MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ex ministro de Administraciones Públicas y ex diputado del PSOE, Jordi Sevilla, cree que "los líderes y estrategas" de los grandes partidos deberían buscar "soluciones conjuntas" para los "grandes problemas" de la sociedad en lugar de optar por destacar siempre "la diferencia, la confrontación, la descalificación".
En un comentario publicado en su 'blog', Sevilla admite que "algunos" problemas admiten soluciones "de derecha o de izquierda" pero añade que "la mayoría de problemas importantes" de nuestra época están, "en expresión de (el ideólogo de la Tercera Vía, Anthony) Giddens, 'más allá de la izquierda y la derecha".
Por eso, pide a "unos" y "otros" que resten "decibelios" a las declaraciones públicas y eviten las críticas del tipo "no tienen liderazgo, arruinan a España, están solos, proponen disparates" porque son "calorías vacías que engordan sin aportar nutrientes". "Algunos preferimos una alimentación sana que no engorde y nos ayude a vivir mejor. La mayoría, creo", apostilla el ex ministro.
A su juicio, la receta de aunar esfuerzos vale "tanto a escala del G-20, como de un país plural y diverso como España" y, en este caso, entre fuerzas políticas y también con la "sociedad civil, que es mucho más que los interlocutores sociales habituales". Entre los "grandes asuntos" que deberían acordarse menciona la actual crisis mundial, el cambio climático, la amenaza de las "identidades asesinas" o los problemas del envejecimiento.
Sevilla defiende en que los grandes acuerdos no son sólo algo de los tiempos de la transición y pone como ejemplo la gestión de la Gripe A entre Gobierno y comunidades o el hecho de que varias de las medidas para hacer frente a la crisis fueron apoyadas en el Congreso por el PSOE y el PP.
En la misma línea, recuerda que en la legislatura pasada, "salvo el encontronazo catalán, se pactaron todas las demás reformas estatutarias y se dijo que no, conjuntamente al delirante Plan Ibarretxe".
Por ello, defiende que quienes reclaman un "discurso político" del acuerdo para los grandes asuntos no son "idealistas ingenuos". "Simplemente queremos generalizar lo positivo de lo que ya estamos haciendo hoy, aunque, al parecer, de tapadillo", recalca.
Para el ex ministro, entre los temas que suelen abordarse de manera conjunta están el cambio climático, la incorporación efectiva de la mujer a la vida laboral, social y política, los problemas derivados del envejecimiento de la población, las dificultades de la educación, la lucha contra la violencia de género o el funcionamiento de la Justicia. Así, a su juicio, "existe un amplio territorio de acuerdo y continuidad entre ambas opciones".
DIVERGENCIA IDEOLÓGICA, POLÍTICA CONTINUISTA
Pero además, constata de que incluso sobre asuntos muy 'ideológicos' para los dos grandes partidos, a la hora de gobernar unos y otros lo hacen con "una continuidad clara": "Por ejemplo, el PP cuando gobernó, no modificó la ley del aborto, ni el PSOE actual ha revocado el Concordato con la Iglesia Católica".
Por ello, se pregunta por qué "los líderes y estrategas electorales de uno y otro, en lugar de profundizar en lo común" optan por destacar "la diferencia, la confrontación, la descalificación, las dos opciones como radicalmente incompatibles".
EVITAR ESPECTÁCULOS "BERLUSCONIANOS"
Para Sevilla, está claro que no todo el mundo piensa lo mismo sobre todos los asuntos, "ni dentro de un mismo partido", ni tampoco el consenso "se puede extender como método, de forma obligatoria a todos los asuntos", pero fortalecer el terreno común serviría para dar mejores respuestas políticas y, además, evitar "espectáculos berlusconianos" del tipo "soy el mejor".
En su comentario, el ex ministro pone varios ejemplos de cómo muchos asuntos están más allá "de la derecha y de la izquierda": "uno puede estar de acuerdo en subir impuestos a los que más tienen y, a la vez, discrepar de como se ha regulado el aborto en la nueva ley" o "puede ser creyente y estar en contra de las injerencias políticas de la jerarquía católica".
"O militar en el sindicalismo progresista y creer que las uniones entre personas del mismo sexo tienen que regularse, pero no llamarse matrimonio. O defender la energía nuclear y un impuesto sobre los grandes patrimonios. O sentirse de derechas pero defender la ley de la memoria histórica", enumera Sevilla.