MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los sindicatos policiales (SUP, CEP, UFP y SP) celebraron hoy la imputación, por parte de la Fiscalía, del Director Adjunto Operativo del Cuerpo Nacional de Policía, Miguel Ángel Fernández Chico, por los delitos de prevaricación y coacciones. En este sentido, expresaron su confianza en la Justicia al considerar que Fernández Chico podría haber "abusado" de su cargo al destituir el pasado verano al inspector jefe del puerto de Málaga.
La Fiscalía solicitó ayer a la Juez de Instrucción número 5 de Málaga, María Jesús del Río, que cite como imputado al Director Adjunto Operativo para investigar si excedió sus competencias al "cesar de forma fulminante" al funcionario, tal y como vienen señalando las centrales sindicales.
Los sindicatos mostraron, en un comunicado conjunto, su "tristeza" por la situación en la que se encuentra el inspector jefe destituido, "de muy alto rango", quien ordenó que el control de pasajeros, de un barco que une Málaga con Melilla, se realizase "de forma minuciosa y con todas las formalidades exigidas por el ordenamiento en vigor". En aquellos momentos, las organizaciones policiales habían convocado la huelga de 'trabajo a reglamento' dentro del conflicto colectivo abierto contra el Ministerio del Interior.
DERECHOS SINDICALES.
En este sentido, advierten que la declaración de conflicto es "absolutamente legítima" por lo que "no consentirán que se atropellen" sus derechos con el único fin de "desactivar las reivindicaciones". "No debemos ni podemos permitir que nadie recorte nuestros derechos sindicales, menos de manera prepotente y en fraude de ley", sentenciaron.
Así, denuncian que los responsables "usen y abusen" de sus competencias y de la propia normativa y además "impidan el legítimo ejercicio del derecho a la libertad sindical". De esta forma, califican de "preocupante" que los mandos "recurran a la intimidación y a las amenazas" para contrarrestar la "débil" presión sindical.
Por último, valoran que la solicitud de imputación de Fernández Chico "marca un antes y un después" en el mandato del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y se convierte en una "mancha que éste tiene que limpiar".