De la Vega responde a Correa que los empresarios "están preparadísimos" porque saben que hay que armonizar intereses

Actualizado: martes, 7 agosto 2007 20:08

Le traslada "intranquilidad" en el sector y el presidente de Ecuador asegura no tener "tentación" de nacionalizar

QUITO, 7 Ago. (EUROPA PRESS, de la enviada especial Carmen Sáez) -

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró hoy en Quito, en un almuerzo con empresarios españoles, que ayer lunes contestó al presidente de Ecuador, Rafael Correa, que los empresarios españoles están "preparadísimos" porque saben que es "necesario y posible" armonizar "los intereses" de las compañías con los del país.

Un día después de que el mandatario ecuatoriano llamase a Telefónica a que se "prepare" en la renovación de su contrato porque no dejaría que la compañía española se llevase "un sólo centavo" que no pudiera "tener el pueblo ecuatoriano", la ministra de la Presidencia trató de quitarle hierro afirmando que pudo haber alguna "malinterpretación". Eso sí, explicó que le había transmitido la existencia de una "cierta intranquilidad lógica" en el sector porque se desconocían las líneas de su política económica.

En esta reunión se congregó a una decena de empresarios del sector de telecomunicaciones, hidrocarburos, alimentario, pesquero, financiero, de acceso al agua, de aviación o infraestructuras. Entre ellos estaban presentes dos de los 'aludidos' por las palabras del mandatario ecuatoriano: el presidente de Telefónica Movistar, José Luis Díaz de Mera, y el director de la Unidad Regional del Pacífico Repsol YPF, Evandro Correa.

Ayer, el presidente de Ecuador dijo que con esta última los problemas "pueden ser superados" pero aseguró que su Ejecutivo será "más firme y más fuerte" con las compañías que el del boliviano Evo Morales y se quejó del porcentaje de beneficio de barriles que queda para el Estado en comparación con el que se llevan las compañías extranjeras.

Hoy, De la Vega explicó a estos empresarios, con los que ya se reunió el domingo en la Embajada española, su conversación y almuerzo con el presidente, que siguió a la rueda de prensa en la que Correa efectuó las citadas declaraciones. Así, le indicó que los empresarios españoles llevan afincados muchos años, le señaló su acreditada "solvencia y prestigio" y le trasladó las "preocupaciones" de las compañías españolas.

Así, le comunicó que los empresarios estaban "contentos de estar en Ecuador y dispuestos a continuar", que las empresas "habían hecho una apuesta por el país" y que tenían "voluntad de permanencia y deseo de ampliar las capacidades operativas y de llevar a cabo inversiones a medio y largo plazo". No obstante, le indicó que ello "no quitaba importancia a una cierta intranquilidad o incertidumbre lógica y legítima en el sector, que por naturaleza necesita estabilidad, derivada de un cambio de gobierno".

De la Vega le expuso que no debía sorprenderle que le trasmitiera esta "inquietud" porque todavía se desconocían las "líneas generales de la política económica y empresaria del Ejecutivo". "Más bien había generado alguna incertidumbre derivada de alguna declaración que pudiera entenderse como reflejo a cierto rechazo de inversiones extranjeras en Ecuador", llegó a señalar la vicepresidenta.

ESFUERZO PARA FIJAR LAS REGLAS

También le manifestó que al desconocerse cuáles iban a ser las políticas de la Administración ecuatoriana y las normas de nuevas concesiones, existía esta incertidumbre, "incompatible con la envergadura de las decisiones" que los empresarios tienen que tomar porque a veces éstas no pueden "esperar". Le señaló que lo fundamental para las empresas era "estabilidad, certidumbre y conocer de antemano las reglas del juego" y que a partir de ahí, todos eran libres de tomar decisiones.

Por ello, reclamó a Correa que hiciera un "esfuerzo por fijar o trasladar a los sectores económicos y financieros las reglas del juego para dar estabilidad y certidumbre". Con estas premisas, le demandó "estabilidad institucional, garantías de la misma, una interlocución fluida" con las empresas españolas, "confianza y seguridad". También le recordó la importante creación de empleo de estas compañías en el país y que promueven el desarrollo.

Según aseguró, la respuesta de Correa fue la de que está "completamente a favor de la inversión extranjera como parte de su política económica y que no tiene tentación ni deseo de nacionalizar ningún sector", apostando por "captar inversión extranjera y que aumente". Asimismo, le dijo a De la Vega que "por supuesto" está a favor de que las empresas españolas permanezcan en el país andino y de que inviertan "más".

DERECHO A BENEFICIARSE DE LAS INVERSIONES

La vicepresidenta aseveró que al tiempo Correa aseguró que el país tiene "grandes retos y muchas necesidades" y que los ecuatorianos tienen "el legítimo derecho a beneficiarse de las inversiones y de los resultados del avance del país", así como de los "beneficios de las explotaciones". Le comentó que pretende luchar en esta legislatura contra la "pobreza" y que de ahí la importancia de algunas de las reformas que va a emprender en el ámbito fiscal y de promoción de inversiones.

Igualmente, le expuso que la participación del Estado en la producción de bienes tiene que aumentar y que está dispuesto a "negociar" para "mejorar las condiciones para su país y evitar situaciones de corrupción", pero sin referirse a las "empresas españolas". Correa también agregó que quería "establecer reglas muy claras para que no hubiera situaciones de aprovechamiento por parte de nadie". Según expuso De la Vega, el presidente también se mostró de acuerdo con fijar las condiciones de la rentabilidad de la inversión porque si las compañías obtenían beneficios, más beneficios lograrían los ecuatorianos.

"Ahí vino un poco una declaración que pudo haber determinado alguna malinterpretación", dijo entonces De la Vega, parafraseando la afirmación de "que se preparen". "Le dije que los empresarios españoles están preparados para contribuir al desarrollo del país, para competir en igualdad de condiciones porque las empresas son muy competitivas, que están dispuestos a negociar, a aportar su conocimiento y el valor añadido que deriva de un trabajo, que las empresas españolas están dispuestas, no sólo preparadas, a invertir en el continente latino americano", apuntó.

FIJAR LAS REGLAS DEL JUEGO E INTERLOCUCIÓN

"Le dije que están dispuestas a invertir con la razón y el corazón, con la razón empresarial y lo que supone para desarrollar un negocio, con la de la estabilidad económica y de las posibilidades de apertura del mercado y con la razón de promover empresas sólidas --reseñó--. Están preparadas y dispuestas, pero también dispuestas y preparadas con el corazón, porque lo tienen en Ecuador para que la sociedad sea más cohesionada".

"Tú dices que se preparen. Te contesto, están preparadísimos porque saben que es necesario armonizar los intereses de la empresa con los del país. Es necesario y es posible", relató De la Vega a los empresarios de su conversación con Correa. Según la vicepresidenta, el mandatario se comprometió a tener una fluida interlocución con los representantes de las compañías y a fijar lo antes posible las "reglas del juego" con "absoluta claridad". "Creo que hay buena disposición del Gobierno ecuatoriano para abrir campo conjunto de diálogo y esperanza para que podáis permanecer, proyectar y promover las acciones de futuro y estoy segura de que va a ser posible", terminó.

De su parte, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria español en Ecuador, Rafael Roldán, explicó que las empresas tratan de que la balanza comercial y la responsabilidad social "se cumpla". "Somos conscientes de que inversiones es igual a trabajo", apuntó. El embajador de España en Ecuador, Juan María Alzina, juzgó muy "tranquilizador" el respaldo "claro" del Ejecutivo español a las empresas.