El presunto homicida de Joy Eslava esgrime que arrebató la navaja por el filo a la víctima para evitar una agresión

Actualizado: martes, 14 octubre 2008 18:05

"Siento mucho los hechos. No era mi intención y quiero dar el pésame a la madre", manifiesta Rachid Tachti

MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presunto homicida de la discoteca Joy Eslava, Rachid Tachti, adujo hoy durante su declaración ante la Audiencia Provincial de Madrid que arrebató por el filo la navaja que la víctima, Roberto García Grimaldos, le esgrimió en el transcurso de un forcejeo e insistió en que "no hubo intención" de provocarle la muerte a tenor de la puñalada mortal que le asestó en la ingle derecha supuestamente en defensa propia.

Tachti, de nacionalidad marroquí, describió al jurado popular que le enjuicia por un delito de intento de homicidio los hechos ocurridos la madrugada del 26 de diciembre de 2005 que costaron la vida de García Grimaldos, de 24 años. Tachti, que estuvo imputado por los atentados del 11-M, afronta una pena de 13 años de prisión y una indemnización de 120.000 euros para la familia de la víctima.

El tribunal popular tendrá que dilucidar las circunstancias en las que se produjo el crimen, que tuvo lugar en el marco de una monumental reyerta, ante la legítima defensa que alega el procesado, de 28 años, y la muerte alevosa que sostiene la acusación particular, que modificaría la calificación jurídica en asesinato.

La madre de la víctima, que portaba una medalla con la imagen de su hijo, y sus hermanos asistieron a la sesión y pudieron escuchar las palabras de arrepentimiento de Tachti. "Siento mucho los hechos. No era mi intención y quiero dar el pésame a la madre", manifestó Tachti.

Según su testimonio, acudió la noche del 26 de diciembre junto a unos amigos a la Joy Eslava, en la calle Arenal, para celebrar su cumpleaños. Nada más entrar, se apostaron en la barra central para tomar unas consumiciones y observaron cómo un grupo de camareros discutía con el personal de seguridad por motivos ajenos a ellos. Al rato, se dirigió sólo a los servicios, que se encontraban próximos al reservado donde estaba la víctima y sus amigos.

"Cuando iba a entrar al baño, choqué con un grupo que iba bebido y drogado. Supongo que habrían tenido un problema anterior y por confusión se abalanzaron contra mí. Uno me empujó, me llamó idiota y me lanzó un puñetazo por detrás", relató el acusado, quien contó que en ese instante vio cómo "una persona sacaba un objeto punzante".

"Le enganché por la mano y le arrebaté el cuchillo. Hubo un forcejeo y empujé el arma en dirección contraria", describió el marroquí, añadiendo que se agachó para evitar "la lluvia de botellas y vasos" que lanzaron los acompañantes de la víctima. "Cuando me agaché, me encontré con la navaja en la mano. La solté inmediatamente", recordó.

Sin saber que había apuñalado al joven, según apuntó, salió corriendo y se dirigió, en estado semiinconsciente y con la cabeza ensangrentada, hacia la barra central, donde el hermano de García Grimaldos se abalanzó contra él al grito de ¡Mi hermano!. El procesado logró escapar y los acompañantes de García Grimaldos interceptaron a uno de los amigos del agresor, a quien comenzaron a linchar.

"QUIÉN IBA A CREER A UN NORTEAFRICANO"

"Yo no tenía intención de clavarle la navaja. Esa persona cayó en el suelo durante el forcejeo. Evité que me agrediera con la navaja", insistió Tachti. "El chaval sacó la navaja. Mi instinto fue agarrarla. Pensé que me iba a hace daño", añadió. Como consecuencia de ello, el joven sufrió diversos cortes en los dedos de la mano izquierda, por lo que la prueba pericial será fundamental para verificar este extremo.

A preguntas sobre por qué no acudió a la Policía, el acusado insistió en que se enteró de que el joven había fallecido por la televisión y prefirió guardar silencio por su situación personal, dado que tenía una orden de expulsión del país. Además, señaló a la Sala que entonces "quién iba a creer que un norteafricano era inocente".

Frente a la versión del presunto homicida, la Fiscalía de Madrid sostiene que alrededor de las 3.30 horas, los dos grupos de jóvenes iniciaron una discusión verbal. Pasados unos minutos, los servicios de seguridad de la discoteca intervinieron y llevaron a Tachti al cuarto de baño para tratar de tranquilizarle.

Al salir de los aseos, el procesado vio a la víctima en la escalera y le lanzó "una mirada desafiante", que fue correspondida por el joven con un "¡Qué pasa!". En ese momento, comenzó un forcejeo entre ambos y Rachid asestó con una navaja una puñalada a García Grimaldos en la región abdominal derecha. La agresión le seccionó la arteria iliaca interna, que le provocó la muerte a causa de una hemorragia masiva.

En la exposición de los hechos, la fiscal expuso al tribunal que "Rachid retó a Roberto". "Hubo una provocación anterior y un ánimo de venganza. Ambos se picaron. La seguridad separó a los grupos rivales, pero se volvieron a buscar", subrayó.

ASESINATO ALEVOSO

La acusación particular solicita 20 años de cárcel en caso de que los hechos sean calificados de asesinato, mientras que pide 15 años si son tipificados como homicidio. Además, pide que el procesado pague 60.000 euros a cada uno de los cinco familiares del fallecido: sus padres y tres hermanos. Por su parte, la defensa del acusado quiere la libre absolución para su patrocinado, al alegar que la agresión se produjo por legítima defensa.

La familia de Grimaldos solicitó a la Audiencia que ampliase la acusación a los responsables de la discoteca, en concepto de responsables civiles subsidiarios. Adujo que la dirección debía garantizar la seguridad en el local, puesto que el día del crimen la Joy contaba con servicio de seguridad y cámaras de vigilancia para controlar el acceso al local. Pese a las alegaciones, la Audiencia tumbó el recurso.

Rachid fue detenido el 29 de diciembre de 2006 en las inmediaciones del Parque Atenas, de Madrid, en el vehículo que conducía su novia. El joven tenía entonces 18 antecedentes policiales por robos violentos, delitos contra las personas y contra la salud pública, y había sido expulsado de España hace siete meses.

Debido a la resistencia que ofreció durante su arresto, el Juzgado de lo Penal número 9 de Madrid le condenó a nueve meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad. Sin embargo, el fallo fue recurrido en apelación ante la Audiencia madrileña que le exoneró de la responsabilidad penal.

En su declaración judicial, el encausado aseguró al titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Madrid que Roberto quiso agredirle con un cuchillo y él intentó defenderse del ataque sujetando el arma por el filo.

Se da la circunstancia de que a Rachid se le vinculó con Jamal Ahmidan 'El Chino', uno de los autores intelectuales del 11-M que se suicidó en Leganés, y con la trama de explosivos que se utilizaron para los ataques contra los trenes de cercanías de la capital.

Por ello, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que instruyó el sumario del 11-M, le tomó declaración por su presunta participación en la masacre, pero no acordó ninguna medida cautelar contra él. El magistrado consideró entonces que no existían indicios suficientes contra esta persona.