VALLADOLID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un informe elaborado por peritos del Instituto Nacional de Toxicología se inclina por la tesis del acuchillamiento para explicar el modo en que murió la vallisoletana Benita del Valle en la madrugada del 1 de marzo de 2006 en el domicilio familiar, lo que vendría a desbaratar la versión del estrangulamiento mantenida desde entonces por su ex marido, Eugenio R.R, quien desde hace cuatro días es juzgado por estos hechos por el procedimiento de jurado popular en la Audiencia de Valladolid.
La prueba pericial de dos técnicos del referido laboratorio, realizada por videoconferencia desde Madrid, tenía por objeto determinar con qué instrumento fue descuartizado el cadáver de la víctima y, por otro lado, precisar la causa del óbito. En el primer caso, no queda duda alguna de que el acusado, quien tras la muerte de Benita del Valle desmembró su cadáver y se deshizo de él arrojándolo en bolsas al río Pisuerga, utilizó una sierra de tipo manual o de carpintero muy afilada para lograr este macabro propósito, tal y como delatan las marcas aparecidas en los huesos.
Más dificultad encontraron las peritos a la hora de dilucidar si la muerte fue producto de un acuchillamiento o de la asfixia por estrangulamiento, pues los restos remitidos al laboratorio vía Valladolid se encontraban muy deteriorados debido al tiempo transcurrido desde la muerte y su inmersión en el río. Pese a ello, el informe de las expertas, limitado y no del todo concluyente debido a esta circunstancia, parece descartar la versión dada por Eugenio R.R. de que estrangulara a su ex con sus propias manos, ya que en los colgajos del cuello examinados no se aprecian ni aplastamiento ni fractura de la laringe.
Por contra, en otros restos de piel de la zona del cuello y de la cabeza las pruebas microscópicas localizaron lesiones "perimortales", muy próximas al momento de la muerte, que presentaban signos de hemorragia, circunstancia compatible con la tesis del acuchillamiento que sostienen todas las acusaciones. Dicha pericial será mañana rebatida por la defensa mediante la exposición de otra prueba, elaborada por un experto en daño corporal, que corroborará la versión de la asfixia a la que el ex marido se aferra.
El resto de las pruebas periciales practicadas en la cuarta jornada del juicio no aportaron mucho más, ya que la mayoría estuvieron centradas en la identificación de los restos de la fallecida que fueron apareciendo a lo largo de mayo de 2006 en distintos puntos del río, así como en el cotejo de las muestras de sangre halladas en el maletero del vehículo y la vivienda del acusado para determinar, como así ocurrió, si pertenecían a Benita del Valle.
El juicio continúa mañana. Inicialmente, el Ministerio Fiscal y el Abogado del Estado coinciden en solicitar para el acusado una pena de 15 años de cárcel por delito de homicidio, con las agravantes de parentesco y abuso de superioridad. En el caso de la acusación pública, se solicitan igualmente indemnizaciones de 40.000 euros para cada uno de los cuatro hijos de la víctima y del agresor.
Por su parte, y frente a la absolución que solicita la defensa, las dos acusaciones particulares personadas en el caso de Benita del Valle en representación de los cuatro hijos del matrimonio piden para el acusado una pena de 20 años de cárcel por delito de asesinato y, alternativamente, 15 años por homicidio, con las agravantes de alevosía, aprovechamiento de las circunstancias de lugar, abuso de confianza y parentesco, junto con la obligación de indemnizar a cada uno de sus vástagos con 200.000 euros.