El preso de Alhaurín acusado de matar a su compañero de celda lo niega y dice que al despertar ya vio la sangre

Actualizado: lunes, 28 enero 2008 17:13

MÁLAGA, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

El preso de la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre acusado de matar a su compañero de celda negó hoy haber cometido el crimen y aseguró que despertó y vio ya la sangre en la habitación y a su compañero herido con los palos de una escoba clavados, por lo que su defensa es que alguien pudo haber entrado. No obstante, el procesado dijo que no vio a nadie y que no oyó abrirse la puerta de las dependencias.

Sergio R.J. declaró hoy ante el jurado popular encargado de dictar veredicto respecto a su culpabilidad o no. La Fiscalía pide provisionalmente 14 años de cárcel y la acusación particular 17 años de prisión para el acusado por acabar con la vida de su compañero de celda, de 72 años, al que agredió con el palo de una escoba, con el que le atravesó en el cuello y en la parte del abdomen. Los hechos sucedieron en marzo de 2006.

El acusado, que estaba en esos momentos cumpliendo condena por agresión sexual y lesiones, relató a los jurados que aquella noche despertó lentamente porque tomaba pastillas para dormir, y vio la sangre, por lo que llamó a los funcionarios "pidiendo auxilio", diciendo que había un hombre herido, llegando, incluso, a quitarle uno de los palos que la víctima tenía clavado en el hombro y que murió meses después en el hospital.

Negó que pusiera una cama en la puerta para impedir que los funcionarios de prisiones entraran, que eran los únicos que tenían llaves, así como que tuviera malas relaciones con la víctima, tal y como aseguran las acusaciones en sus escritos, en los que se precisa que el fallecido llegó a pedir en varias ocasiones que le cambiarán de celda por "los frecuentes enfrentamientos" con el acusado y por tener una convivencia "difícil".

Según el escrito inicial de la acusación pública, que le acusa de un delito de homicidio, el procesado agredió a su compañero por esos problemas y, con "la intención de acabar con su vida", utilizó para ello un palo de escoba que partió en dos y que le clavó en numerosas ocasiones. Tras esto, limpió la sangre, se cambió de ropa, se deshizo de ella y simuló que padecía un ataque de locura.

Luego, los funcionarios se dieron cuenta de que el hombre tenía sangre en los zapatos y fueron a la celda, donde constataron que la víctima estaba gravemente herido, según las conclusiones a las que tuvo acceso Europa Press. El fiscal indicó hoy en su informe inicial que los trabajadores de la prisión aseguran que nadie entró ni salió de la celda y negó que el acusado padezca alteración mental alguna.

Esta misma tesis sostiene la acusación particular, quien no obstante le acusa por un delito de asesinato, solicitando 17 años de prisión, al entender que existe ensañamiento por el número de lesiones producidas. El letrado de esta parte insistió, al igual que el fiscal, en que la muerte de la víctima fue a consecuencia de la agresión, aunque se produjera en mayo de ese año.

Por su parte, la defensa pide la absolución y sostiene que existen otras posibilidades para explicar los hechos y pone de manifiesto que no hay pruebas de ADN y huellas dactilares que relacionen lo sucedido con el acusado. Además, achaca la muerte del hombre a otros problemas de salud que padecía con anterioridad y a su avanzada edad, pidiendo de forma alternativa dos años de internamiento en un centro psiquiátrico por un delito de lesiones y la atenuante de alteración mental.