euros de indemnización a la familia de la víctima, amén de otros doce días de localización permanente por una falta de hurto.

La defensa de J.A, que cuenta con antecedentes policiales por delitos de lesiones y amenazas cometidas en Ceuta, interesa un fallo absolutorio y con carácter subsidiario, en caso de que el jurado le declarara culpable, pide una rebaja de la pena al considerar que en los hechos concurre la atenuante muy cualificada de elevada ingesta de alcohol.

La acusación pública sostiene J.A, valiéndose de un cuchillo de cocina de 18 centímetros de hoja que no ha sido encontrado, acabó con la vida de su anfitrión, al que ocasionó hasta dieciséis lesiones, entre excoriaciones y heridas inciso-cortantes e inciso-penetrantes.

De entre estas últimas, la autopsia incide en cuatro, de extrema gravedad, una de las cuales le seccionó la tráquea y otra, la mortal por pérdida masiva de sangre, que penetró en el lóbulo pulmonar inferior y seccionó la aorta torácica descendente.

Una vez en posesión del dinero del fallecido, siempre según la tesis del fiscal, el presunto asesino abandonó el domicilio de la víctima, se trasladó al suyo, sito también en la calle Ebro, a recoger su equipaje y acto seguido cogió un autobús con destino a Barajas, donde se subió a un avión con destino a Tánger.

Contenido patrocinado