Prohíben a un padre en Melilla acercarse durante un año a la Escuela Infantil de su hijo por coacciones a la maestra

MELILLA 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado una orden de alejamiento de una Escuela Infantil de Melilla a un padre de un alumno después de cometer una falta de coacciones hacia la profesora de su hijo y un delito de desorden público, además del pago de una multa por más de 1.300 euros y al abono de las costas judiciales.

Según la sentencia a la que ha tenido acceso hoy Europa Press, el acusado, el padre de un alumno de cuatro años del aula del Colegio Público Reyes Católicos situada en la Escuela Divina Infantita, es autor criminalmente responsable de una falta de coacciones por la que deberá abonar 20 días de multa con una cuota diaria de seis euros, con responsabilidad penal subsidiaria en caso de impago y como autor de un delito de desorden público por el que ha sido penado a siete meses de multa con una cuota diaria de seis euros, igualmente con responsabilidad civil subsidiaria en caso de no abonar dicha sanción, y privación de acudir al centro docente Divina Infantita del Colegio Reyes Católicos durante un año e imposición de las costas.

El Juzgado de lo Penal número 1 considera como hechos probados que el día 14 de enero, sobre las 9.20 horas aproximadamente, el acusado se personó en el centro escolar para llevar a su hijo y que en ese momento la profesora le dijo que no podía dejar entrar al menor, ya que había llegado tarde, como solía hacer habitualmente.

Si bien el padre quedó conforme, pasados unos segundos golpeó fuertemente la puerta y entró en el interior del aula, diciendo alterado y a gritos: "Yo de aquí no me voy a ninguna parte, que venga quien quiera, que venga la directora aquí para hablar conmigo, que yo no tengo culpa de que haya tráfico. Vaya mierda de maestra, estoy harto de todos vosotros, yo no soy un avión para llegar".

La maestra intentó calmarlo y hacerle ver que si bien la hora de entrada al colegio son las 9.00, se permitía llegar a los niños hasta un cuarto de hora más tarde, excepcionalmente. Sin embargo, siguió alterado "provocando que los niños se asustaran, comenzando algunos a llorar". La maestra llamó a una compañera a la que pidió ayuda y ésta avisó a la Jefa de Estudios y al Secretario, para que la auxiliaran, quienes al llegar escucharon cómo vociferaba "Esto no se va a quedar así, qué colegio de gilipollas, sois todos unos mierdas".

Transcurridos 30 minutos, el ahora condenado se marchó, aunque siendo advertido por la jefa de Estudios de que a partir de entonces no dejarían entrar a su hijo pasadas las 9.10 horas.

Sin embargo, al día siguiente llegó el menor acompañado por su madre pasadas estas horas, lo que motivó que no se le permitiera el acceso. Unos minutos después se personó el padre "golpeando fuerte la puerta, y gritando dijo: 'Se va a enterar ésta, voy a tirar la puerta abajo, estoy harto ya de este colegio de mierda".

Ante tal situación, estando muy asustados los alumnos, la docente llamó por teléfono nuevamente a una compañera y ésta avisó a la Jefa de Estudio del Reyes Católicos, quien se trasladó a su aula del Divina Infantita acompañada de la directora y observaron cómo el acusado gritaba, lo que les llevó a llamar a la Policía, aunque cuando se personaron los agentes, el padre ya estaba calmado.

La sentencia también recoge que durante esos días la profesora tuvo que modificar las actividades previstas para la clase, debido al estado de nerviosismo en el que se encontraba tanto ella como los niños por la situación provocada por el acusado.

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