Silva Campos se autoinculpa de los crímenes de San Martín de Porres (Ciudad Real) e insiste en que fue en defensa propia

Actualizado: martes, 6 marzo 2007 14:40

CIUDAD REAL, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

José Silva Campos, acusado junto a su mujer y uno de sus hijos de matar a dos hombres en el barrio de San Martín de Porres, en Ciudad Real capital, el 30 de julio de 2003, se autoinculpó hoy de los crímenes, pero insistió en que actuó en defensa propia.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió hoy la segunda sesión de la vista oral de este juicio que se celebra bajo el procedimiento del jurado, en la que los tres acusados se negaron a responder a las preguntas del Ministerio Fiscal y la acusación particular y sólo contestaron a las preguntas de sus defensas.

Tanto Silva como su mujer, Manuela Fernández Pavón, aseguraron que fueron los dos fallecidos, Rafael Fernández Campos y su hijo, Manuel Fernández Pozuelo, a los que acompañaba su mujer y madre, respectivamente, María Isabel Pozuelo Maya, los que se acercaron hasta su domicilio con actitud agresiva, iniciándose una trifulca que acabo con las dos muertes.

Silva y su mujer también coincidieron en que los tres miembros de la familia de los Fernández Pozuelo eran los que blandieron armas de fuego y que, en un momento dado, Silva Campos logró arrebatar la pistola a Fernández Campos para, a continuación, disparar a éste y a su hijo.

La mujer, Manuela Fernández Pavón, relató los incidentes como si fuera la narración de un asalto a un banco en el antiguo Oeste, con la otra mujer, María Isabel Pozuelo, acercándose a la casa disparando a diestro y siniestro, siendo también ella la que puso sobre el tapete las complejas relaciones familiares que se esconden detrás de este enfrentamiento entre estos dos clanes de etnia gitana.

Según Manuela Fernández Pavón, todo se desató porque ese día, en un juzgado de Puertollano, un hijo de los Fernández Pozuelo, Ramón, y un hijo de los Silva Fernández, Miguel, estaban declarando en relación con el asesinato de un joven en esta ciudad, del que estaba acusado el primero y por el que se había entregado el segundo, que fue condenado posteriormente por este hecho, junto a otro hombre.

La acusada agregó que se enteró de que Ramón había responsabilizado del crimen a su hijo Miguel, casado con Coral, otra hija de los Fernández Pozuelo, a la que se lo comentó y que ésta llamó al abogado de su hermano para decirle que le parecía bien que le defendiera, pero que ello no le obligaba a acusar a su marido.

A raíz de esta comunicación, el abogado contactó, para contar lo sucedido, con la familia Fernández Pozuelo, tres de cuyos miembros se fueron para la casa de los Silva Fernández, dando una paliza a Coral, que vivía allí, por haber hecho la llamada al abogado y por la forma en la que se manifestó.

En su declaración, la acusada agregó que María Isabel Pozuelo, cuando le recriminó la agresión a Coral, respondió que eso no era nada en relación "con lo que iba a pasar" después.

Manuela Fernández agregó que la familia de los fallecidos regresó a su casa, pero que, al momento, irrumpieron otra vez en las cercanías de su propio domicilio, ya con las armas, y se llegó al desenlace final con los dos muertos y, María Isabel Pozuelo, herida.

Por su parte, José Antonio Silva Fernández, contó que el no vivía ya con sus padres y que su mujer le avisó, mientras que es encontraba en su domicilio, de lo que estaba ocurriendo y que se fue para casa de sus padres, que llegó al final de todo y que no participó en los hechos.