MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, sostiene que el Tribunal Constitucional ha demostrado en anteriores ocasiones que, "si quiere", puede resolver en un plazo breve el recurso de Sortu contra la decisión del Supremo de no permitir su inscripción en el Registro de Partidos Políticos. Siempre y cuando, continúa, no haya habido un acuerdo entre socialistas y batasunos para posponer esta decisión a cambio de "manga ancha" del Gobierno para permitir listas blancas" y "coaliciones".
A la vista de que el 18 de abril deben estar presentadas las candidaturas para las municipales del 22 de mayo, Erkoreka admite que hay un margen de tiempo "muy estrecho" para que el Constitucional resuelva esta cuestión antes de esa fecha. "Es cierto que si se agotan todos los plazos previstos en la ley para la tramitación de este tipo de recursos, sería imposible llegar a tiempo", reconoce.
Pero también recuerda un precedente de que el TC resolvió en breve plazo un recurso y cita en concreto el recurso de amparo que el PNV planteó en 2005 contra la tramitación parlamentaria del denominado 'Plan Ibarretxe'.
LA OTRA VEZ RESOLVIÓ EN UNA SEMANA
"Entre el 30 de diciembre de 2004 y el 1 de febrero de 2005, que es la fecha en la que el Congreso rechazó la toma en consideración de la Propuesta del Parlamento vasco, se produjo una situación muy semejante a la que ahora se da con Sortu. Semejante en las circunstancias y semejante, también, en la estrechez del marco temporal disponible. Empero nada impidió que en aquella ocasión el Tribunal Constitucional se pronunciase en tiempo y forma sobre el fondo del asunto", argumenta.
Según recuerda en un artículo publicado en su página personal de Internet y recogido por Europa Press, el PNV acudió en amparo al TC aquel 27 de enero, sólo siete días antes de que se celebrase el debate de toma en consideración del 'Plan Ibarretxe', y presentó "el mismo tipo de recurso que los promotores de Sortu pueden presentar ahora contra la sentencia de la Sala del 61 del Tribunal Supremo".
Al final, el Constitucional sentenció la víspera del debate del Congreso, en contra de los cálculos que daban por descartada una respuesta antes de la sesión. "Lo que hoy quería dejar patente es que, si se quiere, se puede --aseveró--. Hasta el 18 de abril contamos con días suficientes como para que los promotores de Sortu interpongan su recurso, el Gobierno conteste a la demanda y el Tribunal Constitucional emita su veredicto. Repito: si se quiere, se puede".
A su juicio, conviene que el TC siente criterio, máxime cuando en el Tribunal Supremo se ha producido una división de opiniones que "pone de manifiesto que la posición favorable a su inscripción en el Registro no es una humorada risible, sino una tesis que cuenta con sólidos fundamentos jurídicos".
RETRASARLO "NO SERÍA DE RECIBO"
"No sería de recibo que en un aspecto tan decisivo para la credibilidad del sistema electoral y, por ende, de todo el edificio democrático, el TC o el Gobierno se aferrasen tácticamente a los plazos legales para justificar una sentencia tardía --sostiene--. Tanto aquél como este están moralmente obligados a facilitar un pronunciamiento sobre el fondo del asunto que llegue a tiempo. Lo contrario, no sólo sería reprochable desde el punto de vista estético; entrañaría, además, una gravedad política que podría poner en cuestión la legitimidad de todo el sistema".
También señala a Sortu porque si se demora a la hora de presentar el recurso, permitiendo que los plazos legales se agoten, nada se podrá exigir a los poderes del Estado.
"Y nunca se sabe si en alguna de esas 'no-reuniones' que durante los últimos seis meses han mantenido con los socialistas vascos -cuanto más enfáticamente niegan su existencia, más les crece la nariz- unos y otros han podido constatar la común conveniencia de posponer el envite, lo que permitiría al PSOE salir airoso del apuro frente a la cerril oposición de los populares, a cambio de operar con manga ancha en la admisión de las posibles coaliciones o listas blancas".
A su juicio, "no sería la primera vez que (socialistas y batasunos) pactan la presencia o la ausencia de determinadas listas en la cita con las urnas". "Cuando les conviene a ambos, lo hacen", concluye.