El números dos de Interior con Fernández Díaz vuelve a su trabajo de letrado como asesor jurídico en el Congreso - GPPOPULAR - Archivo
MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
El comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo afirma en un escrito dirigido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que el secretario de Estado de Seguridad bajo gobierno del PP Francisco Martínez 'puenteaba' al entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y le daba instrucciones de parte del presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy.
El escrito, adelantado por VozPopuli y al que ha tenido acceso Europa Press, está fechado el 21 de mayo en la cárcel de Estremera, donde se encuentra, repasa a lo largo de 14 páginas su situación procesal para atribuirla, como en ocasiones anteriores, a su "enfrentamiento abierto" con el aún director del CNI Félix Sanz Roldán y el poder que según afirma, ejercía tanto sobre el Ministerio del Interior como sobre la judicatura y la Fiscalía Anticorrupción.
Según afirma, ante esta situación que "al final perjudicaría al Gobierno", ofreció en agosto de 2014 a Francisco Martínez adelantar su jubilación. "Lejos de aceptarla, el secretario de Estado me convenció para que siguiera adelante, ya que graves problemas como el separatismo y el terrorismo internacional amenazaban a España y necesitaban que siguiera trabajando en ambos campos", dice Villarejo.
En su relato afirma que Martínez le "garantizó que se arreglaría" su enfrentamiento con Sanz Roldán "ya que incluso el presidente Rajoy le había pedido superar las diferencias organizando incluso un desayuno" al que, conforme añade, "jamás acudió".
"Francisco Martínez, con tono de confidencialidad me llegó a confirmar que en breve me encargarían una misión que afectaría a las más altas instituciones del Estado; porque en otras ocasiones había demostrado cierta capacidad para obtener éxito, donde otros habían fracasado. Efectivamente, poco tiempo después, recibí el encargo oficial de ganarme la confianza de la Princesa Corinna, para así, poder recuperar una documentación especialmente sensible que se encontraba retenida en su poder", añade.
"QUERÍA DOS SILLAS"
Sin embargo, dice que Martínez era un hombre de Sanz Roldán, al que atribuye una "obsesión por monopolizar la información de Inteligencia", lo que le llevó "a mantener continuos enfrentamientos, abiertamente con el ministro de Interior, Jorge Fernández, en ocasiones, incluso en presencia del presidente del Gobierno".
Según expone, el general Sanz Roldán "manejaba a su antojo a la vicepresidenta del Gobierno, (Soraya Sáenz de Santamaría) una vez que situó a su marido en un inocuo puesto en Telefónica con un sueldo millonario" y ella, a su vez, "utilizaba a su jefa de gabinete, María González Picó para manejar al Secretario de Estado de Interior", quien se encargaba de "controlar al director de la Policía, Ignacio Cosidó".
"El secretario de Estado se sentía con formación superior al ministro, aspiraba a sucederle, de ahí que no le informaba las veces que el presidente del Gobierno le consultaba directamente, ni cuando le llamaba a Moncloa para temas personales. Francisco Martínez quiso jugar a tener dos sillas y al final se quedó sin lugar donde sentarse", asegura el polémico comisario.
Afirma que "se veía con la vicepresidenta y/o con su jefa de gabinete, apartándose así de la Secretaria General del partido, María Dolores de Cospedal, que fue quién le había aupado al cargo, gesto que le hizo perder de ella su apoyo político". Ambas, siempre según la versión de Villarejo, se veían también con Cosidó a espaldas del ministro "hasta que Jorge Fernández le sorprendió".
"Este entramado de intereses permitió al director del CNI tener un control privilegiado, tanto en el Ministerio de Interior como en la Vicepresidencia, lo que unido al que ya poseía en la Corona, le situó en el puesto actual, de ser el personaje que más poder acumula en solitario en España", recalca en el escrito.
Para Villarejo, el general "pudo cerrar" lo que denomina su "círculo de poder absoluto" gracias "al control que ejercía sobre importantes jueces y fiscales por la información que de ellos tiene en el archivo Jano, en concreto en el apartado denominado, 'control de togas'", una supuesta carpeta con información personal y sensible de la que el comisario ya ha hablado en escritos anteriores y cuya existencia aún no ha sido confirmada por los investigadores.
"FISCALES DE EXTREMA IZQUIERDA"
No obstante, en otro escrito similar difundido por el comisario desde Estremera, explicó que ese archivo obraba en manos de la ex amiga del Rey Emérito Corina Larssen y que el origen de su enfrentamiento con Sanz Roldán estaba precisamente en que el director del CNI le había encargado recuperarlo y él no lo había conseguido.
Dice además que "para el trabajo de campo, a diario", Sanz Roldán se sirve de "un reducido grupo de fiscales de extrema izquierda, apenas si sobrepasan una veintena, pero que con el apoyo y protección que le brinda el potencial del CNI, se imponen al resto de la fiscalía y llegado el caso, no dudan en forzar la dimisión de su jefe".
En el escrito dice que intentó "solventar la tensión con Sanz Roldán" con "numerosos encuentros con directivos del CNI" y "escaso éxito", a la luz de que "por el aviso de un juez de la Audiencia Nacional a un abogado" supo a finales de 2016 "la operación que se estaba organizando" en su contra "e incluso del magistrado escogido para dirigirla, lo que lamentablemente se cumplió".
La Fiscalía Anticorrupción, dirigida en aquel momento por Manuel Moix, abrió las primeras diligencias de investigación contra Villarejo tras una denuncia de un empresario en abril de 2017 y en el mes de noviembre de aquel año fue detenido junto a algunos de sus colaboradores, aunque se trata del único investigado en la causa que sigue en prisión provisional.
Dice que se trata de una persecución "política" y llega asegurar que sus enemigos le quieren muerto: "La crisis de salud que en mayo de 2018 casi me lleva a la muerte, lo que no ocurrió porque debieron equivocarse en la dosis del veneno, demuestra hasta qué punto están dispuestos para silenciarme".