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Actualizado: lunes, 14 julio 2008 10:28

   PAMPLONA, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Los Sanfermines viven su última jornada después de nueve días de fiesta. Los toros de la ganadería Núñez de Cuvillo protagonizaron el último encierro, los niños despidieron a la comparsa de gigantes y cabezudos y la capilla de San Fermín acogió la Octava en honor al Santo. La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, hizo una primera valoración de las fiestas y destacó "la buena coordinación" que ha habido entre los dispositivos puestos en marcha para garantizar el buen funcionamiento de los Sanfermines.

   La último jornada sanferminera comenzó a las 8 en punto con el octavo y último encierro, protagonizado por seis toros de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo, una carrera rápida y limpia, cumpliendo con la tónica habitual de las siete anteriores carreras, que se han caracterizado por ser veloces, con ausencia de heridos por asta, y por brindar carreras bonitas de los mozos delante de los astados, especialmente en Estafeta.

   El encierro de los Núñez del Cuvillo no dejó heridos por asta, pero sí contusionados en diferentes tramos. Cinco corredores fueron trasladados a hospitales de Pamplona como consecuencia de las heridas sufridas en el encierro de los Sanfermines. Todos fueron dados de alta durante la mañana.

   En concreto, al Hospital de Navarra fueron trasladados tres corredores. Se trata de B.E.L., de 24 años y de Madrid, que sufrió un traumatismo en la rodilla izquierda en el tramo de Telefónica; R.V.R., de 30 años y de Castellón, que sufrió policontusiones también en Telefónica, y T.W., de 21 años y de Dinamarca, que presenta herida en el cuero cabelludo y contusión en la masa gemelar izquierda.

   Al Hospital Virgen del Camino fueron trasladados M.B.R., de 27 años y de Zaragoza, que sufrió luxación de mano en Estafeta, y P.C.D., de 31 años y de Reino Unido, que sufrió traumatismo de clavícula en Santo Domingo.

   LA OCTAVA

   En esta jornada de despedidas se celebró la Octava, que puso broche musical esta mañana a las celebraciones religiosas en honor a San Fermín, con el tradicional acto celebrado esta mañana en la capilla del santo y al que acude de forma oficial la corporación municipal desde 1689.

   Acompañado por timbaleros y maceros y a los sones de La Pamplonesa, la corporación municipal salió a las 10.45 horas desde el Ayuntamiento para recorrer la calle Mayor, engalanada con los trajes de fiesta: los hombres, de frac, con guantes y chistera; y las mujeres, con los atuendos típicos de los valles de Roncal, Salazar y Aézcoa.

   Los concejales llegaron sobre las 11 horas a la iglesia de San Loreno. La Octava, una celebración litúrgico-musical, estuvo presidida por el vicario general de la Diócesis, Luis Oroz. En su homilía, Oroz defendió el Evangelio como fuente de "amor, perdón y reconciliación" y señaló que en la sociedad actual "estamos escasos de fraternidad y comunión".

   Al regreso de la celebración, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos acompañó también a la corporación por las calles de Pamplona seguida de los maceros, dantzaris y timbaleros, en su último desfile de las fiestas de San Fermín.

   En la plaza Consistorial los gigantes bailaron su primera despedida festiva antes de hacerlo por primera vez en la nueva Estación de Autobuses, al término de su recorrido diario. Y es que a las 14 horas la dársena principal de la nueva estación acogió a miles de niños, acompañados por sus padres, que se acercaron para dar el último adiós a gigantes y cabezudos.