SANTIAGO DE COMPOSTELA, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Xunta mantiene la previsión de que el invierno y la primavera serán más secos de lo habitual a pesar de las lluvias de la última semana y augura que este escenario climatológico puede ser "ilustrativo" de lo que ocurra en el futuro, a causa del cambio climático.
En rueda de prensa, el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, matizó que se trata de una previsión a medio-largo plazo, basada en modelos estadísticos, y aclaró que, por tanto, quizás durante estos meses varíe la influencia de 'La Niña' y vuelvan las precipitaciones a sus ratios normales. Con todo, señaló que hoy mismo se han comenzado las obras urgentes del plan de sequía, aprobado en Consello antes de Navidad y destinadas a garantizar el suministro en todos los núcleos de población.
Así, avanzó que la semana próxima se presentarán todas las actuaciones, que cuentan con una inversión global de 32 millones, y que pretenden asegurar, en el peor de los casos, el abastecimiento de cara a verano en las ciudades y en los núcleos medios. A mayores, se estudiarán medidas a 10-15 años vista para que la comunidad "no tenga nunca más problemas de agua". "Galicia no tiene problemas de cantidad de lluvia, sino de gestión", alertó, y añadió que estas medidas paliarán posibles incidencias en la economía del país.
Además, el conselleiro, aunque hizo una llamada a la prudencia en los análisis, opinó que el tiempo registrado en 2007 --con el otoño más seco de los últimos 50 años-- "puede ser imputable" a los efectos del cambio climático. No obstante, no descartó la posibilidad de que simplemente haya sido a causa de la variabilidad natural.
"Seríamos unos insensatos si no nos preocupásemos por el peor de los escenarios", enfatizó, y recordó que la ONU declaró el sur de Galicia como zona susceptible de padecer el cambio climático. Por ello, apeló a la concienciación social acerca de esta cuestión y juzgó que la sociedad aprenda a gestionar sus recursos como la medida más eficaz.
LLUVIAS POCO PRODUCTIVAS.
Vázquez también expuso la situación de los embalses gallegos, que se encuentran de media al 43,3 por ciento, cuando el año pasado a estas alturas registraban una ocupación del 78,1 por ciento. De hecho, señaló que las precipitaciones de los últimos días han sido más "aparentes que productivas" para las reservas hidráulicas, que aumentaron entre el tres y el cuatro por ciento.
De este modo, la cuenca del Miño-Sil es la que mejor se mantiene, con un 46,8 por ciento (frente al 81,5 de 2007), mientras que Galicia-Costa y Limia no pasan del 34 por ciento. No obstante, los distintos embalses presentan grandes variaciones, desde el 5 por ciento de Fervenza --que hace semanas quedó absolutamente vacío-- hasta más del 90 por ciento en algunos del Sil. El de Cecebre, que abastece a A Coruña y es de los que más preocupa a la Xunta, continúa en el 30 por ciento.
Desde que comenzó el año meteorológico, en otoño, los embalses gallegos --utilizando los datos de ocho de ellos-- perdieron unos 14 puntos porcentuales de capacidad, del 76,4 por ciento al 53,1 por ciento. Con respecto a otros años a esta misma altura, este también es el peor al menos desde 2004, cuando estas mismas presas se situaban al 65,7 por ciento. En los siguientes ejercicios la ocupación rondó el 75 por ciento.
