UE.- Los ministros de Exteriores celebran hoy un cónclave para acercar posiciones sobre el nuevo Tratado

Actualizado: domingo, 17 junio 2007 10:16

Polonia, República Checa, Países Bajos y Reino Unido, principales escollos para cerrar un acuerdo en la cumbre del 21 y 22 de junio

BRUSELAS, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete celebran hoy un cónclave extraordinario en Luxemburgo para tratar de acercar posiciones sobre el nuevo Tratado y cumplir con el objetivo de la presidencia alemana, que pretende que las líneas fundamentales del texto sean aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre que se celebrará los días 21 y 22 de junio para sacar a la UE de la crisis que vive desde que hace dos años Francia y Países Bajos rechazaron la Constitución Europea en referéndum. Polonia, República Checa, Países Bajos y Reino Unido son ahora los principales escollos para cerrar un acuerdo sobre un Tratado simplificado.

Tras cinco meses de intensas consultas, la presidencia alemana envió el pasado jueves un documento sobre el estado de las negociaciones, cuya principal conclusión es que se ha abandonado definitivamente la idea de una Constitución Europea que sustituya a todos los Tratados. Su propuesta es volver al "método clásico" con un nuevo Tratado que enmiende a los anteriores con el objetivo de mejorar la eficacia, coherencia y funcionamiento democrático de las instituciones comunitarias. Los líderes europeos tendrán que pactar durante la cumbre las líneas básicas del texto y convocar una Conferencia Intergubernamental (CIG) de carácter sobre todo técnico para que el Tratado esté listo antes de finales de año.

La tarea de los ministros de Asuntos Exteriores será desbrozar el camino a los jefes de Estado y de Gobierno y dejar el menor número de temas abiertos para la cumbre. La presidencia les ha enviado para ello un cuestionario con cinco preguntas que se debatirán este domingo: la forma del Tratado (aunque este punto ya está decidido); los símbolos (el himno, la bandera o el euro, que muchas delegaciones como la holandesa quieren suprimir para alejar el fantasma del 'superestado europeo') y la primacía del derecho comunitario sobre el nacional; la personalidad única de la Unión; la Carta de los Derechos Fundamentales (parece claro que no figurará en el Tratado y ahora se discute si se incluirá o no un artículo para hacerla vinculante) y la estructura por pilares.

El martes, Berlín presentará ya sus primeras propuestas concretas a una reunión de los representantes de los Veintisiete. Todo apunta a que la canciller Ángela Merkel asumirá plenamente la idea del nuevo presidente francés, Nicolas Sarkozy, de un minitratado (aunque ahora lo llame Tratado simplificado) que no necesite referéndum en la mayoría de los países y que incluya las principales innovaciones de la Constitución como: la creación de un presidente permanente de la UE y un ministro de Asuntos Exteriores, la supresión del derecho de veto en muchas políticas, la reducción del tamaño de la Comisión o el sistema de toma de decisiones por doble mayoría (55% de los Estados miembros, con al menos 15 países, que represente al 65% de la población). También se añadirán algunas novedades como la solidaridad energética o el cambio climático que no estaban en el Tratado constitucional.

Aunque el resultado final será mucho menos ambicioso que el de la Constitución, los 18 países que ratificaron el texto, entre ellos España, están dispuestos a aceptarlo para salir de la actual situación de parálisis. El único que se ha mostrado un poco más combativo es el primer ministro italiano, Romano Prodi, que apostó en un discurso ante el pleno de la Eurocámara por una Europa a dos velocidades con una vanguardia de países que avancen más rápido en el proceso de integración si no hay un acuerdo lo suficientemente ambicioso.

ESCOLLOS

Sin embargo, para que estos planes salgan adelante todavía hay que superar numerosos escollos de los países más reticentes. El más visible es Polonia, y por eso durante los últimos días se han multiplicado las visitas a los gemelos Kacynscki, entre ellas la del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Polonia no quiere aceptar el sistema de voto por doble mayoría porque le resta mucho poder respecto al vigente Tratado de Niza, que le otorga un número de votos muy próximo al de Alemania pese a la gran diferencia de población. Varsovia propone como alternativa a la doble mayoría un complejo sistema basado en la raíz cuadrada de la población, pero pese a sus constantes amenazas de veto, Merkel se mantiene firme en que el sistema de voto es intocable.

También plantea numerosos problemas República Checa, que pretende que el nuevo Tratado incluya una cláusula que permita a los Estados recuperar competencias que hayan transferido a la Unión Europea. Algo similar es lo que propone Países Bajos, que desde la victoria del 'no' en su referéndum ha pasado de ser uno de los Estados más euroentusiastas a situarse en el bando de los euroescépticos. El primer ministro, Jan Peter Balkenende, exige que los parlamentos nacionales tengan el poder de vetar iniciativas legislativas de la Comisión, y pretenden incluir en el Tratado los criterios de adhesión (de derechos humanos, económicos y políticos) de los nuevos Estados miembros para asegurarse de que se cumplen de manera estricta, algo que es visto con buenos ojos por la canciller alemana y que es muy probable que aparezca en el texto final.

La gran incógnita de este debate es cuál será la posición que asuma Reino Unido. Su primer ministro, Tony Blair, se despedirá de su cargo en la próxima cumbre para dar paso a su sucesor, Gordon Brown, y no está claro hasta qué punto ambos mandatarios han pactado sus posiciones. Los británicos rechazan que se elimine el derecho de veto en algunas políticas de justicia e interior y han pedido excepciones para ellos en algunas políticas comunitarias, pero de momento se han situado en segundo plano y han dejado el protagonismo a otros Estados todavía más escépticos.