PAMPLONA 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
Navarra implantará en el primer semestre de 2010 un programa de prevención y detección precoz de cáncer colorrectal entre hombres y mujeres de la Comunidad Foral que tengan entre 50 y 69 años. Un programa que puede reducir la mortalidad por este tipo de tumores en un 30 por ciento y la incidencia de la enfermedad en un 20 por ciento en el grupo de cribado y en un 60 por ciento en el grupo al que se le diagnostica y trata la patología benigna precursora.
Así lo anunció esta mañana en rueda de prensa la consejera de Salud, María Kutz, quien estuvo acompañada de la doctora Ruth Vera, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital de Navarra, y del doctor Jesús García Foncillas, de la Clínica Universitaria de Navarra y coordinador para Navarra de la Alianza para la prevención del cáncer de colon en España, recientemente creada.
La consejera precisó que el cáncer colorrectal es un problema de salud pública en todos los países desarrollados y en Navarra es uno de los tumores que presenta mayor incidencia y mortalidad. "Justifica por tanto un programa que detecte estas lesiones", dijo.
En concreto, en la Comunidad foral la incidencia del cáncer colorrectal es del 14,8 por ciento de todos los cánceres en hombres, ocupando el tercer lugar tras el de próstata y el de pulmón; y el 13,8 por ciento de todos los cánceres en mujeres, por detrás sólo del de mama. De forma global, es decir, sumando hombres y mujeres, es el cáncer que ocupa el primer lugar de incidencia.
En cuanto a mortalidad, el 11,8 por ciento de las muertes por cáncer en hombres se deben a este tipo concreto (segundo después del de pulmón), cifra que asciende al 13,9 por ciento en el caso de las mujeres (primero).
En cifras nacionales, el cáncer colorrectal es el primero en incidencia si se tienen en cuenta ambos sexos conjuntamente, seguido de pulmón, mama, vejiga y próstata, y constituye la segunda causa de muerte por cáncer en España después del de pulmón.
EL PROGRAMA
El programa que se pondrá en marcha en 2010 consiste concretamente en un test de cribado poblacional que se realizará a hombres y mujeres de entre 50 y 69 años para determinar si existe sangre oculta en sus heces y que se realizará, con carácter general, cada dos años. "Se trata de una prueba válida, no invasiva, segura y fácil de realizar, cuyo positivo supone la posterior realización de una colonoscopia con sedación", explicó la consejera.
El objetivo de la prueba que se plantea ahora es la detección y eliminación de lesiones precursoras malignas, así como el tratamiento de las detectadas, teniendo en cuenta que en lo que a cáncer se refiere, la detección y tratamiento precoz supone un factor clave en cuanto al pronóstico del paciente.
El programa se encuentra ahora en su fase preliminar, lo que supone el diseño de un plan operativo para sensibilizar a la población objeto y diseñar los protocolos de actuación y evaluación del mismo, entre otros aspectos.
Según destacó la consejera Kutz, Navarra será la primera comunidad española en integrar este programa de cribado a su sistema de salud, de forma similar a como ya se hace en el cáncer de mama. Otras tres comunidades, Valencia, Extremadura y Cataluña, desarrollan programas pilotos también sobre esta materia.
FACTORES DE RIESGO
En la rueda de prensa el doctor García Foncillas señaló que son factores de riesgo para padecer cáncer colorrectal la obesidad, en concreto, el perímetro abdominal (no debe ser superior a 102 cm en hombres y a 88 cm en mujeres) una ingesta elevada de carne roja (más de cinco piezas por semana), el consumo de alcohol y de tabaco.
Sin embargo, explicó que son beneficiosos los hábitos de vida saludables como la ingesta de frutas, hortalizas y lácteos, además de la práctica de ejercicio físico de forma moderada, que, según el experto, disminuye hasta en un 40 por ciento el riesgo de padecer este cáncer.
Por su parte, la doctora Ruth Vera señaló que, una vez diagnosticados los pacientes, hasta un 20 por ciento presentan enfermedad avanzada cuya supervivencia a cinco años es del 5-6 por ciento; entre un 35 y un 40 por ciento, enfermedad localizada pero avanzada cuya supervivencia es del 60 por ciento, y un 30 por ciento, en estadíos precoces, con una supervivencia del 90 por ciento.
Según expuso, para reducir la mortalidad de la enfermedad es precisa la prevención, un diagnóstico precoz, una mejoría en los técnicas quirúrgicas, mejora de tratamientos oncológicos, así como el abordar este cáncer de forma multidisciplinar, es decir, implicando a diversos especialistas y utilizando tratamientos combinados.