PAMPLONA, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
Durante el año 2020, Cruz Roja ha atendido a un total de 30.351 personas refugiadas, de las cuales 14.312 eran mujeres. Concretamente, en Navarra fueron 1.211 personas las personas que acudieron a Cruz Roja como solicitantes de asilo y protección internacional con las que se realizaron 22.480 intervenciones. Del total de participantes, 606 fueron mujeres y 605 hombres.
Durante 2020, las nacionalidades predominantes que solicitaron asilo en Navarra fueron la colombiana (28,60%) y venezolana (26,98%), si bien en la actualidad la procedencia mayoritaria es maliense (32%). En cuanto al índice de vulnerabilidad de las personas participantes destacan las familias monoparentales con menores a cargo (56,05%). Y en el rango de edades, predominan las personas entre 20 y 39 años (53,91%), ha informado en una nota.
La entidad se ha sumado a la conmemoración este 20 de junio del Día Mundial de las personas refugiadas, difundiendo en sus redes sociales la campaña 'A los prejuicios, démose la vuelta', con la que quiere "sensibilizar sobre la situación de las personas refugiadas y su contribución a la sociedad de acogida, eliminando prejuicios preestablecidos".
Para ello se han difundido diferentes videos, elaborados por las propias personas participantes donde "se destacan o corrigen detalles prejuicios y se destacan aportaciones".
"Se trata de destacar el poder de la inclusión: cuando las personas refugiadas reciben apoyo y se les brindan oportunidades, pueden contribuir significativamente a sus comunidades de acogida. Son personas con pasiones, habilidades, resiliencia y esperanza; no meros beneficiarios de la ayuda", ha resaltado el entidad.
El trabajo de Cruz Roja Española (CRE) en el ámbito de las migraciones se remonta a más de 30 años y se orienta hacia las personas y colectivos en situación de mayor vulnerabilidad. Así pues, las líneas del trabajo de la organización en materia de migraciones abarcan la respuesta humanitaria, la protección, el apoyo y la integración y la defensa de las personas inmigrantes, refugiadas y desplazadas.
La intervención de Cruz Roja con personas solicitantes de protección internacional tiene como objetivo "garantizar su protección e integración social". El programa consta de varias fases que cubren desde la primera acogida hasta la fase de preparación para la autonomía, con una duración de 18 a 24 meses. Durante ese tiempo, se presta una atención integral e individualizada que incluye, entre otros servicios, la primera acogida, acogida temporal, asistencia legal y psicológica, aprendizaje del idioma y traducción e interpretación.
ATENCIÓN A LAS PERSONAS REFUGIADAS DURANTE LA PANDEMIA
Las personas refugiadas también se han visto afectadas por la pandemia por Covid-19 y han tenido que adaptarse a una situación sobrevenida que "ha limitado sus procesos de integración y autonomía, a menudo sin redes familiares ni más apoyos que los propios equipos de Cruz Roja".
"Los servicios de acogida e integración de personas refugiadas fueron considerados esenciales y Cruz Roja ha garantizado la atención en todo momento, adaptando las actividades para cumplir con las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias", ha destacado la entidad.
En este sentido, ha resaltado el "esfuerzo para adaptar la actividad en este contexto y seguir apoyando la integración de las personas refugiadas durante el estado de alarma: traducir y facilitar información sobre las medidas decretadas por las autoridades sanitarias, medidas para evitar el contagio, cuidar el bienestar físico y mental en el periodo de confinamiento o informar sobre la vacunación contra el coronavirus".
Además, se elaboraron planes de contingencia en todos los recursos residenciales gestionados por Cruz Roja, donde se cuenta con el material de protección para garantizar la seguridad de las personas atendidas y de los equipos de trabajo.
A la vez, muchas personas refugiadas se han sumado al voluntariado del Plan Cruz Roja Responde para ayudar desde la primera línea de respuesta humanitaria ante la emergencia por COVID-19, colaborando en la atención a las personas más vulnerables en tareas como traducción e interpretación, acompañamiento social, enseñanza del idioma o la distribución de alimentos y/o medicamentos.
