Psiquiatra dice que el hombre acusado de quemar tres coches en Málaga en 2003 sufrió una crisis psicótica breve

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 24 septiembre 2008 19:52

MÁLAGA 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un médico psiquiatra que está tratando al joven acusado de prender fuego a tres coches en febrero de 2003, con lo que ocasionó daños a numerosos vehículos y en las dos plantas de aparcamientos del edificio en el que residía, ubicado en la avenida de Andalucía de Málaga, aseguró hoy que éste sufrió una psicosis reactiva breve, trastorno que incidió en la comisión de los hechos.

La Sección Tercera de la Audiencia de Málaga acogió hoy la primera sesión del juicio, que continuará mañana con los informes finales. El fiscal pide en sus conclusiones iniciales, a las que tuvo acceso Europa Press, la pena de 13 años de prisión para el acusado, que no declaró en la vista, aunque su defensa reconoció la autoría de los hechos.

Según el psiquiatra, que declaró a petición de la defensa, ese trastorno se produce cuando se han sufrido sucesos vitales altamente estresantes y señaló que eso fue lo que ocurrió en este caso, ya que se produjeron previamente a los hechos tres factores vinculados a las malas relaciones del acusado con su familia, sobre todo el padre, y con aspectos de su sexualidad que desembocaron en dicha conducta.

El experto explicó que tuvo "una pérdida del sentido de la realidad en un momento determinado que hace que funcione más por su pensamiento que por su juicio". "El pensamiento pudo más que su voluntad", aseguró el perito, quien apuntó, además, que estos trastornos se dan en personas con rasgos de personalidad límite, como es este caso.

Asimismo, defendió que ese trastorno está asociado a personas inestables o a trastorno de la personalidad e incidió en que se produce durante un breve espacio de tiempo y luego "queda un síndrome ansioso depresivo", por lo que no consideró contradictorias sus conclusiones con respecto a la del médico forense que lo examinó en el juzgado de guardia tras ser detenido, quien declaró en el juicio que fue eso lo único que se apreció.

Así, el forense afirmó que de la "rigurosa" exploración realizada, se pudo concluir que "no presenta alteración mental alguna que afecte a sus capacidades", asegurando que "tiene conocimiento y juicio para saber las consecuencias de quemar un coche". Aseveró que no apreció ningún trastorno de tipo psicótico, tan sólo "un síndrome ansioso con tintes depresivos.

NO HUBO RIESGO PARA LAS PERSONAS

Los hechos sucedieron en febrero de 2003 cuando el procesado bajó al sótano del edificio en el que residía con sus padres y accedió al trastero de su familia. Allí, según el escrito del fiscal, cogió una garrafa de plástico con gasolina, que vertió sobre un vehículo y le prendió fuego. Luego, bajó a la segunda planta del garaje y vertió gasolina sobre otro vehículo, al que también le prendió fuego.

Volvió a verte el combustible en este caso sobre el coche de su padre, de forma que creó tres focos diferentes en las dos plantas. Para el fiscal, hubo "un claro y gravísimo peligro para la vida e integridad de las numerosas personas que habitaban el edificio". En este sentido, según fuentes de la defensa, los bomberos negaron esta mañana en su declaración en el juicio que hubiera peligro para los vecinos, puesto que el fuego se controló y el humo no afectó a las viviendas.

La Fiscalía solicita, además de la pena de prisión, la prohibición de acercase al edificio en cinco años y la indemnización a los damnificados en las cantidades correspondientes por los daños en sus coches. Así, la comunidad de propietarios reclama 62.699 euros porque fue necesario repasar la estructura del edificio, la instalación eléctrica, la de fontanería, el portero electrónico, limpiar y pintar los sótanos y pagar un servicio de vigilancia.

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