MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que 30 años después del atentado contra el despacho de letrados laboralistas de Atocha, es "justo" que el "pueblo español", las instituciones del Estado, el Ejecutivo y las Cortes Generales les rindan homenaje. Reconoció a Comisiones Obreras y al PCE su contribución en estos años y su aportación "imprescindible" a la transición e hizo extensivo este reconocimiento a los trabajadores y a los ciudadanos.
"Un país se reconoce a sí mismo, se siente orgulloso de sí mismo, cuando es capaz de reconocer a gente que nunca va a protagonizar la historia con mayúsculas, pero que hace la historia, abogados laboralistas, sindicalistas, trabajadores --indicó durante la recepción que hoy ofreció a una delegación del patronato de la Fundación Abogados de Atocha--. Gracias por estos treinta años desde la memoria y el reconocimiento a tanta lucha".
El jefe del Ejecutivo recordó que mañana hacía 30 años del "vil" asesinato de cuatro abogados laboralistas y un sindicalista en un "acto de barbarie, como es siempre la violencia y como siempre se expresan aquellos que son incapaces de usar la palabra y las ideas". En esa fecha, el 24 de enero de 1977, nueve personas fueron ametralladas por un grupo de extrema derecha en el número 55 de la madrileña calle de Atocha, en un despacho de abogados laboralistas de CCOO y vinculados al Partido Comunista Español (PCE), cuando todavía era ilegal en España. Los autores materiales de los hechos formaban parte de la Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A).
En esa época, recordó Zapatero, España "salía de un túnel oscuro, largo y duro". "Tocaba con las manos la esperanza de la democracia y los asesinatos de Atocha representaron un momento de incertidumbre" sobre "una democracia que empezaba a ser la única forma política" por la que los españoles debían "apostar".
"Hace 30 años muchos españoles pudimos comprobar cómo los trabajadores, como CCOO y el Partido Comunista daban una gran lección de democracia y hacían una aportación definitiva a la transición", recalcó Zapatero, que enfatizó que 30 años después debe haber un reconocimiento.
"Lo mejor de España han sido siempre sus ciudadanos, lo mejor de la transición, trabajadores que dejaron ilusiones y reaccionaron con altitud de miras y sentido histórico", ahondó Zapatero, quien, tras reconocer la "contribución" a la transición de CCOO y PCE, quiso homenajear a esa "familia de demócratas defensores de los trabajadores". "Para el gobierno esta memoria permanece y es estímulo, compromiso y obligación", añadió.
DEUDA HISTÓRICA DE LA ADMINISTRACIÓN.
De su parte, el presidente de la Fundación, Alejandro Ruiz-Huertas, entendió el hecho de que Zapatero les recibiera esta mañana como una "contribución a la deuda histórica que la Administración pública" tenía "con los abogados de Atocha".
"Es un honor ser recibido por primera vez desde hace treinta años por un presidente del Gobierno", declaró Ruiz-Huertas, que expuso que el objetivo de la Fundación es trabajar por la "memoria democrática y extenderla". En ese sentido, aseguró que se debe ir más allá de lo que significa la "propia Ley de recuperación de la memoria histórica" y apeló a trabajar por la "libertad y la democracia".
Tanto el presidente de la Fundación, como Zapatero y luego el secretario general de CCOO de Madrid, Javier López, se refirieron al hecho de que hace pocos días haya fallecido Miguel Sarabia, uno de los supervivientes del atentado. López, de su parte, destacó la importancia del "reconocimiento" del presidente y recordó que mañana la Fundación otorgará su premio anual al "pueblo español" representado por el presidente del Congreso, Manuel Marín, y el del Senado, Javier Rojo.
"Fue el pueblo español paradójicamente también el que en aquellos terribles momentos tuvo que asumir la responsabilidad por la libertad, por la paz y contra todo acto de violencia", finalizó, apelando a la "paz, la vida, la libertad, contra todo tipo de terrorismo y de violencia".