El Museo de Navarra acoge desde este viernes la exposición 'La vida impresa en los huesos. Paleopatología en Navarra'

Publicado: viernes, 27 septiembre 2019 15:05

PAMPLONA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, ha inaugurado la exposición 'La vida impresa en los huesos. Paleopatología en Navarra', que podrá visitarse desde este viernes, 27 de septiembre, hasta el 2 de febrero de 2020 en el Museo de Navarra.

La muestra presenta los restos óseos de más de 80 personas, entre hombres y mujeres, desde las 20 semanas de gestación hasta la vejez, de diversas épocas, desde la Prehistoria hasta el siglo XIX, y está comisariada por Patxuka de Miguel Ibáñez. Todas las piezas han sido halladas en intervenciones arqueológicas en Navarra y forman parte de los fondos arqueológicos del Gobierno de Navarra.

La exposición parte de un proyecto inicial realizado por el Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Filología Griega y Filología Latina, y por el Instituto Universitario de Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante, y llega acompañada de un conjunto de actividades, como visitas guiadas, conferencias o talleres, que se irán desarrollando desde este domingo hasta que finalice la muestra.

La paleopatología es una disciplina científica poco conocida que tiene por objeto el estudio de las enfermedades en las poblaciones antiguas, a través de la identificación de alteraciones patológicas en los restos humanos procedentes de contextos arqueológicos. De esta forma se obtiene información sobre los estados de salud, tanto individual como de grupo, en diferentes momentos de la Historia.

Las evidencias de enfermedad en el esqueleto, dientes, tejidos momificados y la identificación de calcificaciones permiten reconocer algunas de ellas e interpretar las condiciones de vida de las sociedades del pasado, ha informado el Gobierno foral.

Se calcula, ha añadido, que solo el diez por ciento de las enfermedades dejan sus signos en los esqueletos siendo necesario que pase un tiempo, en ocasiones varios años, desde que se inicia la enfermedad hasta que los signos puedan ser identificados. Tan sólo en los traumatismos y en las agresiones violentas se producen lesiones de forma inmediata, provocando la muerte o evidenciando signos de curación.

CONTENIDO DE LA MUESTRA

La exposición se distribuye en tres salas. En la primera se explica qué es la Paleopatología a través de varias láminas, entre ellas, un parto complicado en Fitero a finales de la Edad Media, que provocó el fallecimiento de la mujer, quedando el feto atrapado en el canal del parto. Esta lámina se acompaña por un féretro que contiene los restos fetales fruto de otro parto inmaduro a las 20 semanas de gestación. Igualmente, expone en un panel la procedencia geográfica de los restos humanos y las cronologías de los yacimientos representados en la exposición.

La segunda sala se dispone en varias vitrinas con restos esqueléticos que muestran signos de enfermedad. Han sido distribuidos en vitrinas agrupándose por enfermedades, dando igualmente relevancia a las enfermedades identificadas en restos infantiles, poco frecuentes en los estudios paleopatológicos, debido a la fragilidad de los restos y sus dificultades de estudio.

En el tercer espacio se recogen esqueletos completos de ocho personas colocadas según su rito funerario. Esta sala se ha dedicado a lo que se conoce como osteobiografías, esto es, cómo a partir de los restos esqueléticos se puede hacer una reconstrucción de las vicisitudes de salud que vivieron sus protagonistas.

Una mujer procedente de la necrópolis de Gomacin -siglo VII- (Puente la Reina) muestra claros signos de lepra. De Ujué procede un hombre (siglo VII-VIII), nominado como Cantónimo por el alumnado del colegio de la localidad, con lesiones costales, dentales y en la cabeza del fémur derecho que le produjo cojera.

Un enterramiento con rito musulmán, procedente de la maqbara de Pamplona (siglo VIII), representa un hombre genéticamente bereber, con lesiones traumáticas en las costillas y en uno de los brazos, fruto muy probablemente del ejercicio de funciones militares.

También muestra de forma sutil manipulaciones dentales intencionales de origen cultural africano. Del siglo XI-XIII, procedente de la necrópolis de Arizkoa (Monreal), se incluyen los esqueletos de una mujer probablemente fallecida junto a su bebé tras el parto, siendo enterrados en una sepultura común, con un espacio preparado intencionalmente para el recién nacido.

Procedentes de la Catedral de Tudela (siglos XVII-XVIII) se expone, por un lado, el caso de una niña fallecida tempranamente (8/11 años), con signos esqueléticos que permiten proponer que padeció probablemente tuberculosis. El segundo es un hombre anciano, con signos de traumatismos en el fémur y en la tibia y peroné derechos, al que sobrevivió con serias secuelas, tras sufrir una grave infección; además muestra signos óseos de una infección de origen sifilítico.

Por último, los restos de una mujer adulta joven indican una forma patológica de los huesos que le produjo un enanismo, que pudo limitar su vida, pero que le hizo capaz de realizar numerosas actividades en el seno de la familia y la comunidad.

Se presentan, asimismo, ejemplos de enfermedades dentales (caries, pérdidas, abscesos, malposiciones, etc.), osteoarticulares (artrosis y entesopatías), malformaciones congénitas (asimilación del atlas o espina bífida), calcificaciones (pulmonar y articular), infecciosas (tuberculosis, sífilis, lepra o osteomielitis), metabólicas (enfermedad de Morgani y criba orbitaria), enfermedades en restos infantiles (fusión costal, caries, cribo orbitaria, periostitis o sinusitis), traumas (fracturas costales, femoral, radio o amputación de mano) y manipulaciones corporales (trepanación, evisceración o manipulaciones dentales de origen cultural).

Destacan los casos relacionados con violencia interpersonal en los que se identifican heridas por arma de filo, por ballesta y por proyectil de avancarga. En varios de los casos supuso la muerte directa el individuo, mientras que en unos pocos casos se evidencia una larga supervivencia.

Para facilitar su comprensión, los restos óseos están acompañados por unos breves textos explicativos así como unos dibujos realizados por Iñaki Diéguez y un video de Pablo Serrano en el que se realiza una aproximación de la evolución facial de la lepra en una mujer del siglo VII.

También se incluye un mapa de Navarra donde se han indicado los yacimientos a los que pertenecen los restos mostrados.

El diseño expositivo ha corrido a cargo de Muraria, S.L. y el diseño gráfico de José Miguel Parra.

Próximamente se editará un catálogo con textos de la comisaria y de Francisco Etxeberria y Lourdes Herrasti, así como fichas de los casos presentados y de los correspondientes yacimientos a cargo de sus investigadores.

PROGRAMACIÓN DE EXPOSICIONES EN 2020

En el transcurso de la presentación de la muestra, la consejera Esnaola ha adelantado la programación de exposiciones del Museo de Navarra para 2020. En concreto, desde octubre de 2019 hasta octubre de 2020 se instalará una muestra dedicada a la producción artística de la fotógrafa navarra Lydia Anoz en los años setenta y ochenta (Sala 4.2).

En febrero y hasta mayo está prevista una exposición dedicada al proyecto 'El Santo Christo Ibérico', de Koldo Chamorro; y entre mayo de 2020 y marzo de 2021, podrá visitarse en el museo la exposición de la artista navarra Celia Eslava, en la Sala Capilla.

Finalmente, de junio a septiembre, está programada una muestra dedicada a la pintora navarra Isabel Baquedano, organizada en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Museo Universidad de Navarra.