El arzobispo de Pamplona califica Educación para la Ciudadania de "supérflua, laicista, impositiva y unificante"

Actualizado: viernes, 29 junio 2007 19:02

Sebastián dice que la objeción de conciencia es un derecho reconocido en la Constitución y puede ser "último recurso" para los creyentes

PAMPLONA, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, afirma en su última Carta desde la Fe que la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que comenzará a impartirse a partir del próximo curso, es "supérflua, laicista, impositiva, mentalizadora y unificante".

Fernando Sebastián sostiene que la asignatura, "tal como la propone el gobierno, parece del todo incompatible no sólo con una visión cristiana de la vida, sino también con una mentalidad verdaderamente democrática y liberal".

El arzobispo advierte, en consecuencia, de que "los centros religiosos tienen que plantearse muy seriamente si de verdad pueden impartir esta asignatura sin deformar la mentalidad cristiana de sus alumnos".

Sebastián explica que, ante esta situación, "es justo preguntarnos qué podemos hacer" y responde que "en el orden de la vida social y política podemos y debemos hacer muchas cosas, tratando de crear corrientes fuertes de opinión en contra de este proyecto, con serenidad, de buenas maneras, mostrando a todos, políticos y no políticos, los inconvenientes y los riesgos de tal empeño".

Además, concreta que "contra esta iniciativa podemos utilizar los recursos políticos que están a nuestro alcance, en los medios de comunicación, con movilizaciones de los padres y utilizando eficazmente la fuerza de los votos".

No obstante, reconoce que "no es fácil dar una norma clara y tajante que resulte aplicable en todo lugar y en todo momento, pues la asignatura puede tener en la práctica perfiles muy diferentes" y explica que "lo esencial es que los padres estén presentes y sigan de cerca los textos y los contenidos que los profesores imparten a sus hijos en cada capítulo del programa". "Los centros son los primeros responsables y ante sus dirigentes hay que hacer la primera presión", añade.

Además, recalca que "algún libro de texto preparado por una editorial católica no supera los inconvenientes que acabamos de señalar y, por tanto, no parece apto para impartir esta asignatura a los niños y jóvenes católicos".

Fernando Sebastián indica que, "como último recurso, queda siempre abierto el recurso a la objeción de conciencia". "Nadie nos puede privar de este derecho, reconocido en la Constitución española y fundamentado en el carácter sagrado de la libertad de conciencia anterior y superior a cualquier ordenamiento jurídico", argumenta.

Sebastián indica que "podríamos evitar todas estas preocupaciones si el gobierno tuviera conciencia de sus limitaciones y fuera un poco más respetuoso con la libertad de las personas y el protagonismo de la sociedad en los asuntos culturales y espirituales".

En su carta, el arzobispo sostiene que un análisis "detenido" de la asignatura lleva a comprender que es "supérflua" y argumenta que "toda educación verdadera es de por sí educación para la ciudadanía, y más que para la ciudadanía".

También señala que "el hecho de confiar la educación moral de los jóvenes a una asignatura fundada en el orden político y destinada a moldear las conciencias de los alumnos de acuerdo con las exigencias del orden político, resulta necesariamente empobrecedor y laicista".

También considera que es una asignatura "impositiva" y explica que "el Estado puede inculcar y proteger y hasta exigir todo aquello que sea necesario para la convivencia social y política, pero no puede abarcar la totalidad de la vida personal del ciudadano, ni marginar o suplantar sus convicciones morales de origen religioso". "Tal proyecto no respeta la libertad religiosa de los ciudadanos y resulta una pretensión absolutista, autoritaria, impositiva", añade.

Finalmente califica la asignatura de "mentalizadora y unificante" y argumenta que, "tal como está concebida por nuestro gobierno, transmite una visión global de la realidad, intenta presentar un sistema moral completo, restringe la influencia vital de la opción religiosa de los ciudadanos".