PAMPLONA, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de unas 86.000 personas en Navarra rotan por unos 46.000 puestos de trabajo, lo que significa que hay casi dos personas por cada puesto, según se desprende de un estudio sobre la temporalidad en la Comunidad foral elaborado por el Gabinete de Estudios del sindicato CCOO.
El estudio, que se elaboró entre 2005 y 2007 con el objetivo de obtener una visión de conjunto de la temporalidad en Navarra con datos estadísticos, los registros de la Administración y la opinión de los trabajadores y las empresas, fue presentado esta mañana en rueda de prensa por Manolo Rodríguez, secretario de Formación y Empleo y Marta Lasterra, técnico del gabinete de estudios de CCOO.
El estudio señala además que la tasa de temporalidad ha ido descendiendo en los últimos tres años ya que en 2007 fue del 27,6 por ciento, (24,4 por ciento hombres y el 31,7 por ciento mujeres); en 2006, el 28,85 por ciento (23,98, hombres y 35,16, mujeres) y en 2005, 29,12 por ciento (26,04 hombres y 33,16 mujeres).
Sin embargo, esta cifra aumentó significativamente de 2004 a 2005, cuando la tasa de temporalidad pasó del 22,03 por ciento al 29,12 por ciento.
El informe apunta también que el impacto de la temporalidad en los hogares navarros "es alto", ya que uno de cada cuatro tiene al menos una persona con un contrato temporal a lo largo del año. De ellos, uno de cada 10 hogares se encuentra en una situación "bastante vulnerable económicamente puesto que depende sólo de ingresos temporales".
Además, el 18 por ciento de los hogares temporales se encuentra en una situación de pobreza relativa, porque sus ingresos están por debajo el umbral de pobreza en Navarra.
En cuanto a la trayectoria de la temporalidad, Lasterra apuntó que existen 40.000 personas atrapadas en la temporalidad en los últimos seis años, es decir que sólo han tenido contratos temporales. De ellas, más del 50 por ciento pasan de un contrato temporal a otro sin vivir situaciones de desempleo por lo que tienen "cierta estabilidad".
Las variables que más inciden para que una persona tenga más oportunidades de quedar atrapada en la temporalidad son la edad, el nivel formativo, el sector en el que trabajan, sobre todo servicios, el tamaño de la empresa y el tipo de contrato, especialmente los de obra-servicio.
Por otro lado, una de la conclusiones más importantes del estudio es que la expansión de la temporalidad se ha concentrado especialmente entre los colectivos de reciente incorporación al mercado laboral, es decir, jóvenes, mujeres y población inmigrante. Y en los sectores de servicios y construcción. El encadenamiento de contratos temporales y la menor duración de los contratos también es más frecuente entre estos colectivos.
Sobre la calidad del trabajo temporal, Lasterra explicó que, "aunque no se puede decir que sean directamente precarios", sí que se observa que analizando los bajos salarios, las jornadas excesivas, el no acceso a la formación o la insatisfacción, "se ve un mayor nivel de incidencia de factores negativos sobre la calidad del empleo entre las personas con estudios básicos, en ocupaciones no cualificadas, la población extranjera o trabajadores contratados a través de ETT, es decir, los temporales".
Por su parte, Manolo Rodríguez hizo especial hincapié en la "elevada" tasa de temporalidad en la Administración foral, que se sitúa en e el 36 por ciento, frente al 25 por ciento del sector privado.
En cuanto a las causas de la temporalidad, Rodríguez apuntó que el tejido productivo que se genera "es precario" y que es necesario un cambio de modelo, ya que "la cultura empresarial está abocada a la temporalidad y más en tiempos de crisis".
A su juicio, existe una "nefasta gestión de los recursos humanos en la Administración, que no da precisamente buen ejemplo". Según destacó, "se ha creado un discurso falso sobre determinados colectivos (jóvenes, mujeres e inmigrantes) que comparten una misma percepción social de que son trabajadores en tránsito en el mercado laboral".
PROPUESTAS
Tras la exposición de datos y motivos sobre la temporalidad, Manolo Rodríguez realizó una serie de propuestas, entre las que destacó la necesidad de cambiar el modelo productivo para que se asiente "en otro tipo de empresas con más capacidad de competir en calidad".
También abogó por un mayor control en las empresas, ya que el 48 por ciento de los contratos temporales en España son de fraude de ley, así como potenciar la formación y sensibilización en las medianas y pequeñas empresas y mejorar la calidad de los empleos para mejorar también la formación entre las personas menos cualificadas.
Por último, apostó por un "mayor compromiso social por parte de la Administración" para que deje de dar "dobles discursos".
